«Ya nadie discute la decadencia catalana, ahora toca reconstruir»

En la Diada de 2020, recuerda Sánchez Costa, Sociedad Civil lanzó una campaña para denunciar e informar a los catalanes de que el ‘procés’ equivalía a «decadencia social, política y económica». Durante años el independentismo ha combatido esta percepción, un intento que se deshacía ante lo innegable de las cifras y las evidencias, empezando por la por ahora no reversible fuga de sedes de empresas, principalmente a Madrid, y concluyendo con el consolidado ‘sorpasso’ económico de esa última comunidad frente a Cataluña. «Se discutía esta realidad, se afirmaba que eran cifras manipuladas. Creo que ahora ya nadie niega que el tono de Cataluña es bajo. Ni los propios independentistas niegan ya que no vamos bien», explica Sánchez Costa.

Es en este contexto en el que SCC lanza su nueva campaña, coincidiendo con el 11 de septiembre. «Reconstruyamos Cataluña» es su lema, un tono optimista, constructivo, se diría que casi paralelo al momento por el que pasa la entidad, ya con nueva sede y habiendo superado uno de sus peores momentos por la falta de recursos.

La tesis que sostiene Sánchez Costa es que Cataluña debe aplicarse ya a una labor de reconstrucción sino se quiere que la decadencia se haga crónica. «O resurgimos o será muy difícil que nos recuperemos», apunta el presidente de la entidad, convencido de que «quien en estos momentos sepa liderar la esperanza liderará la reconstrucción».

Cuando para la Diada de 2014 SCC organizó en el anfiteatro romano de Tarragona su primer gran acto se enfrentaba a un secesionismo en fase expansiva, con una capacidad de movilización apabullante, en el inicio de una escalada que luego conduciría al otoño negro de 2017. Siete años después del acto en Tarragona, coincidiendo también con el nacimiento de SCC, las tornas han cambiado, y aunque el independentismo sigue instalado en el poder –«con más apoyo electoral que nunca», recuerda Sánchez Costa–, el desánimo entre sus filas es perceptible. «Están desinflados, y muchos que hasta ahora les apoyaban ven que les han engañado , que esto ha sido un fraude», apunta.

Hay elementos para la esperanza, aunque siendo muy conscientes de no caer en un optimismo naíf. Sánchez Costa apunta por ejemplo, tal y como reflejan las encuestas, al «desenganche» entre las franjas jóvenes del procesismo. Como pasó con el Brexit, son las clases urbanas más dinámicas las más reticentes a la ruptura con Europa, en contraste con quienes, desde la relativa seguridad de sus pensiones garantizadas, votaron por el aislamiento. «Las encuestas lo apuntan. Esto del ‘procés’ comienza a verse como una cosa pasada de moda, pesada, antipática», apunta.

Esta realidad, en la que el cambio social siempre va por delante del político, contrasta con la institucionalidad catalana, donde ERC, pese a la modulación de su discurso, «no ha renunciado a nada». Por eso es tan importante, se añade desde SCC, mantener viva la llama del constitucionalismo, «porque hemos frenado la ruptura, pero no la desconexión de una gran parte de la población. «O Cataluña reconecta con España a todos los niveles, o la desconexión política se hará realidad».

En paralelo, Sánchez Costa señala que la falta de acuerdo para la ampliación del aeropuerto barcelonés es otra muestra del «infantilismo de la que han hecho gala los líderes del ‘procés’», expulsando inversiones, y demostrando que «el ‘procés’ es decadencia».