Alberto González Amador, pareja de Ayuso: «El fiscal general del Estado me ha matado públicamente»

González Amador ha explicado ante el tribunal que su procedimiento fiscal se había mantenido como uno más de la Agencia Tributaria durante dos años, hasta que en marzo de 2024 salió a la luz la denuncia de la Fiscalía a su empresa. Hasta ese momento la única indicación que había dado a sus abogados era que resolvieran este asunto de forma «discreta y sin ruido». Sin embargo, de repente hubo un «salto cualitativo» de un procedimiento inspector a «liquidación vinculada a delito», de forma que tras la filtración, en el juicio al que ahora se dirige «no tengo opción alguna, los daños son terribles, hay daños familiares y personales (…) es un atropello por parte de todo el mundo», ha lamentado, cuando «nunca» había tenido ningún problema con su empresa. «¿No tengo derecho a conformar como cualquier ciudadano normal?», se ha preguntado en referencia a la posibilidad de pactar con la Fiscalía para no ir a juicio.

En la situación desesperada que ha expuesto ante el tribunal, ha dicho que «a raíz de la revelación de la filtración del fiscal general me han destrozado la vida, entonces o me voy de España o me suicido», ha dicho, a lo que el presidente del Tribunal, Andrés Martínez-Arrieta le ha respondido: «No le recomiendo ninguna de las dos cosas. En todo caso hable con su abogado, que será el que mejor le pueda asistir».

González Amador ha explicado que pidió a su abogado que resolviera el asunto de forma discreta y «sin ruido» teniendo en cuenta que la presidenta autonómica era su pareja y lo que quería era que no le perjudicara, aunque los hechos que traían causa del expediente de la Agencia Tributaria eran anteriores a su relación con ella.

El testigo ha asegurado que «ojalá» hubiera habido un pacto de «140.000 euros y ocho meses» porque han pasado dos años de la filtración, «no tengo pacto, llevo más del doble de esos 140.000 euros gastados en abogados y me han arrastrado por toda España como el delincuente».

González Amador ha negado que mandara el correo que tenía en poder el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, sobre que la Fiscalía se abría al pacto (en el sentido de lo publicado por 'El Mundo').El solo reenvió el mensaje de su abogado Carlos Neira en el que decía que «todo iba en camino». Se trataba de un correo en el que Neira le transmitía «tranquilidad» porque todo seguía su rumbo. Cual fue su sorpresa cuando la mañana del 14 de marzo ve publicado el correo en el que la defensa reconoce dos delitos fiscales que estaba integrado en la nota de prensa de la Fiscalía, que en ningún momento le pidió autorización para publicar esos datos. «La mañana del 14 cuando veo esa noticia me enfado profundamente (…) y llamé a Carlos Neira».

El abogado le recordó que en las conformidades se actúa así. «Jamás pensé que un correo mío con la fiscalía se iba a filtrar. Hemos entrado en otra dimensión. Tenemos un problema bastante grande», señala que le dijo Neira. «Pasé a ser el delincuente confeso del Reino de España. El fiscal general del Estado me había matado públicamente».

La pareja de Ayuso también ha negado que enviara correos o documentos al periodista de El Mundo que publicó la información sobre el ofrecimiento del pacto de la Fisclía. Dice que ese día 13 de marzo solo habló de su proceso y del expediente tributario y que ni siquiera sabía que iba a publicar una información tras esa conversación.

Cuando la Sexta publicó después que el pacto había sido en sentido inverso, y con el convencimiento del jefe de Gabinete de Ayuso de que la Sexta estaba manipulando la información, Miguel Ángel Rodríguez le pidió permiso para «mover» información en un grupo de periodistas de Whatsapp, a lo que González Amador respondió: «Haz lo que consideres».

El empresario ha dejado claro que siempre ha evitado la exposición pública, y que no había ninguna justificación para sacarle del anonimato por el simple hecho de ser el novio de Ayuso. Ni va con su pareja a actos oficiales, no asiste a bodas de compañeros políticos de la presidenta, procura no aparecer en fotos ni eventos y mantiene su trabajo al margen del de ella.