audiencia nacional
El juez Ruz comunica a los policías implicados en el «caso Faisán» su procesamiento
Enrique Pamiés y José María Ballesteros están acusados de un delito de colaboración con ETA y otro de revelación de secretos

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha comunicado su procesamiento a los dos mandos policiales implicados en el «caso Faisán». Tanto el exjefe de la Policía del País Vasco Enrique Pamiés como el exinspector de Vitoria José María Ballesteros están acusados de un delito de colaboración con organización terrorista y otro de revelación de secretos en relación al «chivatazo» a ETA que obligó a posponer la desarticulación de una red de extorsión de la banda terrorista. El pasado jueves, el juez dejó fuera del procesamiento al exdirector general de la Policía Víctor García Hidalgo al considerar que no había más indicios contra él que los que el Pleno de la Sala Penal consideró insuficientes hace un año.
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Ruz asegura que Pamiés t uvo conocimiento de los últimos avances de la investigación del aparato de extorsión de ETA en la tarde noche del 3 de mayo de 2006, el día anterior al «soplo». Fue entonces cuando se puso en contacto con el entonces miembro de la Brigada de Información de Vitoria destinado a la investigación del terrorismo islámico José María Ballesteros, a quien pidió que el día siguiente que se desplazara a Irún para permitir el contacto con Elosúa «y poder trasladarle la información sobre el operativo policial en marcha, con la intención de frustrar el mismo».
Un café durante la espera
Al día siguiente, Ballesteros intentó contactar con Elosúa en su domicilio, y al no lograrlo se dirigió al bar, al que entró a las 11:17 horas, según la cámara de videovigilancia situada en el bar por el operativo policial que investigaba a los colaboradores de ETA. El auto reconoce un retardo de tres minutos en la grabación respecto a la hora real. Una vez dentro, Ballesteros preguntó por el dueño del local y a las 11.23 le pasa el teléfono desde el que presuntamente Pamiés dio el «chivatazo». La conversación duró 8 minutos y 11 segundos . Mientras tanto, el policía esperó en la barra tomándose un café. Durante esos ocho minutos, Pamiés le dice a Elosúa que tiene conocimiento de una comida que él mantuvo el día anterior con otros miembros del aparato de extorsión, concretamente Ramón Sagarzazu y Gorka Aguirre, le refiere el carácter confidencial de esta llamada, que su teléfono estaba intervenido y le proporciona información sobre otras personas investigadas.
Entre los indicios contra los mandos policiales, Ruz ha tenido en cuenta los datos técnicos aportados por la radiobaliza instalada en el coche de Elosúa, las imágenes del sistema de videovigilancia en la entrada principal del «Faisán», las declaraciones del propio Elosúa y de otros testigos del caso y el tráfico total de llamadas a las líneas telefónicas móviles que se encontraban activas y situadas bajo cobertura de los repetidores que daban servicio a la zona.
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