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La alternativa somos nosotros

Los partidos independentistas jamás renunciarán a controlar su principal altavoz

Sigue en directo la entrevista exclusiva de ABC a Pablo Casado

Isabel Fernández Alonso

No pocas veces he escuchado a profesionales y académicos afirmar sin ningún rubor que está justificado que TV3 y Catalunya Ràdio mantengan una línea editorial afín al independentismo para compensar los enfoques de los medios audiovisuales de cobertura nacional. Algo debe haber de perverso en este planteamiento porque los partidos separatistas no se han atrevido nunca a plasmarlo en la legislación autonómica, y el propio Libro de Estilo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) dice literalmente que «nuestros medios sirven al conjunto plural de la ciudadanía y la representan».

En otoño de 2019 se reformó, por unanimidad, la Ley de la CCMA para establecer que sus consejeros y presidente sean elegidos por mayoría cualificada de 2/3, a propuesta como mínimo de tres grupos parlamentarios, quedando por tanto sin efecto la opción de elección por mayoría absoluta en segunda votación que se había aprobado en 2012. Otro aspecto novedoso de esta reforma es la introducción del concurso público para la elección de los directores .

No obstante, este nuevo modelo de gobierno, que combina elementos del parlamentario y del profesional, no se ha implementado. Solo lo hará si el PSC se aviene a un acuerdo con ERC y Junts. No hay otra forma de conformar esa mayoría cualificada. Veremos qué ocurre porque los socialistas son muy críticos con los medios de la CCMA y el precio de sumarse a un acuerdo así podría ser elevado toda vez que los partidos independentistas jamás renunciarán a controlar su principal altavoz.

«La única opción de cambiar las cosas es llenar las urnas con votos que reclamen una Cataluña de todos»

En todo caso, con un Consejo del Audiovisual de Cataluña que está siendo la gran coartada del flagrante partidismo de nuestros medios públicos —a los que presenta como plurales a la vez que aporta datos que demuestran lo contrario— y sin posibilidad de apelar al regulador español —la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia—, la única opción de cambiar las cosas es llenar las urnas con votos que reclamen una Cataluña de todos.

En un momento de tanta polarización, los medios públicos deberían ser, más que nunca y en aras de la convivencia, un foro de encuentro entre las diversas sensibilidades existentes en nuestra sociedad. Una pieza clave para esa Cataluña de todos, la única aceptable desde una óptica democrática.

Isabel Fernández Alonso es profesora titular de Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona

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