Santiago Carrillo: del socialismo al comunismo
Desde su militancia en las Juventudes Socialistas al comunismo clandestino, hasta buscar el amparo de la España conciliadora
Santiago Carrillo hizo buena la sentencia aristotélica de que el hombre es un animal político . En los mítines, en las trincheras, en la oposición, en el exilio, enfrentado a sus antaño correligionarios, donde quiera que se batiese en lucha mostró unas facultades más que notables para nadar en las turbulentas aguas de la política, esquivar los golpes de sus adversarios y resultar casi indemne después de muchos años de brega.
Santiago Carrillo nació en Gijón en 1915. Durante los años 30 fue miembro del sector «revolucionario» de las Juventudes Socialistas . Fue también colaborador cercano de Largo Caballero hasta que se apartó de él tachándolo de «moderado». Colaboró en la unificación de las Juventudes Socialistas y las Juventudes Comunistas bajo el nombre de Juventudes Socialistas Unificadas .
Durante la Guerra Civil forma parte del ejército de la República con rango de capitán, participando en diversos frentes. En la mitad de la guerra, cuando la caída de Madrid parecía inminente, se afilia al Partido Comunista de España, pasando a formar parte de la Junta de Defensa de Madrid como Consejero de Orden Público .
Tras la contienda se exilia a Francia , y con la elección de Dolores Ibarruri como Secretaria General del PCE, Carrillo Solares es encargado de organizar el partido en España, siendo responsable del fin de la lucha armada de los guerrilleros en 1949.
Partidario de la inclusión de España en la ONU, de la democratización del PCE y de la conciliación nacional, Carrillo se enfrenta a gran parte de su partido. Sin embargo, y cuando estaba al borde de la expulsión , Dolores Ibarruri delega en él las responsabilidades de la Secretaría General al conocerse que el régimen de Nikita Jrushchov está empezando a condenar las políticas estalinistas y busca un período de distensión de las hostilidades con el bloque occidental.
En 1968, y tras su crítica a la invasión soviética de Checoslovaquia, el Partido enfría sus relaciones con la URSS. En esos años el PCE se convierte en el más importante partido clandestino de oposición al franquismo.
Tras la muerte de Franco y el inicio de la transición democrática, el PCE es legalizado por el presidente Adolfo Suárez. En las primeras elecciones Santiago Carrillo consigue acta de diputado por la provincia de Madrid.
Tras pasar el PCE a manos de los «renovadores», Carrillo y sus seguidores son expulsados en 1985, pasando a formar un nuevo partido minoritario que no tardaría en integrarse en el Partido Socialista Obrero Español.
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