El juicio a Trapero, una prueba de fuego para la Fiscalía tras la polémica elección de Delgado

El juicio contra la cúpula policial del 1-O supondrá una prueba de fuego para la Fiscalía tras el polémico aterrizaje de la exministra de Justicia Dolores Delgado y la «desjudicialización» del «conflicto político» por el que aboga el nuevo gobierno de coalición.

Todas las miradas estarán puestas en los movimientos que haga el Ministerio Público a lo largo de la vista oral, aunque tras la sentencia del «procés» notificada el pasado 14 de octubre, todo apuntaba ya a que, en consonancia con esa resolución, la acusación de rebelión se acabará rebajando a sedición. Parece difícil de mantener que si el Alto Tribunal no vio rebelión en quienes promovieron la independencia por vías ilegales, sí la vea –ante un hipótetico recurso de casación– en sus subordinados. No obstante, a día de hoy la Fiscalía de la Audiencia Nacional sigue manteniendo la acusación por rebelión para Trapero, Soler y Puig y si no las modifica al inicio del juicio, lo más probable es que la mantenga ya hasta el final, hasta las conclusiones definitivas.

Partiendo de que cualquier acusación es susceptible de ser cambiada como consecuencia del desarrollo de un juicio , un movimiento que no sea esa rebaja a sedición a priori sí resultaría extraño en un Ministerio Público que tanto en el Supremo como en la Audiencia Nacional se ha mantenido firme ante lo que los fiscales del «procés» tildaron de «golpe de Estado». A ello se suma que al ser la Fiscalía la única acusación, su petición de pena determina lo que los jueces pueden acordar. Si retira la acusación, se verían obligados a absolver.