Margallo: «¿Qué pasaría si barcos armados españoles impidieran a barcos británicos pescar en aguas británicas?»
La Embajada británica expresa a Exteriores su preocupación por las colas en la verja de Gibraltar

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo se preguntó, en relación con el contencioso de Gibraltar «¿qué pasaría si barcos armados españoles intentasen impedir que barcos armados británicos pescasen en aguas españolas?». El ministro hizo esta afirmación después de que, en varias ocasiones, unidades de la Royal Navy y de la Policía gibraltareña expulsaran a pesqueros españoles de las aguas que rodean el Peñón e impidieran a las patrulleras de la Guardia Civil darles protección.
García-Margallo, que comparecía en rueda de prensa conjunta con la canciller mexicana, Patricia Espinosa , recordó que, según el Tratado de Utrecht de 1713, España sólo cedió al Reino Unido la soberanía sobre las aguas del puerto de Gibraltar, pero no las del litoral, como reclaman las autoridades británicas y gibraltareñas.
El ministro señaló que el martes, día 29, en la entrevista que mantendrá en Londres con el secretario del Foreign Office, William Hague, le transmitirá su deseo de resolver el conflicto a través del diálogo, pero, al propio tiempo, exigirá que sean respetados los derechos de los pescadores a faenar en las aguas de la Bahía de Algeciras, que son aguas españolas.
Margallo insiste en que se debe volver al acuerdo de 1999 entre los pescadores y Gibraltar
Asmismo, insistió en que se debe volver al acuerdo alcanzado en 1999 por los pescadores y el anterior gobierno gibraltareño, de Peter Caruana, que regulaba la pesca en una zona en la que los barcos de la Línea y Algeciras han venido operando tradicionalmente.
García-Margallo lamentó la actitud del actual ministro principal de Gibraltar, que suspendió unilateralmente ese acuerdo por considerar que fue «una cesión de soberanía» y que ha provocado el conflicto que se vive desde hace dos meses.
Interior no observa intención de humillar a la Guardia Civil
Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz , manifestó a los periodistas que no cree que haya una voluntad de humillar a la Guardia Civil por parte del Reino Unido, por los incidentes entre la Royal Navy y la Benemérita. «No hay ninguna humillación ni hay voluntad de humillar, faltaría más, y España no va a aceptar ningún tipo de humillación», dijo.
En cualquier caso, insistió en que la Guardia Civil dará protección a los pescadores y expresó su deseo de que «impere el buen sentido» y no se produzca «ningún tipo de escalada de violencia».
Hoy, barcos de la Línea faenaron con normalidad, sin que se produjeran incidentes, favorecidos por la «tregua» abierta tras la reunión del martes entre la alcaldesa de esa ciudad, Gemían Araujo, y el Gobierno gibraltareño, que acordaron crear un grupo de trabajo para intentar encontrar una solución al contencioso.
Colas en la verja
Por otra parte, según informaron a ABC fuentes británicas, desde la Embajada del Reino Unido en Madrid, en los contactos habituales con el Ministerio de Asuntos Exteriores español se ha transmitido la preocupación por el considerable aumento de las colas de vehículos registrado desde la pasada semana, como consecuencia de los controles exhaustivos que lleva a cabo la Guardia Civil para combatir el contrabando.
No obstante, no se ha producido una queja formal de Londres al Gobierno español por ese aumento de las colas de automóviles, que lo gibraltareños consideran una represalia por el conflicto pesquero.
La Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Ascteg) ha hecho pública una nota en la que pide al Gobierno español que suavice su política con la colonia, ya que consideran que las largas colas perjudican a los españoles que trabajan en el Peñón, que son 4.368 fijos y otros tantos en horas parciales o servicios domésticos.
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