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Así nació el 15-M

La plataforma que ha irrumpido en la campaña electoral no nació de la noche a la mañana. Había un guión: se preparó la protesta hace meses

Así nació el 15-M ABC

TIBISAY ZEA / COVADONGA ABRIL

Viernes Santo. Siete de la tarde. Medio centenar de personas se reúnen en el Patio de Maravillas, un viejo edificio de Madrid en las entrañas de Malasaña. Universitarios, profesionales, parados, jóvenes y no tan jóvenes se dan cita en la tercera asamblea de la plataforma Democracia real ya. Muchos no se conocían, y otros tan solo habían coincidido a través de las convocatorias en Facebook o en foros de internet.

Domingo 15 de mayo. La Puerta del Sol y otras plazas de ciudades españolas aparecen de repente repletas de «indignados». El movimiento sigue creciendo e irrumpe de lleno en la campaña electoral. En apenas tres semanas, una plataforma surgida a través de las redes sociales ha sido capaz de sacar a la calle a más gente que las protestas sindicales del 1 de mayo. Y distorsionar la campaña.

«Está muy bien todo esto, pero alguien tuvo que tener la primera idea, ¿quién es el fundador de este movimiento?», cuestionaba a los concentrados una señora que pasaba el martes por la Puerta del Sol. Nadie se cree que esa miríada de gente reunida en el centro de Madrid haya llegado allí de forma espontánea en plena preparación de las urnas. No era la única que se ha hecho esta pregunta durante los últimos días.

Fabio Gándara es una de las personas que conoce la respuesta . En febrero él creo en Facebook el grupo «Plataforma de coordinación de grupos pro movilización ciudadana», que terminó siendo germen de Democracia real ya. Gándara asegura que la idea se había gestado en otoño, cuando «unos amigos hablaron con otros amigos de varias ciudades y empezaron a mantener contactos en las redes sociales». Enseguida enviaron correos y mensajes vía internet a blogueros y asociaciones independientes para invitarles a unirse. Por tanto el escepticismo parece justificado: todo estaba preparado desde meses antes cuando las movilizaciones en la red en contra de la Ley Sinde empezaban a ponerse en marcha . «Esa fue la chispa», afirma por su parte Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información en el IE Business School y uno de los promotores de la plataforma No les votes.

«Antes de la Ley Sinde —asegura— hubo mucho alboroto en las redes y algún intento de salir a la calle, pero fracasaron porque había poca organización». Después de Navidad, desde distintos foros y blogs se empieza a pensar en pasar de internet a la calle. El 10 de enero, por ejemplo, alguien crea desde Galicia un blog denominado «Democracia real». El primer post se titula «Con un paso se empieza una larga marcha» y desvela que durante la cena de Nochebuena «un par de personas» que se sentían «huérfanas de representación» quedaron en ponerse «manos a la obra para un verdadero cambio estructural». El autor del post —que admitió no haber participado activamente en la plataforma— acaba advirtiendo: «Hoy comienza esa andadura. Confiemos en nuestro país».

Y el 9 de febrero, en otro blog, aparece un borrador de un manifiesto bajo el título «Mayo del 68 en España» en el que se fijan las principales reivindicaciones que ha venido manteniendo este movimiento. «La idea surgió de un grupo de blogueros que se encontraron en la web y decidimos organizarnos para convocar una protesta antes de las elecciones municipales», asegura Pablo Gallego, uno de los primeros portavoces de la organización y que ha vivido en primera persona el nacimiento de Democracia real ya «desde el principio».

Febrero caliente

El mes de febrero será fundamental para la movilización de los distintos colectivos, sobre todo en el grupo de Facebook creado por Gándara, pero también en Twitter, alentados principalmente por No los votes. Tan rápido va todo que, a principios de marzo, ya se desvela la fecha elegida para salir a la calle, el 15-M, y se empieza a sugerir el nombre de Democracia real ya. Las primeras reuniones cara a cara tienen lugar en «La Casa de Granada» , un restaurante junto a la madrileña estación de Tirso de Molina. Pero el sitio se les quedó enseguida pequeño y tuvieron que mudarse al Patio de Maravillas. Fue en ese lugar donde se celebraron las asambleas en las que se organiza la logística de la protesta y en las que se consensúa un lema para la plataforma.

Se le bautizó como Democracia Real Ya no somos mercancía de políticos y banqueros. A principios de marzo, enviaron un comunicado a la prensa en el que apenas agrupaban a media docena de organizaciones: Anonymous, Asociación de Desempleados Adesorg, Estado del Malestar, Ponte en pie, Juventud en Acción y No les Votes . Su planteamiento era «despertar de forma simultánea y masiva la indignación de la gente» por los abusos de los poderes políticos y económicos. Ese puñado de colectivos se han multiplicado. Hoy ya lo integran más de 500 organizaciones.

Para costear las manifestaciones, a las que se han sumado grupos de todo tipo, pusieron en marcha un sistema de donaciones a través de una cuenta creada en Paypal (un sistema de pago por internet). También abrieron una cuenta en la banca ética Triodos bank, y organizaron fiestas para recaudar dinero. «Así es como se ha pagado la cartelería, las pancartas...», asegura Pablo Gallego.

«Miedo a meter la pata»

«Aquí no hay partidos políticos detrás, no queremos caras, queremos ideas», asegura Carlos Rodríguez, otro de los miembros. No es el único que se resiste a dar pistas sobre el origen del grupo. La mayoría de los portavoces insisten en que no quieren poner caras al movimiento ni hablar abiertamente de sus inicios. Incluso después de haber convocado las exitosas marchas del 15-M pretenden ahora desvincularse de tal liderazgo: «Democracia real ya ha dejado de estar al frente. Ellos convocaron el 15-M pero los ciudadanos han seguido con el movimiento», asegura una joven que se identifica como la «responsable de comunicación».

Gallego está convencido de que no hay pretensión alguna de que este movimiento se convierta en un partido político, y sólo pide «pensar bien a quién votais». Insiste en que «esto es de todos los que estamos aquí». Sin embargo, otro compañero confiesa mientras levanta una pancarta: «Sí hay líderes, pero ya no quieren identificarse». Carlos Rodríguez ofrece una explicación más convincente: «Muchos somos inexpertos y nos da miedo salir a la luz pública y luego meter la pata».

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