Rabat admite menos devoluciones al mes que inmigrantes llegan en un día

Las fuentes consultadas por ABC no quieren dar datos concretos, pero sí admiten que ha habido días en los que han llegado en cayuco a las costas de Canarias más inmigrantes irregulares de los que admite Rabat en todo un mes. «Es algo que ha sucedido antes; las devoluciones son siempre muy complicadas, y estos últimos días se han hecho a Marruecos, Argelia y Mauritania», alegan. Tras el viaje de Marlaska para reunirse con su homólogo marroquí el objetivo es que entre esos tres países acepten a 1.200 inmigrantes irregulares a la semana , lo que en este momento se antoja un sueño inalcanzable.

La visita de Pedro Sánchez a Marruecos debía haber servido para ayudar a alcanzar esta meta, pero su suspensión, con excusas cambiantes según hablara Carmen Calvo o el propio presidente, revela hasta qué punto Rabat desconfía de un Ejecutivo en el que, paa complicarlo todo, Pablo Iglesias boicotea las relaciones entre los dos gobiernos.

Las enormes dificultades para hacer devoluciones quedan reflejadas en hojas de servicio de la Policía. En una de ellas, del 4 de diciembre, se escribe: «En caso de que por cualquier circunstancia se detecte la presencia de alguna persona que tenga orden de devolución, orden de expulsión o prohibición de entrada debe comunicarse igualmente dicho extremo dado que existen circunstancias en la situación actual que no permiten la expulsión del ciudadano extranjero (que se encuentre) en estas circunstancias».

Lo cierto es que desde la crisis de los inmigrantes de Canarias se han intensificado los controles policiales para detectar también a «sin papeles» con documentación falsa. En este sentido, ha llamado la atención de que estas personas puedan acceder a aviones en esas circunstancias. La razón estriba en que son billetes de avión que compran por su cuenta y que en los vuelos domésticos no hay controles policiales de acceso, sino solo el que hace personal de Aena y los que controlan el acceso al aparato.

En cualquier caso, a los inmigrantes únicamente se les puede pedir la documentación en supuestos tasados, como la sospecha de que puedan llevar documentación falsa o porque por su actitud sugieran que están involucrados en una actividad irregular. Pero no puede hacerse de forma indiscriminada, por imperativo legal.

No obstante, las fuentes consultadas admiten que sobre todo esta semana se han reforzado los controles en los aeropuertos canarios para impedir a muchos inmigrantes viajar a la Península mediante la aplicación de las medidas sanitarias decretadas por la pandemia. «En estos días son muchos menos los que se pueden subir a un avión» , precisan. Es decir, se utilizan las medidas sanitarias del estado de alarma con estos fines.

Cuando de forma libre los inmigrantes irregulares están en el sistema de acogida, son las ONG, con las subvenciones públicas que reciben, las que pagan los vuelos. Pero siempre tienen que estar autorizados por el Ministerio del Interior, que deniega cada vez un buen número de peticiones al utilizar un criterio restrictivo.

Al bajar de la embarcación de Salvamento, los inmigrantes se encuentran con el primer trámite policial. Deben ser identificados en las primeras 72 horas desde que tocan tierra y acto seguido gozan de libertad de movimiento. Una vez superada esta etapa, los miles de inmigrantes que alcanzaron el litoral canario durante los últimos meses fueron derivados a hoteles y centros de atención temporal de extranjeros en el archipiélago. Allí, los cuidados de urgencia corren a cargo de las ONG, que reciben fondos desde hace años del Ministerio de Inclusión para acometer esta tarea en el marco del Sistema de Atención Humanitaria.

«Sí, en un traslado, los billetes los compramos nosotros», confirma José Javier Sánchez Espinosa, subdirector de Inclusión de Cruz Roja, en conversación con ABC. Deja claro, no obstante, que su ONG únicamente participa en las reubicaciones de inmigrantes en situación de vulnerabilidad, los únicos que reconocen tanto el Ministerio del Interior como el de Migraciones y que el Gobierno califica como «puntuales». Desde Cruz Roja también se desmarcan de las llegadas de otros inmigrantes, como las de esta semana en Valencia , que están al margen del control oficial. Admiten, sin embargo, que sí tienen la certeza de que hay personas que deciden abandonar los centros de acogida que gestionan en Canarias, ya que con la ley en la mano no pueden ser retenidos.

Acto seguido, el portavoz de Cruz Roja detalla que los traslados que ellos gestionan siempre son en grupos pequeños de entre ocho y quince o veinte personas, y que se llevan a cabo tanto a través de aviones como barcos comerciales. Además, no trasladan a ninguna persona que no haya sido autorizada para ello tanto por Interior como por Migraciones e Inclusión. Ambos gabinetes remiten, antes de empezar el proceso, un listado de las personas en situación de vulnerabilidad susceptibles de ser derivadas a la Península con sus datos y estatus detallado. Después, la ONG va organizando poco a poco las expediciones.

En este punto se abren otras dos opciones, como desarrolla Sánchez. Si el individuo que va a ser trasladado tiene el pasaporte, puede viajar dentro de territorio nacional. «Lo que ocurre es que la mayoría de personas que trasladamos no tiene documentación y por eso solicitamos un salvoconducto a la Policía para que puedan volar», reconoce el portavoz de Cruz Roja al hilo de la segunda opción.

El subdirector de Inclusión de la Cruz Roja, que asume la atención de la mayoría de inmigrantes llegados a Canarias, revela que desde el 1 de enero han trasladado «a unas 3.000 personas» desde el archipiélago. De igual modo, estima que desde el pasado 25 de noviembre esta institución ha acometido alrededor de 140 traslados a destinos como Barcelona, Sevilla o Madrid.

Sánchez especifica que ninguno de los inmigrantes que trasladan se sube al avión o al barco sin un test diagnóstico reciente que confirme que es negativo en coronavirus. « Al llegar se les hace una prueba PCR y, al salir, una de antígenos. Ninguno sale sin hacerse el test», subraya Sánchez, quien puntualiza que esta pruebas se llevan a cabo, como máximo, en las 48 horas previas a viajar.

Por último, desde Cruz Roja sostienen que acompañan a los «sin papeles» hasta el momento de embarcar y les reciben, u organizan su traslado al centro que haya determinado para ellos el Ministerio de Inclusión y Migraciones, en el punto de destino.