Iván Redondo exhibe su poder absoluto al proclamarse notario de la «verdad»

Además, esta semana se ha autorizado, vía BOE, la creación de un comité gubernamental que contrarrestará las «campañas de desinformación» . Un orwelliano «Ministerio de la Verdad» , claman jueces, periodistas y oposición. El Departamento de Seguridad Nacional , que preside Redondo, y la Secretaría de Estado de Comunicación de Moncloa, también bajo su control, auscultarán las redes exteriores, incluida la Prensa, para liberarnos de las mentiras más peligrosas, al menos de las no oficiales.

Redondo domina todos los resortes del poder ejecutivo y ahora se exhibe como notario de la «Verdad». El proyecto de Presupuestos de 2021 confirma que está al mando de un batallón. Si Rajoy gastó 7,8 millones de euros en 2018 para altos cargos y asesores, hoy se reservan 16,4 millones para el pago de muchas más nóminas. Serán 1,3 millones para los altos cargos y 15,1 millones para puestos de libre elección.

Pero la transformación en el equipo de Presidencia es mucho más profunda. La élite de funcionarios del Estado (diplomáticos, técnicos de la alta administración, economistas y abogados del Estado), que tradicionalmente ha copado la sala de máquinas del Gobierno, ha quedado desplazada por un ejército de publicistas, expertos de «marketing» político y campañas electorales, sociólogos, guionistas… Ganan los mineros de datos, los que destripan encuestas y estudios de todo tipo analizando la «matemática política» que tanto apasiona a Redondo. Ellos conforman el verdadero «CIS» monclovita. La cocina del Gobierno convertida en una potente consultora política. Moncloa & Asociados.

La masa salarial destinada a funcionarios en la partida de Presupuestos del equipo del presidente es de 5,6 millones de euros frente a los 9,7 millones de Rajoy, que se rodeó de menos estrategas políticos y de comunicación y más altos funcionarios. El subsecretario del Ministerio de Presidencia, Antonio Hidalgo , justificó el viernes en el Congreso el fuerte coste de los asesores por la exigencia de perfiles técnicos nuevos, y por la «presión mediática» y del propio Parlamento, que obliga a aplicarse a fondo a los estrategas y plumillas de La Moncloa. «La política ha cambiado mucho», defendió.

En el gabinete superan el centenar, una mezcla de socialistas de carné y redondistas, muchos jóvenes, como lo es el jefe (1981). «Donde antes había una persona por despacho ahora hay tres», señala un exasesor de Rajoy. «Las semillas han germinado», ironiza otra. Allí trabajan hoy tres de sus socios en la firma (alguno ni siquiera ha actualizado su perfil de Linkedin): Fran Gómez Loarte , que fue su «dircom» en la Junta de Extremadura; Carmen Galbete y Alfredo Franco . A quien no se llevó es a su mujer, Sandra Rudy , también consultora que se ha quedado guardando la empresa familiar. Se han publicado otros nombres, además del exitoso publicista, como Manu Cavanilles . Al plantel se suma un guionista que proviene de El Club de La Comedia y según «El Confidencial» da los giros del guion. O el recién laureado con el premio «Herralde» de novela, Luisgé Martín , «afinador» de discursos del presidente y los ministros, confirma a ABC el escritor.

Antiguos asesores del PP en La Moncloa consideran que es un síntoma de debilidad el que Sánchez haya decidido reconcentrar todo el poder en Moncloa, más ahora en un Gobierno de coalición. «En el fondo, cuanto más desconfiado es el presidente, más grande es su gabinete», observa un pretoriano de Rajoy. «Sánchez quiere tener en su entorno más cercano las decisiones políticas», insiste. En el edificio Semillas, donde está el gabinete del presidente, describen así el poder rotundo de su jefe: «Esto es como una película. Hay un Arnold Schwarzenegger, que es Sánchez, el actor principal. Y luego está el director del filme, que es Iván y es quien decide cada detalle del rodaje». Todos señalan que el consultor vasco de 39 años trabaja sin cesar. La función debe continuar.

También cuentan intramuros que Redondo plantea las semanas como auténticos partidos de tenis. O de fútbol vistoso. «Vamos 5-2, nos han ganado 7-3». Un tanteo centrado más en el éxito de la comunicación política y que expresa poca preocupación por la verdadera gestión de la cosa pública.

Fue en enero, nada más formarse el Gobierno bipartito con Podemos, cuando Redondo dio un vuelco a la estructura del gabinete de Presidencia, agigantó sus competencias y amasó un poder absoluto en La Moncloa diluyendo los viejos contrapesos que sí diseñó Rajoy. Como el de la oficina económica, que ahora depende de él y que repartirá el botín europeo. O el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver , que le iguala en el rango, pero es de facto un subordinado más en el control del mensaje. El relato es lo que más le divierte al fontanero mayor de La Moncloa.

Redondo mantiene con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo , una guerra fría por el poder aunque su lucha es desigual: son cuatro vicepresidentes y un solo jefe plenipotenciario de gabinete. Los dos coexisten en el complejo de La Moncloa, en edificios separados, pero los dos pegados a Sánchez. Calvo es de las pocas personas que puede ver al presidente sin que Redondo lo sepa.

Pero en realidad no hay rival. «Sánchez tiene cuatro vicepresidentes pero solo un jefe de gabinete», señala un exasesor de Rajoy. «Ejerce de primer ministro en la sombra», insisten casi todas las fuentes dentro y fuera. Aunque el sector socialista defiende que es Calvo quien ejerce de palanca política del Gobierno, lo cierto es que en la práctica su función ha quedado reducida a dar pasaporte jurídico de las leyes que llegan de los ministerios.

«Presidencia no tiene gestión, Vicepresidencia, sí. Yo me ocupo de la coordinación del Gobierno, preparo el Consejo de Ministros », afirmó la vicepresidenta a «El País» rebajando los superpoderes otorgados al nuevo Godoy en enero. Para entonces, Redondo se había asegurado el asiento de secretario en el «consejillo», la reunión de secretarios y subsecretarios que preside Calvo y donde se deciden los planes que se elevan al Consejo del martes. También lleva las riendas de los «ministrines», la otra reunión semanal con los jefes de gabinete de todos los ministerios.

La vicepresidenta apuntó más, reafirmándose frente a Redondo: «Cuando hay varios ministerios que discrepan, decido quién tiene la razón». Sin embargo, en Podemos afirman que esto no es del todo así. «Si Yolanda tiene un problema con Calviño o Escrivá , llama a Pablo y Pablo llama a Pedro», afirma una persona de la confianza de Iglesias. Cuando el conflicto se enquista, los ministros morados llaman a su jefe, que tiene línea directa «continua» con Sánchez. O en su caso, como ocurrió en la última pelea sobre Vivienda, el deshielo es entre Redondo y el director de comunicación de Iglesias, Juanma del Olmo , con quien hay «perfecta sintonía».

En esa labor de impulso y coordinación destaca Fran Martín , director general de Planificación y Seguimiento de la Actividad Gubernamental. Detrás de este rimbombante nombre se esconde el fiscalizador de Redondo en los ministerios. Es el visitante que mantiene a raya la acción de cada departamento. Una muesca más a la función de Calvo.

Pero junto a Redondo, el otro gran fontanero de Moncloa es Félix Bolaños , el arquitecto jurídico del Gobierno , encargado de armar el esqueleto del bipartito y de planear la exhumación de Franco. A Redondo y Bolaños se les conoce por «Oliver y Benjie», la mítica dupla futbolera de dibujos japoneses. A diferencia del primero, este abogado con puesto en el Banco de España sí tiene carné socialista y sí es querido en Ferraz.

El gurú de Moncloa aún despierta recelos en amplias capas del PSOE. Unas suspicacias renovadas después de que «eldiario.es» informase hace unas semanas de la última maniobra: Redondo pretende acceder a Ferraz a través de su otro gran socialista de confianza en Moncloa, su adjunto al gabinete, Paco Salazar , quien pretendería disputar la Secretaría de Organización al ministro Ábalos . Unos movimientos que en la ejecutiva socialista no confirman, pero que tampoco extrañan. «Es propio de tiempos precongresuales», dicen las fuentes consultadas. Lo que no saben es si será otra jugada propia de Iván.