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ELECCIONES generales

Rubalcaba, el «monje» que susurraba al presidente

Ha sido el presidente de facto del mismo Gobierno del que trata de desligarse para tener opciones el 20-N. Así opina el autor de su biografía no autorizada, que lo describe como uno de los mayores trabajadores de la política y un hombre que controla todo con dos móviles y unas inefables ansias de poder

Rubalcaba, el «monje» que susurraba al presidente FOTOS: AGENCIAS

ÉRIKA MONTAÑÉS

El «monje del poder» que susurraba al presidente … ahora pretende ser presidente. Éste podría ser el resumen del contenido de la biografía no autorizada sobre Alfredo Pérez Rubalcaba , que vio la luz -tras un año intenso de documentación por parte del periodista Julio Somoano - el mismo día que se publicaban las memorias escritas por su contrincante el próximo 20 de noviembre, el gallego Mariano Rajoy . Pero «Rubalcaba, el monje del poder» (Ed. La Esfera de los Libros ) no está hecho con el consentimiento ni las aportaciones del líder socialista, salvo en lo que concierne a sus declaraciones públicas y retazos de entrevistas a decenas de periodistas consultados por el autor. Para alimentar la disección que este volumen hace sobre el químico de Solares (Cantabria) se ha valido de la consulta e interrogatorios a docenas de personas que le conocen muy bien: amigos de la infancia, compañeros del partido y la oposición, cronistas parlamentarios y periodistas de investigación, compañeros de trabajo de su padre, vecinos de veraneo… El resultado no deja a nadie indiferente, como la propia oscuridad del personaje, que «sonríe cuando alguien le insinúa que es maquiavélico e intrigante, que tiene tremendas dotes para la componenda y la ocultación». «La mitad de los españoles le adora, y la otra mitad le detesta -subraya Somoano-, pero que casi todos le temen» . ¿Por qué? Algunas de las aseveraciones que se asientan acerca de Rubalcaba en el libro son las siguientes: «Probablemente es el hombre que más secretos de Estado conoce y que domina las alcantarillas del Estado»; «es un veterano estrega, masajista de las negociaciones, torero de la dialéctica, es el ariete mediático del PSOE»… Y «todos los capitanes socialistas lo han querido tener junto a ellos». Sería algo similar a que es mucho mejor tenerlo como amigo, que como enemigo.

Alfredo (como ahora quiere que lo recuerden, en reminiscencias al «Felipe» que tan buenos resultados dio al primer presidente socialista) lleva 37 años en el partido y tres décadas en el poder , desde que pisara en 1982 las alfombras del Ministerio de Educación como director técnico en una de sus áreas. Hubo de esperar una década para convertirse en ministro de ese mismo ramo que tanto le atraía, como doctor en Ciencias Químicas que era en la Universidad . En ese puñado de aptitudes que se recopilan a lo largo de las 374 páginas de este volumen se da suma importancia a una: su afán comunicador. Se recoge en el libro el análisis que de él hacen varios expertos y políticos rivales. «Es un comunicador nato , de los pocos políticos que entienden que ellos deben adaptarse a los medios y no al revés, su forma de gobernar es la del titular no la de la imagen o la estética y es un animal político químicamente puro» , en aplicación de sus otras pasiones, la investigación y la enseñanza. De hecho, el dirigente sexagenario aplica a su praxis política un principio de su carrera química: intenta ser «contundente como un fotón y sutil como las ondas» . De este modo tan gráfico sintetiza Julio Somoano la doble personalidad que tiene Rubalcaba delante y detrás de las cámaras de televisión, que después de tantos años maneja a su antojo, con mensajes directos, órdenes sintetizadas y el dato con el que quiere que se quede el ciudadano por encima de todo (no en vano, introdujo los Power Point en el Ministerio del Interior para sus explicaciones concisas y directas en las ruedas de prensa).

Ahora es el mantra de los recortes

¿Un ejemplo de esos dardos que lanza Rubalcaba a la población? En una entrevista digital en ABC.es , el autor del libro apuntaba: «Si el 20-N Rubalcaba pierde, pondrá todos los resortes en marcha para desgastar al Gobierno de Rajoy en las calles. El mantra de los recortes sustituirá al de Irak o el del Prestige» . Por lo que llevamos de carrera electoral, Rubalcaba no está errando ese tiro.

Formó parte del Gobierno del GAL y la corrupción, la negociación con ETA y del aviso al Faisán

El autor del libro sobre su figura argumenta esa tesis en el conocimiento de la «participación» activa de Alfredo Pérez Rubalcaba en los acontecimientos políticos más importantes de las últimas tres décadas. Y si no valen las palabras, en este volumen se testimonian y relatan al detalle hechos como los siguientes: Rubalcaba fue el portavoz de los escándalos del GAL y de corrupción del tardofelipismo. Negó haber estado en Guadalajara apoyando al exministro del Interior y exsecretario de Estado de Seguridad, José Barrionuevo y Rafael Vera, respectivamente. En el libro aparece una foto exclusiva en la que el cántabro apoya y jalea a los dos excargos socialistas a las puertas de la cárcel.

Rubalcaba contó con mejor y más pronta información de los acontecimientos del 11 al 14 de marzo que el propio Aznar. Tenía amigos, como el propio Vera, la exsecretaria de Estado de Interior y entonces juez de la Audiencia Nacional Margarita Robles, el comisario político del PSOE en Chamartín, Telesforo Rubio, y el propio director del CNI, Jorge Dezcállar, que le proporcionaron valiosos datos sobre la autoría de los sangrientos atentados de Madrid. Para Somoano, hay pruebas incontestables de que Rubalcaba empleó a medios afines, como la Cadena SER, para ir acomodando la idea en la ciudadanía de que el Gobierno mentía u ocultaba la verdad, a sabiendas de que no había sido ETA, a pesar de que él mismo contaba con la opinión de Dezcállar de que el CNI y la Policía seguían sin ver claro el descarte de la banda terrorista. Una prueba más fue que tras la conversación de Ángel Acebes con el líder de la oposición, Rodríguez Zapatero, y de éste con Rubalcaba, Acebes se había equivocado al decir «detenidos dos hindúes» en lugar de «dos indios» y el última hora de la SER unos minutos después copió el mismo error: «Detenidos dos hindúes» (que son ciudadanos que practican el hinduísmo y no oriundos de India, como era el caso).

«Al monje del poder le sirven sus dos troncomóviles para mover al país: uno le mantiene conectado al presidente, y el otro al mundo». La frase y la anécdota que contó el veterano político son otra síntesis de su modo de obrar: en la página 38, Somoano describe cómo el teléfono de Rubalcaba echaba humo el 12 de marzo de 2004. «No dejaba de sonar, le llamaba todo el mundo, y él pensaba que mientras está con el aparato pegado a la oreja, a ti te preguntan, pero tú no recibes información». ¿Por qué salió el 13 de marzo, en plena jornada de reflexión, a pronunciar las diez palabras por las que se le recordó durante mucho tiempo, aquel «los ciudadanos se merecen un gobierno que no les mienta» ? «Zapatero decide no hacer la comparecencia él porque quiere ajustarse escrupulosamente a las reglas del juego y me pidió personalmente que saliese yo. Alfredo, sal tú ». Y el hombre que susurraba cada discurso, cada gesto, cada movimiento al inminente presidente del Gobierno, salió a escena.

Quien saca las castañas del fuego...

Somoano decide introducir el libro con ese capítulo, el del 11 de marzo, «cuando España sangraba a borbotones», indica, y en Ferraz hay un gesto que, como icono, desagrada. Se descorchan botellas de champán para celebrar la victoria electoral.

Y después de aquello, el presidente le encarga personalmente la labor de diseñar una estrategia negociadora con todo el arco parlamentario, excepto con el «al PP ni agua» que acuña Rubalcaba y proyecta para toda la primera legislatura de Zapatero. También es el encargado de «arreglar» el desaguisado que crea el «presidente del talante» cuando en el Palau Sant Jordi promete a Pasqual Maragall -uno de quienes, por cierto, le habían encumbrado al poder en aquel Congreso de la Nueva Vía de 2000 cuando ganó a José Bono por un puñado de votos y no con el de Rubalcaba precisamente- que apoyará el Estatuto que salga del «Parlament». Somoano desgrana, paso a paso, las maniobras de Rubalcaba para que el «Estatut» fuese recortado en varios artículos y refrendado por el Congreso.

Más interesante resulta comprobar que, en plena negociación con la banda terrorista, Alfredo Pérez Rubalcaba mantiene un arma de doble filo «negociando con una mano y empleando la otra mano, la dura, al dirigir a las Fuerzas de Seguridad del Estado como ministro del Interior contra la banda», hasta desembocar en su «decisión personal» de excarcelar al sanguinario etarra Juan Ignacio de Juana Chaos.

Fue «decisión personal» suya excarcelar a De Juana. Este episodio no le pasó factura al PSOE

Y en este punto se adhieren varios elementos que, cuando menos, llaman la atención: el histórico etarra Julen Madariaga asegura al autor del libro y también en su día lo hizo ante la juez francesa Laurence Le Vert que Rubalcaba «conocía al detalle las conversaciones del entorno etarra con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren », quien por cierto estuvo casado con una prima hermana del dueño del polémico «bar Faisán». Varios días después del atentado de la T-4 de Barajas , que se suponía había dado al traste con el diálogo del Ejecutivo de Zapatero y Rubalcaba con ETA, el ministro del Interior cántabro salió ante los medios a decir «jamás van a alcanzar sus objetivos, ni matando, ni extorsionando, ni chantajeando, ni poniendo bombas» y la negociación siguió para que ETA anuncie un alto el fuego posterior. Las actas incautadas a un dirigente etarra revelaron años después que los negociadores del Gobierno continuaron viéndose con los cabecillas de la banda esos meses de marzo y abril.

En Interior: «Avisad a Elosúa»

La «X» del Faisán es su principal jaqueca como ministro del Interior, que «ya no tiene como candidato», sostiene el autor. Con la negociación entre la espada y la pared, con Rubalcaba recién nombrado aquel 7 de abril de 2006 nuevo ministro del Interior, la «Operación Urogallo» que ponen en marcha el juez Grande Marlaska y la gala Le Vert está a punto de dar al traste con las negociaciones con la banda, así que desde el Ministerio del Interior se da una orden: «Avisad a Elosúa» , dueño del centro neurálgico de la extorsión etarra a empresarios vascos. « Hasta el momento no se ha demostrado qué alto cargo da la orden de avisar a Elosúa . Las investigaciones judiciales sitúan la trama en la cúpula del Ministerio del Interior, pero no concretan de quién llegó la orden de dar el soplo a la banda terrorista». Estos datos se repasan en la página 310 de esta biografía no autorizada de Rubalcaba, que no alberga dudas de que e l caso es el talón de Aquiles del ya vicepresidente primero del Gobierno de Zapatero. Según pronunció Felipe González, Rubalcaba es experto en superar obstáculos que él mismo se ha creado y para el autor, éste quebradero de cabeza responde a ello.

Se trata de una nueva gestión oscura de este «fontanero, funambulista» y experto en el juego del mus, que solo libra para ganar como buen estratega. Y no es éste un juego de palabras, no. Es que el propio Rubalcaba se sabe un maestro del mus, del que da rienda suelta por ejemplo contra los aficionados de los bares de las playas de Niembro y Posada de Llanes, en Asturias, donde veranea desde hace dos décadas con su mujer, la vitoriana y eminente científica Pilar Goya, y con parte de su «clan de los químicos», como su amigo de la infancia Jaime Lissavetzky y su mujer, Pilar Tigeras.

Rubalcaba dice que no juega al mus, sino que da clases como estratega

En la inmersión personal rubalcabiana que hace el autor, no solo se detiene en su infancia en el elitista colegio de Nuestra Señora del Pilar , donde compartió pupitre con Lissavetzky y nueve años antes estudió su padrino político Javier Solana . Sugiere el conflicto que lo mantuvo apartado de su padre, un piloto del bando nacional (frente a su hijo, que sigue teniendo miedo a volar y es de una ideología diametralmente opuesta); da cuenta de cómo su suegra le apodaba «el Rúbal» y de su inconmensurable afición por el deporte , que saca a relucir hasta en los encuentros más importantes como forma de relajarse y trazar puentes con el interlocutor.

¿Cómo es el Rubalcaba de puertas adentro?

Cartujo de la política, se alimenta sólo de ella, porque llega a trabajar hasta 16 horas, solo duerme cuatro al día y come muy poco, su dieta básica es solomillo y verduras o sándwiches, se puede tirar un día entero con un termo de café y refresco de cola Light, porque dice que si come mucho luego no puede trabajar , y no come pescado, porque padece el «mal de los vicepresidentes», como Elena Salgado y María Teresa Fernández de la Vega, el mal del anisakis. Por sus problemas cardiacos estuvo a punto de dejar la política una vez y la segunda, por razones familiares, después de que su mujer perdiese a dos hermanos. Defiende el libro que es más familiar que el común de los políticos, que llega a su despacho y enciende su iPod con música clásica o pop para «escanear» primero las cabeceras de prensa más críticas. De lo que más disfruta, como su contrincante Rajoy, es de la prensa deportiva y aspira en su escalada hacia el poder a llegar al último peldaño, ser presidente del Real Madrid . Sería como su retiro soñado, viene a señalar el autor, que no oculta una graciosa anécdota con Su Majestad el Rey que también advierte cómo es el Rubalcaba de entre bambalinas. Siendo ministro de Educación y Deporte, quiso compartir el palco con su amigo Lissavetzky y le llevó como su escolta. ¿Quién se percató de que aquél era un convidado de piedra? Fue Don Juan Carlos quien le susurró a Rubalcaba:«Pero Alfredo, éste no es tu guardaespaldas».

Otra anécdota que lo une a Rajoy, según cuenta el presidente del PP en su autobiografía, es que ninguno de los dos quiso en su día mudarse a vivir, como es preceptivo en los ministros del Interior, al departamento sito cerca del madrileño Paseo de la Castellana. Pero cuando le mostraron al cántabro una foto suya dándose una ducha en la que emergía su calvicie como un blanco fácil, se trasladó al Ministerio sin dejarse atrás «su sillón de orejas». Parece una estampa de otra época. Pero no lo es la de que es un hombre que «convence, atrapa y seduce, que te gana en el terreno corto» hasta el punto de que la actriz Maribel Verdú llegó a confesar que le «ponía», precisamente por esas armas de seducción y esa fama de conspirador que tanta sorna le despierta al propio protagonista. Consciente de que el paso por Interior suavizó su imagen, en el PP dicen de él que «es el enterrador de los gobiernos socialistas, el último que se va de Moncloa, el que apaga la luz».

El futuro... ¿también en sus manos?

¿Y qué piensa el autor del futuro inminente del político-químico cántabro? «Los sondeos pronostican que perderá, pero él se agarrará a la silla como secretario general del PSOE. Luego, puede aspirar en las siguientes generales de 2015 o dejar paso a Chacón», de quien además reescribe el libro cómo se encargó él, su homólogo en el partido, José Blanco, y el que él denomina como «su sucesor» natural y hombre de Rubalcaba donde los haya, Patxi López, de echarla a un lado . Conforme a lo que se compila en este volumen, llegaron a amenazar a Zapatero con despojarle de la Secretaría General del PSOE y forzar su inmolacióncomo presidente del Gobierno en el Comité en Ferraz que tuvo lugar tan solo 48 horas después de la «renuncia» pública de «la niña de los ojos» del leonés, que alertó de las maniobras que pusieron en peligro «la propia estabilidad del Gobierno» central . Se refería a la operación orquestada para que Rubalcaba, que había adelantado que no se presentaría a unas elecciones, fuese el siguiente candidato, y que Zapatero, que había dicho que nunca daría un «dedazo» como Aznar con Rajoy y que siguió defendiendo las primarias como sistema de democracia interna, se desmontase de ese caballo en la última semana de mayo de 2011.

Última reflexión personal del autor, que compartió con los lectores del chat de ABC.es: «No veo a Rubalcaba como presidente del Gobierno. Pero un Rubalcaba liderando la oposición puede incomodar mucho al PP . Aunque pierda, intentará quedarse, si no intentará colocar a uno de los suyos. El objetivo de Rubalcaba de desligarse ahora de la marca Zapatero es inalcanzable. La herencia de Zapatero es clave, fundamentalmente porque él ha sido presidente de facto de este Gobierno. El candidato tiene una gran capacidad de seducción, pero no hace milagros ». La comprobación, el próximo 20 de noviembre.

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