Mendía: «Reparar a las víctimas de excesos policiales fortalece al Estado de Derecho»

Mendia reconoce que algunos de los posibles casos, por ejemplo, los etarras fusilados en 1975 José Ángel Paredes Manot «Txiki», y Ángel Otaegui, pueden levantar ampollas pero el Estado se hace mas fuerte «cuando reconocemos que nos hemos pasado»

Mendía: «Reparar a las víctimas de excesos policiales fortalece al Estado de Derecho» efe

GABRIEL SANZ

La portavoz del Gobierno Vasco, Idoia Mendia, aseguro este jueves que el primer decreto de indemnización de víctimas de excesos policiales -afecta solo a las comprendidas entres 1968 y 1978- no solo no cuestiona el Estado de Derecho, como critican numerosas asociaciones de víctimas del terrorismo y sindicatos policiales, sino que lo «fortalece».

En un desayuno con medios de comunicación antes de su entrevista con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardon, Mendia ha reconocido que algunos de los posibles casos, por ejemplo, los etarras fusilados en 1975 José Ángel Paredes Manot «Txiki» , y Ángel Otaegui , pueden levantar ampollas pero el Estado se hace mas fuerte «cuando reconocemos que nos hemos pasado».

La portavoz no ha querido ofrecer cifras de supuestos beneficiarios aunque admite que el llamado «informe Landa» que cifra en unos 60 los muertos en ese periodo por excesos policiales, es un primer paso que habrá que acreditar caso a caso. Eso se hará consultando periódicos de la época, atestados, registros hospitalarios y sumarios judiciales.

Casos complicados

Mendia explico que algunos casos son complicados porque han transcurrido caso 40 años y afectan a gentes que «pasaban por ahí» y murieron en un control de la Guardia Civil o de la Policía. O en una manifestación, como le ocurrió a Roberto Pérez Jauregui en 1970 durante una protesta por el Proceso de Burgos.

La portavoz del Ejecutivo de Vitoria ha insistido en que no se trata de evaluar la trayectoria d las Fuerzas de Seguridad, sin las cuales no se hubiera podido acabar con ETA, sino resarcir a las víctimas de «comportamientos aislados» de algunos agentes entendibles en el «contexto politico» de rechazo que vivían en el País Vasco.

Además de consolidar el fin de ETA , ha dicho, hay que quitar a la izquierda abertzale el discurso de que ha habido «dos violencias». Esas personas que murieron entre 1968 y 1975, salvo los casos de Txiki y Otaegui y alguno mas, en su inmensa mayoría no tuvieron que ver nunca con la política. Menciono el caso de los cinco obreros muertos en Vitoria en 1976, o un alcalde alaves que habia luchado en el bando nacional durante la Guerra Civil y al que las Fuerzas de Seguridad mataron en un control en 1969 al confundirlo con un etarra.

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