El PSE se entrega al PNV y firma reeditar la coalición para subsistir
Se mimetiza en las políticas de fomento del euskera, promueve el acercamiento de presos y exige más competencias
Los socialistas han pactado con Bildu en Navarra o en Irún, pero hoy por hoy se cierran a compartir gobierno vasco

Ni el PNV ni el PSE esconden sus cartas en esta atípica campaña electoral hacia las autonómicas vascas del domingo. Su intención reconocida es reeditar el actual pacto de Gobierno de coalición , que ya protagonizaron entre 1987 y 1998 y que se solo ... se rompió cuando el PNV firmó su frente excluyente con ETA-Batasuna en Estella. Hoy los socialistas vascos se encuentran muy cómodos en su papel de actor secundario del nacionalismo, con el que gobiernan todas las grandes instituciones del País Vasco (capitales y diputaciones forales) y también en La Moncloa. El PNV de Iñigo Urkullu es, de hecho, la tabla de salvación del socialismo vasco , que hace cuatro años fue condenado por las urnas a la irrelevancia con 9 escaños en la Cámara de Vitoria, los mismos que el PP.
Según las encuestas, no lograrían aprovechar el tirón de estar en La Moncloa y apenas subirían en escaños (GAD3 le da uno más). El PSE está desdibujado: la mayoría de los vascos desconoce que integra el Gobierno donde ha gestionado tres de las once carteras (Trabajo y Justicia; Turismo, Comercio y Consumo, y Vivienda y Medio Ambiente). Y con poco peso real: apenas manejaron 5 de cada 100 euros de los 11.000 millones de Presupuestos .
A cambio, el partido que gobernó esta comunidad tres años con Patxi López (2009-2012) gracias al apoyo gratuito del PP, ha ido asumiendo poco a poco algunos postulados del nacionalismo y ha cedido a otros el testigo del constitucionalismo en el País Vasco. Hace unos días, su candidata a lendakari, Idoia Mendia, se refería al PP como el «partido de derechas de ámbito nacional con implantación en el País Vasco» . Se reivindicaba así como el PSC, ¿una formación independiente al PSOE? «Todo empezó por el PSC, se ha extendido como una mancha de aceite por otras federaciones y sigue haciéndolo. El socialismo español considera que el nacionalismo identitario es progresista cuando es todo lo contrario a los valores de la izquierda», asegura Maite Pagazaurtundua, exconcejal socialista vasca, hoy parlamentaria de UPyD que pide el voto para PP+Cs como única alternativa constitucionalista en el País Vasco.
Como en Cataluña, el socialismo periférico asegura ser el dique de contención del PNV. Que su presencia en el Ejecutivo es la única garantía de que Urkullu refrene sus deseos de echarse al monte y resucitar sus planes de ruptura con España. Una suerte de lexatin para el lendakari. «Nosotros estamos en el rescate social, no en la salvación nacional», afirma Mendia. «Para eso que se junten en un batzoki o en una herriko taberna», añade sobre PNV y Bildu.
Pero lo cierto es que los socialistas vascos hicieron la vista gorda cuando, a mitad de la legislatura, estos dos partidos pactaron unas bases para su proyecto soberanista en el seno de la Ponencia de Autogobierno del Parlamento vasco, que es donde Urkullu duerme su plan. Aquel texto, firmado en mayo de 2018 justo cuando el PNV aprobó los Presupuestos de Rajoy y luego lo echó de La Moncloa apoyando la moción de censura de Sánchez, no motivó la ruptura del gobierno de coalición con los socialistas pese a que se retomaba la vieja idea de Ibarretxe de distinguir entre ciudadanos vascos (por mera residencia) y «nacionales». Desde entonces, Urkullu ha congelado ese pacto con Bildu y apuesta por uno más transversal con el PSE y Podemos, confiado en poder consensuar un nuevo Estatuto y celebrar una consulta «legal» autorizada por Sánchez. En su programa electoral, el PSE apuesta por identificar Euskadi como «nacionalidad/nación ». El propio presidente del Gobierno defendió el domingo en Bilbao superar el actual Estatuto, aboga por reconocer la identidad nacional vasca y dotar de más competencias al País Vasco para agradar a los nacionalistas. El compromiso socialista es que todo será «legal».
Traspaso de competencias
En este momento, los Gobiernos vasco y central mantienen un calendario de negociación para el traspaso de políticas recogidas en el Estatuto de Guernica, incluida la gestión de las Prisiones, prevista para enero, así como el régimen económico de la Seguridad Social. Mendia anunció esta última cesión a principios de año para lanzar a los suyos en una campaña donde se compite por ver quién consigue más de Madrid. El PNV celebró ese anuncio, que considera la antesala del traspaso completo de la Seguridad Social, su gran ambición.
Respecto a los presos de ETA, el PSE ha borrado de su programa electoral la referencia de 2016 a que debía producirse un acercamiento «incondicional» a las cárceles vascas y navarras . Pero en los últimos tiempos Instituciones Penitenciarias suma un reguero de movimientos que Interior justifica como respuesta a un nuevo tiempo en el que ETA ya no existe.
En esta misma tónica se encuadra el proceso de blanqueamiento a Bildu, heredera de Batasuna, con la que el PSOE pactó para gobernar en Navarra y también en Irún (62.000 habitantes). De momento, el PSE cierra la puerta a un gobierno compartido en el País Vasco porque ni siquiera condenan los ataques callejeros al domicilio familiar de Mendia. Aún así, los socialistas insisten en tratar como a «un partido más» a Bildu, y prueba de ello son los pactos de Sánchez en el Congreso . Arnaldo Otegui se refirió este fin de semana pasado con desprecio al PSE como «el bastoncillo» de Urkullu.
Mención aparte merece la política lingüística en el seguidismo del PSE hacia el PNV. En la campaña de hace cuatro años, el partido de Mendia difundió un polémico vídeo para denunciar que la imposición del euskera cerraba las puertas a la Administración vasca, coto reservado para nacionalistas. En el programa electoral de 2016 se incidía en la defensa de la «libertad», la «tolerancia», la pluralidad, el respeto al castellano como lengua materna de una gran mayoría de vascos y, se apostaba por «excluir del diseño de su política lingüística cualquier tipo de medida de presión encaminada a acelerar los ritmos de euskaldunización en todos los ámbitos de la sociedad».
Euskera, por decreto
En el actual programa del PSE desaparecen esas referencias a la libertad y se pone el énfasis no solo en la formación -prometen la gratuidad del aprendizaje de la lengua hasta el nivel avanzado C1-, sino en la idoneidad de hacer un uso más extensivo del euskera en todos los ámbitos de la vida cotidiana : en el ocio y el deporte.
Además, en esta legislatura el Gobierno vasco de PNV y PSE ha aprobado un decreto lingüístico que permite a las administraciones públicas dirigirse solo en euskera a los ciudadanos, salvo que estos se opongan expresamente. PP y Vox lo han recurrido ante el Tribunal Constitucional.
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