El 'gobierno en la sombra' de Casado propondrá una ley frente a cada norma del Ejecutivo

Los 'genoveses' quieren convertir la larga travesía en el desierto de la oposición que todavía tienen por delante, previsiblemente, en una oportunidad para hacerse más fuertes y apuntalar lo que han bautizado como cambio de ciclo, que se ve reflejado en las encuestas. Casado quiere demostrar que tiene equipo solvente y con experiencia de Gobierno para actuar en cualquier momento, y también un proyecto diferente al de Sánchez y sus socios, para aplicar desde el primer Consejo de Ministros que presida.

Para su 'gobierno en la sombra', Casado cuenta con exministros como Ana Pastor, Elvira Rodríguez y Dolors Montserrat en áreas clave para el partido como las de Sanidad y Asuntos Sociales, Economía y Hacienda y Exteriores. Para las políticas de Justicia e Interior tiene como hombre fuerte a Enrique López , al frente de un equipo del que forman parte Fernando de Rosa, así como Luis Santamaría, que fue consejero de Justicia en la Comunidad Valenciana, los eurodiputados Javier Zarzalejos e Isabel Benjumea, e Isabel Borrego, secretaria general del Grupo Popular en el Congreso. En sus manos estuvo el reciente recurso ante el Tribunal Supremo contra los indultos de Sánchez a los condenados del 'procés'.

Para la política territorial, Casado cuenta con el vicesecretario Antonio González Terol , que desde Génova coordina las acciones de las comunidades y ayuntamientos, para que reflejen una respuesta común del PP a las decisiones del Gobierno de Sánchez. El 'gobierno en la sombra' de Casado se completa con su mano derecha, Teodoro García Egea .

El líder del PP ya ha adelantado cuáles serán algunas de las primeras medidas que piensa tomar en cuanto pise La Moncloa. La derogación de la 'ley Celaá' será una de sus prioridades. La ofensiva sobre la ley de Educación incluye un recurso ante el Tribunal Constitucional y un texto alternativo que el PP pretende aprobar en cuanto tenga mayoría para ello, y que a diferencia de la norma del PSOE y sus socios ha contado con la aportación de la comunidad educativa y científica, según advierten fuentes populares.

A cada acción del Gobierno habrá una reacción del PP en forma de alternativa. Ha ocurrido durante la pandemia. Los populares han propuesto su plan B jurídico frente a la política desarrollada por Sánchez, que según denunció la oposición volcó en las comunidades el peso de la gestión y de la lucha contra el virus sin tener los instrumentos necesarios para ello.

La ley de pandemias del PP forma parte ya del programa que pretende ejecutar en cuanto llegue al poder. Lo mismo ocurre con la ley de Concordia, que los populares ofrecen como alternativa a la Ley de Memoria Democrática. O con la ley de Cuidados Paliativos, que el Grupo Popular ha defendido como alternativa a la ley de Eutanasia. Según los populares, su ley de Cuidados Paliativos sustituirá en la práctica, se supone que por falta de uso, la impulsada por la izquierda sobre la eutanasia.

De forma más reciente, la última reacción del PP ante una acción del Gobierno, o más bien inacción en este caso, se refiere a la tarifa de la luz. En plena escalada histórica del precio de la luz , Sánchez guarda silencio y el Gobierno no ha tomado ninguna medida, algo que el PP ha aprovechado para mostrar su alternativa en este terreno, con una proposición de ley que incluye medidas fiscales para la sostenibilidad energética y para la reducción de la factura eléctrica. El PP propone, entre otras medidas, que el consumidor pague solo por el coste de la energía consumida.

Ante los indultos , los populares plantearon una proposición de ley en el Congreso que prohíbe esa medida de gracia para los condenados por delitos de rebelión o sedición. Una medida que acompañan con la reforma del Código Penal para tipificar como delito el referéndum ilegal . En el ámbito de la Justicia, su batalla se centra en la proposición para defender la independencia judicial y la separación de poderes, frente a la negativa de Sánchez a aceptar el compromiso de que los jueces elijan a los jueces en el Consejo General del Poder Judicial.

El 'gobierno en la sombra' de Casado irá elaborando así el programa con el que quiere legislar desde el primer día, si gana las próximas generales. El horizonte lo ponen en el año 2024, momento en el que quieren actuar con la máxima rapidez tras la etapa sanchista en el poder. Mientras tanto, los populares intentan que cale la idea de que hay alternativa real a Sánchez, que ahora mismo perdería las elecciones, como reflejan la mayoría de las encuestas publicadas.

La convención nacional del PP , los días 2 y 3 de octubre en Valencia, servirá por un lado para que Casado muestre músculo con el equipo con el que cuenta, en el que dará cabida a representantes de la sociedad civil. La idea de un partido con puertas y ventanas abiertas de par en par estará presente en toda la convención. Por otro lado, esa cita, la más importante para el PP hasta el congreso nacional del verano de 2022, se convertirá además en la rampa de lanzamiento de su programa en todos los frentes políticos e ideológicos, con propuestas concretas ante los debates que se planteen. Habrá tres ejes principales: el institucional, el económico y el social-sanitario.

Casado quiere enviar el mensaje de que su partido llegará a las elecciones con los deberes hechos, sin improvisar. Será un programa ya conocido por los españoles y que irá armando su oposición en estos dos años. Fuentes populares reconocen que uno de los errores de Rajoy cuando llegó a La Moncloa en 2011 fue que tardó demasiado en poner en marcha el programa del PP y cuando lo hizo incumplió algunos de sus promesas más relevantes.