¿Quién tiene la culpa?
La legitimación indigna de ETA está cada vez más consolidada. Los criminales y su abyecto entorno están contentos y confiados en el futuro y los que sufren - otra vez- la soledad, el abandono y la injusticia son las víctimas de esos terroristas
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El control que ejerce ETA, ahora llamada Bildu, sobre el Gobierno de España es pavoroso. Aunque ya no mate, aunque ya no exista -como dicen algunos-, mató y existió y hoy se ha reconvertido en un partido político por la expresa voluntad de los ... que acordaron que así fuera y revistieron de legalidad el compadreo negociador con una banda criminal, haciendo que el Tribunal Constitucional enmendase la plana al Tribunal Supremo, que había sentenciado su ilegalidad.
De aquellos polvos vienen estos lodos. Cuando se permite existir a un partido sucesor de una banda asesina, todo puede ocurrir. Bildu no considera asesinos a los terroristas encarcelados. Los considera héroes, gudaris de la patria vasca, y quiere para ellos libertad y honores. Ambas cosas las está consiguiendo.
Lo cierto es que hace años que los etarras reciben homenajes públicos ante la inacción de autoridades y jueces y hace años que se puso en marcha un plan perfectamente diseñado para excarcelar cuanto antes a los que cumplen condena. De hecho, desde el principio se les ha tratado infinitamente mejor que a cualquier delincuente común. Las excarcelaciones han sido una constante, desde aquella fatídica amnistía de 1977 que sacó de prisión a cientos de etarras -muchos de los cuales siguieron matando-, hasta los indultos de los años ochenta, la Vía Nanclares, la derogación de la doctrina Parot, los falsos arrepentimientos, los acercamientos, los terceros grados, se han ejecutado todo tipo de argucias que han dado como resultado que hoy en día solo queden en la cárcel poco más de 150 terroristas.
Antes quien trabajaba para procurar beneficios a Eta era el PNV, lo hizo durante mucho tiempo y muy eficazmente. Ahora, ya no necesita intermediarios, se organiza directamente ella con su flamante partido y su amigo, el Gobierno de España. Y no solo consigue tomarnos el pelo a los españoles propiciando que se apruebe una modificación legal para que los años de cumplimiento de condena en Francia computen en España, cuando los delitos por los que se les juzga en cada país son diferentes, sino que impone sus criterios en numerosas leyes, la última la de Seguridad Ciudadana, modificada a su medida para que sus compinches puedan agredir a las fuerzas de seguridad sin consecuencias.
Así estamos, en manos de la nueva ETA, legalizada y legitimada por consenso. No vale ahora lamentarse ni sorprenderse de que este Gobierno, presidido por una persona sin límites morales, pacte con ella, mientras los demás se entretienen con otras cosas. Entre todos lo hicieron posible. Entre todos dispusieron que fuera un actor político más. Y estas son las consecuencias.
Les hemos regalado una impunidad social, moral y judicial bochornosas que denigran a la democracia que tanto ha sufrido por su causa.
La legitimación indigna de ETA está cada vez más consolidada. Los criminales y su abyecto entorno están contentos y confiados en el futuro y los que sufren - otra vez- la soledad, el abandono y la injusticia son las víctimas de esos terroristas que hoy se vanaglorian y que siguen avanzando en el proyecto por el que mataron a tantos compatriotas. Esta es la gran victoria sobre ETA que hemos conseguido. Enhorabuena.
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Ana María Velasco Vidal-Abarca es hija del comandante Jesús Ignacio Velasco, asesinado por ETA en 1980, y de Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT)
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