Casado gana la moción
«El PP toma una decisión valiente que marcará el futuro inmediato de la política española y de la derecha española: frente al rupturismo y la confrontación, el centro contundente»
Sorpresa en el hemiciclo. Pablo Casado ha tomado una decisión valiente que marcará el futuro inmediato de la política española y de la derecha española: frente al rupturismo y la confrontación, el centro contundente. Frente a la testosterona, la concordia. Frente a una ... política en la que el centro era cada vez más estrecho, frente a una derecha Torquemada, y frente a la España cainita de Frankenstein en un lado y Abascal en el otro. El líder del PP acaba de pronunciar su mejor discurso, y ha optado por la opción más difícil: no a la moción de Vox , no a los argumentos de Vox, no a las maneras de Vox.
El éxito del discurso de Casado estaba en la mirada ojiplática de Abascal, noqueado, y en la mirada sorprendida de la izquierda, expectante ante las críticas más sólidas que ha recibido Vox en este pleno de la moción de censura: críticas desde la derecha moderada. En su réplica Abascal sólo ha acertado a decir que no retirará el apoyo a los gobiernos del PP y Ciudadanos, porque no puede, porque no tiene alternativa. Ése es el drama de Vox.
En la derecha española el hermano mayor es un PP que estaba necesitado de esta inyección de autoestima, y Casado se ha reivindicado. Casado quiere ser Merkel , Abascal quiere ser Le Pen . Esa es la diferencia entre las dos derechas. El líder del PP ha reivindicado hoy la tradición conservadora y liberal de la derecha de siempre, frente a un Abascal que ayer reivindicó los «movimientos patrióticos» en la derecha europea. Casado enlazó ayer con la derecha de la Transición, con la derecha de Cánovas, con la tradición de la derecha democrática española: «Este es el peor Gobierno de los últimos 40 años: cuarenta», ha precisado Casado. No ochenta, como dijo ayer Abascal guiñando un ojo al franquismo. A partir de hoy será difícil que Pedro Sánchez diga que el PP y Vox son lo mismo. Nunca lo fueron, pero ahora ha quedado claro.
Pero cuidado: la izquierda está aplaudiendo el discurso de Casado. El mismo Iglesias lo ha dicho en la tribuna en su innecesaria intervención como vicepresidente del Gobierno. Hay una fina línea entre criticar el discurso rupturista de Vox y contribuir a la asfixia que la izquierda quiere imponer sobre la legitimidad (fuera de toda duda) de Vox. Casado no debe ser cómplice de ese juego, y la izquierda va a tratar de darle el abrazo del oso.
En la primera sesión del Pleno de la moción de censura, Abascal se la dejó a Casado como a Felipe II: una autopista para ocupar el centro/derecha. Y Casado ha aprovechado la ocasión y ha insuflado un chute de autoestima al PP y al votante de centro derecha. Pablo Casado ha ganado la moción que Vox le presentó a Pablo Casado.
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