Una investigación de la Policía y el servicio secreto de EE.UU. obligará a revisar un sistema de pago con tarjeta
Desmantelan una oganización que operaba desde un hotel extremeño que defraudó más de 12 millones de euros aprovechando las debilidades del sistema de preautorización en esas operaciones
![El comisario general de Policía Judicial ofrece detalles de la operación](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/02/03/rafa-U53187760345aSx-1248x698@abc.jpg)
La Policía y el servicio secreto de Estados Unidos han i nvestigado durante dos años para poder desarticular una organización dedicada al fraude con tarjetas bancarias que operaba desde un hotel de Miajadas (Cáceres). Se trata de la mayor operación de ... este tipo hecha hasta ahora y las cifras lo demuestran: el perjuicio supera los doce millones de euros, se ha detenido a 105 personas en España, Austria, Reino Unido y Grecia, de ellas más de 70 solo en nuestro país, y las actividades criminales se extendían por quince naciones ... Con todo, una de las consecuencias más importantes de este caso es que las entidades afectadas revisan ya el sistema de preautorización de pago con las tarjetas porque se ha constatado que los delincuentes se aprovechaban de sus debilidades, "un espacio difuso" en palabras de los investigadores.
El «modus operandi» de la organización explica muy bien esa afirmación. En su primera fase, algunos componentes de la red, con doble nacionalidad griega-estadounidense, tenían la misión de viajar por varios estados norteamericanos donde creaban empresas, sin actividad real pero legalmente constituidas . A partir de ese momento abrían una cuenta en la que se comenzaban a recibir transferencias de fondos desde hasta quince países europeos supuestamente fruto de su actividad comercial, lo que daba a la mercantil apariencia de normalidad y solvencia .
La celada se mantenía durante unos meses para evitar cualquier suspicacia de la entidad bancaria norteamericana. Cuando la relación entre el cliente y el banco era ya fluida el primero solicitaba la expedición de una tarjeta de débito con el máximo importe disponible con la excusa de que las necesitaban para sus viajes de negocios por Europa . Como es natural, no había inconveniente para ello, pero cuando disponía de ellas el empresario las enviaban por correo ordinario a Grecia y Austria, y desde allí, en una segunda fase, a España . Era en nuestro donde se utilizaban de forma fraudulenta.
Para que el fraude pudiera llevarse a cabo era necesaria la connivencia de los establecimientos . El primer requisito era que los propietarios de estos negocios solicitaran a su banco que sus datáfonos pudieran operar con el procedimiento de preautorización. A partir de ahí la maquinaria se ponía en marcha: la tarjeta se pasaba una y otra vez por el datáfono hasta alcanzar el máximo permitido a la tarjeta y se aprovechaba la diferencia de tiempo en la aceptación del pago existente entre los bancos estadounidenses y españoles .
Hay que tener en cuenta que con este sistema sistema de preautorización, una vez hecho el pago, el dinero quedaba retenido en la cuenta del titular pero no restado del saldo de la misma . Eso solo se produce cuando hay una confirmación, para lo cual es necesario volver a pasar la tarjeta. Obviamente, eso no llegaba a ocurrir, al menos en ese momento. Pasados unos días la entidad bancaria americana detectaba que el pago no se había autorizado, por lo que devolvía el importe retenido en la cuenta del cliente, que podía volver a disponer de esa cantidad .
En el momento en que eso se producía, desde Estados Unidos llegaba el aviso correspondiente a la organización y de inmediato se vaciaba de fondos la cuenta norteamericana con destino a otras en Europa controladas también por la red criminal. Solo entonces la tarjeta era pasada de nuevo por el datáfono de la empresa aliada. Con ello se creaba el correspondiente descubierto en la cuenta norteamericana vinculada a la tarjeta.
Que se descubriera de inmediato el fraude no era un problema para los los supuestos empresarios norteamericanos, ya que regresaban a Grecia antes de que pudieran a empezar a tener problemas y sin miedo que a los bancos estadounidenses les reclamasen el importe estafado, ya que no iban a volver a ese país.
Quedaba por solventar una última cuestión: los establecimientos conniventes tenían que justificar esas operaciones comerciales ante las entidades bancarias. Para ello confeccionaban facturas falsas a nombre de las mercantiles norteamericanas . Los beneficios para ellos eran importantes, ya que su comisión llegaba al 15 por ciento y las cantidades que se manjeban eran importantes . Ellos eran los que recibían en sus cuentas la totalidad del dinero de las supuestas compras y luego reintegraban el 85 por ciento a la organización mediante transferencias a entidades españolas y de otros países.
Lo cierto es que estos locales -los había de hostelería, joyería, construcción, productos cárnicos, turísticos, alquiler y compra de vehículos, maquinaria agrícola, clubes de alterne, azulejos y cerámica, entre otros- actuaban sin el menor recato. Por ejemplo, una farmacia de un pueblo pequeño de Extremadura facturó 80.000 euros en menos de una hora y un club taurino 300.000. Incluso, en pleno confinamiento un hotel justificó pagos por reservas por más de 1.300.000 euros a pesar de que el establecimiento estaba cerrado... Contaban, claro, con que los bancos estadounidenses no tenían noticias de la situación en España y en principio no sospechaban.
La organización, liderada por albaneses que utilizaban documentación griega falsa, no tenía una estructura piramidal sino que cada individuo, o grupo de ellos, tenía una función . Así, algunos se dedicaban a captar los establecimientos conniventes, empresarios o autónomos con ganas de conseguir dinero fácil; otros eran testaferros que aportaban sus empresas pantalla; además, estaban los dedicados a labores de gestoría -confeccionaban las facturas, repartían el dinero entre las 250 cuentas investigadas...- , y otros abrían las empresas y cuentas en Estados Unidos. Además, contaban con colaboradores en oficinas bancarias españolas que alertaban a sus clientes de que eran investigados.
Pero no se trataba solo de delincuencia de cuello blanco. Con los díscolos no había piedad y se ha constatado el secuestro de uno de ellos , que fue llevado al hotel de Miajadas, en Cáceres desde el que operaba la organización, donde recibió una paliza además de varias puñaladas. La víctima ni siquiera tuvo valor para denunciar . Se sabe que ha habido más casos, pero probarlo es difícil porque los criminales apagaban el sistema de grabación de las cámaras de seguridad cuando hacían este tipo de cosas.
La trama comenzó sus actividades en 2017 en el municipio guipuzcoano de Mondragón , luego pasó por Alange (Badajoz) y acabó instalándose en el mencionado establecimientos hotelero de la provincia de Cáceres. Estados Unidos ha mostrado un enorme interés en este caso, hasta el punto de enviar a España un equipo especial del servicio secreto para reforzar al habitual.
La colaboración internacional ha sido clave. Junto a la Comisaría General de Policía Judicial y el servicio norteamericano ha trabajado la Jefatura Superior de Policía de Extremadura -en sus dependencias se montó un centro de coordinación y mando- y las autoridades griegas, austriacas y danesas, además de Europol. Los planes de expansión de la trama pasaban, en España, por a Costa del Sol, y también se iba a potenciar la presencia en Austria .
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