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entrevista al expolítico

Goñi Tirapu: «Si mi hijo hubiese vivido en Vallecas, no hubiera sido etarra»

Quien fuera gobernador civil de Guipúzcoa en un momento de ebullición de la sangre a manos terroristas tiene cinco hermanos y un hijo vinculados con la banda de la serpiente. Cocina su nuevo libro en medio de una tormenta emocional y el deseo esperanzado de recuperar a su vástago a quien, valiente, le escribe una carta de amor

Goñi Tirapu: «Si mi hijo hubiese vivido en Vallecas, no hubiera sido etarra» fotos y vídeo: luis m. lópez farraces

ÉRIKA MONTAÑÉS

Pocas veces delante de una cámara, un expolítico, exgobernador civil de Guipúzcoa en este caso, ha confesado abiertamente que «su hijo vive en la clandestinidad en Francia hace veinte años por su vinculación con ETA». José Ramón Goñi Tirapu está a punto de cumplir 70 años y tras esas dos décadas privado de ver a su hijo –del que no quiere que se concrete su nombre- se ha decidido, aunque le costó varios meses «arrancarse», a poner negro sobre blanco en un libro sus experiencias vitales, al frente de la lucha contra la banda terrorista entre 1987 y 1990 en su tierra guipuzcoana, y también escribe de lo vivido por detrás, al haber sufrido los avatares de una familia de cinco hermanos y a su propio hijo ligados con el entramado de la serpiente etarra. Le ha costado: «He estado intentándolo dos meses, me sentaba a escribir y no podía, porque los sentimientos se cierran, no te dejan expresarte... Al final salen...».

«Llevo más de veinte años abriendo todos los días los periódicos como ABC para comprobar que mi hijo no está manchado de sangre. Me tranquiliza sobremanera que no tenga delitos de sangre», dice en una entrevista en este periódico el exgobernador civil de una tierra auténtico vivero etarra, con casi 400 atentados abrazados a sus raíces. Durante la charla en la Casa de ABC, Goñi Tirapu recalca en varias ocasiones que «Mi hijo era de ETA», de la Editorial Espasa , es «un libro de amor», y no cabe duda de ello al leer párrafos como éste: «Por encima de las enormes diferencias que nos separan, está mi deseo de volver a verte.... (...). Siento una enorme aversión por la banda y por todo lo que representa, peor no puedo evitar sentir amor por mi hijo», uno de los siete que Goñi Tirapu tuvo en sus dos matrimonios. Esa primera separación conyugal es a la que en parte achaca este hombre el «acto de rebeldía» protagonizado por uno de sus primeros cinco hijos, que aparecía leyendo Egin para sorpresa e indignación de su padre, aunque éste nunca pudo imaginar el anuncio que le daría la Guardia Civil el 3 de septiembre de 1991.

-¿Pero usted escribe «me siento culpable por tener un hijo etarra»? ¿Cree que usted tiene parte de responsabilidad en que su hijo se haya alimentado de ganas de violencia?

(Goñi Tirapu responde a la pregunta incómoda)

- «¿Todos los padres que tienen hijos drogadictos tienen la culpa? No. ¿Son responsables los padres de todas las fechorías de sus hijos descarriados? No. Yo he intentado culpabilizarme durante mucho tiempo, y si yo hubiera podido hacer algo para evitarlo, lo hubiese hecho. Posiblemente mi separación influyó en su estado de ánimo, pero si mi hijo hubiese vivido en Vallecas, no hubiera sido de ETA. Porque en mi familia jamás se habló nada de abertzalismo, ni de nacionalismo, ese veneno lo hemos tenido en el País Vasco y sigue habiéndolo, generando tanto odio que se ha infiltrado en toda la sociedad».

Cuatro veces a punto de ser asesinado

Capítulo IV del libro publicado por Espasa: «Tengo el presentimiento de que algo malo me acecha», relata Goñi Tirapu, cuando se encontraba disfrutando de unos días de relajo en la sierra de Gredos con su mujer e hijos pequeños. «Tenemos una información que relaciona a tu hijo con un comando de ETA» . Y ahí comienza el estallido, el volcán emocional y el torrente encontrado de sentimientos que no ha cesado hasta el día de hoy para este hombre. «No puedo llorar por la muerte de un hijo porque está vivo , no puedo liberarlo de un secuestro, porque no está secuestrado, se ha ido voluntariamente...». Imagínense para un hombre que ha vivido cuatro intentos de asesinato por parte de ETA en tres años de gobernador –narra dos en este volumen- enterarse de que quien se esconde tras la careta y colabora con quienes derraman sangre inocente lleva la sangre de uno mismo.

«No puedo liberar a mi hijo de un secuestro, porque no está secuestrado, se fue él»

Para este hombre de vida azarosa por las sacudidas del entramado etarra no es realmente nuevo. Algunos de sus hermanos lo han vilipendiado públicamente, quizás para «hacer ostentación» de que repudiaban a la autoridad civil en esos momentos en Guipúzcoa. En este momento, otro de ellos también está cobijado en la sombra clandestina en el país vecino. Su madre y abuela del joven huido, que hoy tiene 42 años, mantiene contacto con ellos. De hecho, todo este volumen nace de una nota en género epistolar que José Ramón Goñi Tirapu deposita en el bolsillo de la chaqueta de su madre, cuando acude a visitarla a la residencia de ancianos donde se encuentra interna. Éste es el punto esperanzado y final del libro.

La finalidad del libro

«Quiero que vuelva». Ése es el objetivo decidido de haber roto su silencio en los estertores de la vida etarra, porque Goñi Tirapu está convencido de que el comunicado del pasado 20 de octubre y el debilitamiento actual de la banda terrorista la han conducido a la derrota, aunque «ellos no quieran venderlo» como tal. «Yo creo que ha terminado ETA, lo noto. Lo que pasa es que lo han dicho tantas veces que hay una especie de sospecha generalizada de que eso no es así». No obstante, y además de su «libro de amor», no es posible dejar pasar la oportunidad de indagar en la opinión de este político en retirada acerca del momento actual que atraviesan ETA y el País Vasco.

«El libro no solo va a despertar y pretende tirar de la solapa a mi hijo , sino que es también un revulsivo para la sociedad. Rompo mi silencio para hablar de los desgarros, de lo que es perder a un hijo y no poder hacer nada para recuperarlo. La pregunta ahora es... ¿y después de ETA qué? Yo quiero recuperar a mi hijo y recomponer mi familia después de ETA, aunque va a ser muy difícil, y sé que este libro al principio generará también algunas tensiones en mi situación familiar, pero a medio plazo va a tener efectos. La sociedad vasca está afectada, rota, destruida ... mi caso es un caso entre miles de familias, y en estos momentos, necesitamos muchos esfuerzos para tratar de recomponer esa sociedad. El tiempo es un compañero muy importante, pero sobre todo las razones del corazón son sumamente trascendentales. Los sociólogos dicen que si el terror de ETA ha durado 40 años, van a tener que pasar otros 40 años para recomponer esa sociedad , es decir, dos generaciones».

-¿Cree que el Gobierno actual lo está haciendo bien, está dando los pasos que se precisan en estos momentos?

-«Se está produciendo un esfuerzo por parte del Gobierno para que haya una reinserción de terroristas en los cauces que marca la ley y la gran dificultad está en el entorno familiar y social de esos terroristas. Ésa es la dificultad, esa sociedad. Cuando alguien de los de la cárcel se reinserta y va a su pueblo, esa familia tiene que soportar también todo tipo de vejaciones y es señalado cualquiera de sus miembros. Su casa está pintada con una cruz al estilo nazi... y esa opresión de la sociedad por renacer a un individuo que ha desertado de los suyos impide también que esa familia respire, les quitan el aire para poder vivir y esa familia se tiene que ir de ese pueblo. Pasan de ser héroes a traidores en horas.

Yo siempre pensé que en este tema no debiera haber confrontación política. Los éxitos policiales son los mismos y trabajan igual con el Gobierno anterior que con el actual, porque los policías no han cambiado.

«El Gobierno lo está haciendo bien, se requiere mucho tacto para no fracasar»

Sí, yo creo que el Gobierno lo está haciendo bien y todos los ciudadanos tenemos que apoyarle. Va a ser muy complicado, es necesario tener mucho tacto. No se puede construir una vida democrática normalizada en base al olvido, eso es imposibley sería un nuevo fracaso y ya hemos tenido bastantes. Es necesario construir una sociedad a base de reconocer la realidad de lo que ha ocurrido, 44 años con una media de 14 días entre asesinato y asesinato genera un sociedad enferma, y para eso, que es el mayor delito, no hay ninguna pena de prisión. Hay 30 años para el asesinato de una persona, pero para asesinar a una sociedad entera no se impone ninguna condena».

Aún me dicen: «Schhh, baja la voz...»

En otro momento de la entrevista e interpelado por cómo es su día a día cuando ya no es reconocido por las calles como «la ley», «el gobernador» Goñi Tirapu advierte: «Voy con mis amigos, que no tienen nada que ver con el mundo abertzale y me dicen: schhh, baja la voz... son reacciones habituales y actuales. Sigo siendo el exgobernador para mucha gente de ahí y esa sociedad todavía está en proceso de recuperación. Esto es seguramente el efecto político más importante de un libro escrito con amor, pero es que además en estos momentos nos estamos jugando muchísimo del futuro de España y el País Vasco. Si el próximo lendakari es de Batasuna, esa recuperación de la sociedad o no va a darse o se va a dar a muy largo plazo. Nos la jugamos, España entera».

«Hay 30 años por asesinar a una persona y no hay pena por matar a una sociedad entera»

Cuando habla de Bildu, el exgobernador despotrica acerca de cómo «están en plan cordero» porque han llegado a las instituciones. «La Policía tiene más confidentes ahora mismo de los que ellos se imaginan; por lo tanto, saben que el si cometen actos terroristas, van a ir a la cárcel sin haberlo conseguido. Puedo haber uno que lo consiga, pero es uno, esto ya no es ETA. En este sentido, ETA ha terminado por la falta de dinero, y porque en estos momentos controlan cien ayuntamientos, la Diputación Foral de Guipúzcoa que recauda los impuestos de todos los guipuzcoanos, no necesitan atracar, legalmente disponen de una masa económica alucinante, como no imaginaban nunca. Y además sus dirigentes tienen una tarjeta visa, van con coche oficial y... ¡pisan una alfombra!», completa Goñi Tirapu, que remacha: «No creo que consientan perder todo eso porque un chaval dispare o cometa un atentado puntual. Ésa es mi impresión».

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