El grupo socialista podría pedir a los diputados díscolos que no acudan a votar la reforma de la Constitución
El diputado Antonio Gutiérrez ya ha comunicado a Rubalcaba que votará en contra de la reforma. Lo mismo han hecho los senadores del PSE Iñaki Zubero y Roberto Lerchundi, quienes no votarán a favor del texto en el Senado.
El Grupo Socialista vivió anoche una de las reuniones más trascendentales de los últimos años para debatir la postura a adoptar hoy en el debate y votación de la toma en consideración de la reforma constitucional . Con una mayoría del PSOE reticente a la reforma, aunque la apoye por disciplina, las tensiones convergen en los 169 diputados que hoy decidirán con su voto si sigue adelante. El ex secretario general CCOO. Antonio Gutiérrez dejó claro antes de la sesión a puerta cerrada que venía a escuchar, pero que sigue firme en su intención de votar hoy «no» a una reforma que considera «un suicidio» para la izquierda y para el PSOE porque consagrará principios neoliberales nada menos que en la Constitución.
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El PSOE no está dispuesto a perder la pretendida imagen de unidad desplegada ayer en la reunión de su cúpula . Por eso, según fuentes consultadas por la agencia EFE, la dirección del grupo podría pedir a los parlamentarios díscolos que no acudan al pleno en el que se debata, a fin de no cosechar ningún voto contrario dentro de las filas socialistas. Aunque Antonio Gutiérrez ya ha manifestado su voto en cotnra de la reforma, otros miembros del partido se opondrán a la iniciativa de Zapatero. Se trata de los senadores del PSE Iñaki Zubero y Roberto Lerchundi , quienes han comunicado a Rubalcaba su voto en contra de la reforma constitucional. De hecho, uno de los senadores ha insinuado que se ausentará de la Cámara Alta cuando llegue el momento de la votación, previsiblemente el próximo martes. «Si estoy, no votaré que sí», ha señalado.
«Se podía haber hecho mejor»
Alfredo Pérez Rubalcaba se dirigió ayer a los parlamentarios de Congreso, Senado y Parlamento Europeo con el mismo argumento que ya empleó el pasado viernes al anunciar el acuerdo con el PP: «Endeudarse no es de izquierdas» . Aunque no criticó a Zapatero, como sí lo había hecho por la mañana a puerta cerrada en la Ejecutiva, y por la tarde con los «barones», Rubalcaba asumió que las cosas se podían haber hecho mejor en el terreno de las formas pero lo importante, dijo, es que se han respetado los criterios de «flexibilidad» que se exigía para que los futuros gobiernos puedan invertir.
Malas formas
Muchos de los intervinientes, han coincidido las fuentes, han reprochado las formas y el momento elegido por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para anunciar la modificación de la Carta Magna.
Han considerado que se ha hecho de forma muy precipitada, en pleno mes de agosto, han reconocido que el anuncio cogió por sorpresa a todo el mundo y han pedido que la medida se explique convenientemente a la sociedad.
Rubalcaba, por su parte, ha mostrado su confianza total y absoluta en el Gobierno y se ha mostrado convencido de que tendrá efectos positivos en el exterior. Además, cree que era la mejor medida que había para aplacar los ataques especulativos, porque otras alternativas habrían sido más dramáticas.
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