España, ante un difícil equilibrio en la crisis entre Rabat y Argel
La escalada de tensión entre Marruecos y Argelia salpica a España con problemas gasísticos y migratorios
Según los expertos, España debe sobrevivir con gestos de buena voluntad y una diplomacia preventiva
![Visita del ministro Albares a Argel, entrevista con el presidente argelinoAbdelmadjid Tebboune](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/10/03/albares-tebboune-k92C--1248x698@abc.jpg)
Los periodos de tempestad entre Argelia y Marruecos –con sus respectivos enfrentamientos diplomáticos, escaladas verbales y acusaciones recíprocas de mala fe– nunca auguran nada bueno para España. Los dos principales países del Magreb son vecinos y socios muy importantes. Por eso, que Argel rompiera relaciones ... con Rabat hace un mes no fue una buena noticia para España .
«La relación de España con Argelia y Marruecos siempre ha sido una relación de equilibrios difíciles» , explica a ABC Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Mediterráneo y Mundo Árabe en el Real Instituto Elcano. Coincide con élEduard Soler, investigador de CIDOB, especializado en Oriente Medio y el norte de África, al explicar que «la intensidad de las relaciones con Marruecos y Argelia son muy distintas que con el resto de países de su región». «Incluso con estos dos –cuenta Soler– hay cierta jerarquía. Por motivos muy diversos, Marruecos ocupa una posición a nivel de intensidad más alta que la de Argelia».
![Visita del ministro Albares a Argel](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2021/10/03/argelia-albares-k92C--510x349@abc.jpg)
La principal diferencia entre ambos países respecto a España estriba en que con Marruecos existe una frontera física –por Ceuta y Melilla–, lo que nos llevaría a tener unas relaciones más intensas que con Argelia, a quien desde los años 70 nos une una agenda sumamente importante por cuestiones tan relevantes como la energía, la seguridad, el comercio, algunas inversiones, inmigración... «En este triángulo, la dificultad añadida para España es la competición por la hegemonía regional entre Marruecos y Argelia» , apunta Amirah Fernández.
Las malas relaciones entre los dos países han llegado en un momento en el que la posición de España no es la mejor por dos motivos: la renovación del acuerdo del gas y la ruptura de las relaciones diplomáticas de Madrid y Rabat tras la acogida de Brahim Gali.
El ingreso en un hospital de Logroño del líder del Frente Polisario derivó en la crisis migratoria de Ceuta, aunque el investigador principal para el Mediterráneo y Mundo Árabe en el Real Instituto Elcano recuerda que las tensiones entre Madrid y Rabat comenzaron mucho antes, cuando España no se sumó a la declaración de Donald Trump de diciembre de 2020, cuando reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
En un contexto en el que España, Marruecos y Argelia se observan en la distancia y cualquier paso en falso puede llevar a una crisis diplomática, el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares , visitó este jueves Argelia para asegurarse de que no habrá problemas con el suministro de gas de cara al invierno.
Desde allí, en una rueda de prensa sin preguntas porque en Argelia no están permitidas y junto a su homólogo, Ramtane Lamamra, Albares aseguró que las reuniones habían sido «muy productivas y cordiales»: «Han puesto de relieve la excelente vecindad que tenemos España y Argelia y el clima de entendimiento y coincidencia en nuestra relación estratégica» . También explicó que tratarían otros dos temas que casi eran más importantes que el gas: la inmigración, que se ha disparado en el último año, y asuntos regionales, donde lo más probable es que hablaran sobre Marruecos. Sobre estos dos asuntos, no ha trascendido ningún detalle sobre lo que hablaron o acordaron.
Inmigración
Problema común con Marruecos y Argelia
«Asistimos a una llegada cada vez mayor de inmigrantes irregulares a costas mediterráneas españolas desde Argelia, con unos números importantes», explica, por su parte, Eduard Soler.
En lo que va de año, más de 8.000 inmigrantes argelinos han llegado a las costas del levante español . Precisamente por compartir frontera física, la inmigración es un tema recurrente a tratar con Marruecos. «Va a momentos, pero Marruecos ha marcado un poco la estela. Ha demostrado por los hechos que cuando ha querido controlar las fronteras, las ha controlado. Y cuando ha querido relajar, las ha relajado», cuenta Soler. Y añade: «Ha habido subidas y bajadas de flujos de inmigración irregular con una clara intencionalidad política por parte de Marruecos, ya sea en positivo –para mandar un mensaje de buena vecindad y coordinación– o negativo, como pasó en mayo».
Sobre Argelia, Soler expone que «es todo menos transparente»: «No se puede concluir que haya un intento por parte de Argelia de presionar a España con el tema migratorio, pero tampoco hay que descartarlo». Recomienda prudencia, ya que no existe ningún indicio «de acción reacción» y en Argelia se vive una «frustración importante» a nivel económico y político que también podría explicar la inmigración, «porque hay cierta desesperación por parte de la población».
Gas
España, daño colateral en el conflicto
Argelia es el principal suministrador de gas a España. Esta materia prima sale del yacimiento Hassi R’Mel y llega a España a través de dos gasoductos: el Medgaz (Argelia-Almería ) y el Magreb (Argelia-Tarifa, vía Marruecos). Con la ruptura de las relaciones, Argelia quiere cerrar el Magreb –por donde llega casi el 25 % del gas a España– para que Marruecos deje de recibir los sustanciales ingresos que percibe por el peaje de este gasoducto. Así, además, Argelia aumentaría el gas que llega por el Medgaz, pero no sería suficiente, lo que llevaría a España a aumentar las importaciones de GNL (gas natural licuado), que llega a través de barcos, lo que podría provocar desabastecimiento. En definitiva, debido al conflicto entre vecinos, España recibirá menos gas y más caro.
Lo más probable es que el 31 de octubre, día en el que finalizará la concesión del gasoducto del Magreb a Naturgy, Argelia cierre este conducto. Albares adelantó el jueves que el suministro de gas por parte de Argelia está garantizado, pero no especificó que sería por uno de los dos gasoductos. Lo que ocurra a finales de mes, está por ver.
Armamento
Rivales por la hegemonía del Magreb
En el informe «Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la Amenaza Militar sobre España» –publicado en mayo por el Doctor en seguridad internacional, Guillem Colom, del Instituto de Seguridad y Cultura–, se incide en que el proceso de rearme de Marruecos y sus mejoras militares son producto de su rivalidad con Argelia por dominar el Magreb. «Los dos han elevado su gasto en defensa y en adquisición de armamento. No es un vecindario al que España y la UE les interese tener al lado», dice Haizam Amirah Fernández.
![Un caza estadounidense F-18 (derecha), en una operación de repostaje con un F-5 de la Fuerza Aérea de Marruecos, durante un ejercicio aéreo en Marruecos](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/10/03/marruecos-ejercito-k92C--510x349@abc.jpg)
A España en concreto, no le conviene que Marruecos se rearme porque podría dirigir otra vez su atención hacia Ceuta y Melilla. Si supera a España en capacidad militar, se rompería la asimetría, lo que pondría en peligro su seguridad y el riesgo de un nuevo conflicto aumentaría. «España aquí puede hacer poco porque tampoco estamos en una situación madura a nivel de política interior, donde se vaya a argumentar que España también tiene que sumarse a una carrera de armamento», dice Eduard Soler. Según él, España intenta «entrar en la lógica diplomacia preventiva» para que la escalada de tensión no vaya a más.
Calmar las aguas
No azuzar la tensión entre países
«España debe preguntar a sus dos vecinos del sur cómo se imaginan ese vecindario en un futuro no muy lejano . Cómo les gustaría que fuera ese vecindario al que pertenecen los tres y cuáles son los retos a los que se enfrentan», explica Haizam Amirah Fernández.
Las consecuencias de la pandemia, revueltas, malestar social, descontento con regímenes autoritarios, falta de transparencia, corrupción, jóvenes frustrados por la falta de oportunidades… son cuestiones que afectarán a la región y repercutirán en España. Por eso, «debe poner frente a una realidad cruda a sus vecinos del sur. Plantear si la forma de resolver estos problemas gordos, que afectan a toda la región, es que cada uno vaya por libre», expone Haizam Amirah Fernández.
La mejor de las situaciones sería que el triángulo formado por España, Marruecos y Argelia estuviera dispuesto a entenderse. En la línea de la diplomacia preventiva, según Eduard Soler, el papel de España consiste en un equilibrio de gestos para con los dos países: «Esa necesidad de hablar con Argel se produce en un momento en que España está teniendo todo tipo de gestos de buena voluntad hacia Marruecos, respondiendo al anuncio de Mohamed VI de que se iba a iniciar esa etapa inédita en las relaciones entre España y Marruecos. España ahora tiene que arremangarse para intentar suavizar las relaciones con Marruecos, pero a la vez eso no tiene que ser mal entendido en Argelia como un gesto de hostilidad o de enemistad».
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