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Rubalcaba ofrece a Rajoy mano tendida para salir de la crisis
Pide cambiar el pacto que firmó Zapatero para subir el tope de déficit público al 0,5%
Alfredo Pérez Rubalcaba ofreció ayer a Mariano Rajoy mano tendida porque pone «por encima de los intereses del PSOE» el interés de los españoles en esta hora crítica. Fue un anuncio de oposición «positiva» forzada por el peor dato electoral del PSOE —110 diputados—, «un mal resultado», según reconoció. A partir de ahí, uno y otro se prodigaron buen tono, lo que permitió al presidente del PP llevar el debate a su terreno. Es en el que se mueve con firmeza y ayer volvió a demostrarlo: programa de estabilidad respaldado por Europa —recalcó Rajoy—, según el cual habrá que recortar, como poco, 16.500 millones en 2012.
Con tan escaso margen de maniobra y en un papel «provisional» hasta que se dirima el liderazgo del PSOE en el 38 Congreso de febrero, Rubalcaba esbozó un primer desmarque opositor a cuenta de la primera iniciativa legislativa: la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Como era previsible mostró su aquiescencia, pero sin prisas e intentando elevar el tope del déficit público anual al 0,5% como ha decidido la UE, en lugar del 0,4% del PIB que pactaron Rajoy y Zapatero en agosto. A continuación rechazó que los «activos tóxicos» inmobiliarios de la banca los acabe costeando el erario público y la implantación de un bachillerato de tres años que va a poner la educación «patas arriba».
Además, Rubalcaba está en contra de una reforma laboral que cree un «contrato único» y regule los llamados «minijob», empleos por debajo de los 641 euros al mes del Salario Mínimo Interprofesional. Alemania ya los está desechando, argumentó. « No vayamos a esos contratos porque ellos están volviendo ; que (los “minijob”) no sean como los cangrejos americanos, que acabaron con los cangrejos autóctonos». Rubalcaba insistió en que Rajoy no ha aclarado cómo va a cuadrar las cuentas para recortar, por un lado, 16.500 millones de gasto social en 2012, y además aprobar rebajas fiscales por importe de 10.000 millones.
Rajoy no aceptó esta cuantificación y se negó en redondo a subir el impuesto de sociedades, como propone Rubalcaba, porque eso sería «un error lamentable» y retraería aún más las rentas empresariales que ahora son necesarias para reactivar la economía. Tampoco quiso precisar, y eso que su opositor socialista le incitó varias veces a desvelar ya las «malas noticias» impositivas, qué va a hacer con el IVA. «No tengo intención de subirlo», fue su respuesta. Antes, Rubalcaba le había reprochado que cuando se opuso en 2010 a la subida de ese impuesto del 16 al 18% «ya sabía» que tendría que subirlo.
ETA, «mucho por hacer»
El portavoz socialista ofreció «lealtad estable en la lucha contra el terrorismo» porque «quedan muchas cosas por hacer», y advirtió: «No vamos a consentir nunca que la Historia la escriban los verdugos en contra de las víctimas». Rubalcaba intentó hacer suyo el discurso de la «cohesión social» regalándole a Rajoy una oferta de Pacto Sanitario; la repitió para defender políticas de reactivación de la economía en Europa. El líder del PP le replicó que la mejor política de cohesión es no dejar cinco millones de parados, como han hecho ellos.
Rubalcaba lanzó un guante a Rajoy para hablar de derechos civiles que éste tampoco recogió. Le instó a retirar el recurso de inconstitucionalidad contra la denominación de matrimonio homosexual porque, si no, parece que «acepta que los homosexuales duerman después de comer, pero no acepta que se llame siesta».
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