ANÁLISIS
Felipe VI, ante la apertura de legislatura más difícil
Este es esperado y difícil, tanto o más que el que pronunciará en Nochebuena, cuando la amnistía estará ya completando pasos en el Congreso
El Rey presidirá este miércoles la apertura de la nueva legislatura en el Congreso. Allí pronunciará su primer discurso de calado político desde que Santos Cerdán (PSOE) cerró con Carles Puigdemont (Junts) el pacto que ha alumbrado la proposición de ley de amnistía ... y la asunción socialista del relato independentista con acusación de 'lawfare' a los jueces y fiscales incluida.
De estos acuerdos se han generado fuertes protestas en las calles y la presión de algunos grupos de ultraderecha para que el Rey viole sus funciones constitucionales y se niegue a firmar la nueva ley.
Hasta ahora, el régimen del 78 era sostenido por el bipartidismo, PP y PSOE. Pero en esta nueva legislatura los socialistas han concluido la ruptura de ese binomio al situarse y aceptar la interpretación de los partidos que se declaran enemigos de ese régimen.
El propio Pedro Sánchez prometió durante su investidura levantar «un muro» frente al PP, convertido ahora, según el PSOE, en enemigo de la democracia. En este nuevo contexto de ruptura de la convivencia, en el que quienes eran delincuentes ya no lo son y quienes les perseguían han pasado a ser sospechosos, la gran pregunta es hasta dónde está dispuesto a llegar Pedro Sánchez en su ruptura con el régimen del 78. Por todo ello, las palabras que Don Felipe dirigirá a diputados y senadores -con la Princesa Leonor presente y tomando buena nota- se esperan con mayor expectación que en las dos ocasiones anteriores.
Tanto en 2016 como en 2020, pronunció discursos que tuvieron como corazón la defensa de la convivencia y el entendimiento entre españoles
Las dos aperturas de legislatura anteriores que ha presidido el Rey, aún con un contexto políticamente agitado por la irrupción del multipartidismo (2016) y la entrada de Podemos en el Gobierno junto a ERC y Bildu en el bloque de investidura (2020), tenían un voltaje político mucho menor que ésta, que está poniendo a las instituciones contra las cuerdas.
También por todo ello, además de ser un discurso muy esperado, será probablemente el más difícil de los que ha tenido que pronunciar el Rey en una apertura de legislatura. De un lado, los independentistas y la izquierda más extremada estarán escrutando cada frase que diga Felipe VI para poder acusarle de haber perdido la neutralidad. De otro, la extrema derecha estará demandando que lo haga. Entre ambos, una mayoría de ciudadanos de derecha e izquierda que observan con incertidumbre y desconcierto los pactos alcanzados por el PSOE.
El hecho de que Pedro Sánchez haya traspasado líneas rojas básicas para poder salir investido, como la convivencia, la separación de poderes o el marco constitucional, es la gran dificultad que tendrán que afrontar las palabras del Rey, porque los grandes principios que viene defendiendo el Monarca parecen chocar ahora con los hechos del jefe de Gobierno.
Por ejemplo, tanto en 2016 como en 2020, cada vez con sus particularidades, Felipe VI pronunció largos discursos que tuvieron como corazón la defensa de la convivencia y el entendimiento entre españoles. En 2016, Don Felipe pidió a los parlamentarios que iniciaran «una nueva etapa de prosperidad en nuestra historia centrada en el valor de la convivencia y el entendimiento» frente a optar como «en algunas épocas sombrías de nuestra historia por el aislamiento, el pesimismo y el espíritu destructivo». Cuatro años después, el Rey advirtió que «España no puede ser de unos contra otros» sino que «España debe ser de todos y para todos», defendiendo la «concordia, reconciliación, entendimiento, respeto y, por supuesto, libertad».
Llegada de Podemos, y ERC y Bildu como socios
El Rey avisó de que un mayor pluralismo representativo requiere el pleno desenvolvimiento del régimen parlamentario
Son mensajes que ahora suponen una clara enmienda a Pedro Sánchez y su intención de dividir el Congreso en dos mitades. Lo mismo sucede con la defensa del marco constitucional, el estado de Derecho o la importancia de que todas las instituciones colaboren lealmente entre sí. Estos fueron recados que el Monarca incluyó en sus discursos de apertura de legislatura de 2016 o 2020 y que ahora, con la nueva ley de amnistía y la creación de comisiones en el Congreso para atacar a los jueces y fiscales de 'lawfare', suponen evidentes amonestaciones a las líneas rojas traspasadas por Sánchez.
Con todo, es de esperar que el Rey insista de una u otra manera en los ejes del entendimiento y la defensa de la Constitución. La expectación gira en torno a qué dirá, si se refiere a ello, sobre la situación política concreta abierta tras la investidura. En 2016 lo hizo de forma directa reclamando a los diputados y senadores que dignificaran la vida pública para dejar atrás el desencanto de los ciudadanos con la política tras los casi diez meses de bloqueo que siguieron a las elecciones de 2015. En 2020, tras la entrada de Podemos en el Gobierno y de ERC y Bildu como socios de investidura, el Rey avisó de que un mayor pluralismo representativo requiere el pleno desenvolvimiento del régimen parlamentario, siendo el eje de éste el acuerdo y el respeto a los valores constitucionales.
Y si este año el discurso de apertura de legislatura del Rey es esperado y difícil, tanto o más será el que pronunciará en Nochebuena, cuando la amnistía estará ya completando pasos por vía urgente en el Congreso. Probablemente la complicación y elevada expectación que rodean ahora a las palabras de Felipe VI sean solo el preludio de lo que sucederá con su mensaje de Navidad.
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