Se enfría la fusión con Ciutadans

B.T.MADRID. Parecía un «matrimonio» cantado, pero algunas discrepancias surgidas este verano han abierto una brecha entre el proyecto de partido alentado por la plataforma cívica vasca «Basta Ya» y la

B.T.

MADRID. Parecía un «matrimonio» cantado, pero algunas discrepancias surgidas este verano han abierto una brecha entre el proyecto de partido alentado por la plataforma cívica vasca «Basta Ya» y la formación «Ciutadans-Ciudadanos», presidida por el joven abogado Albert Rivera, que ha transitado con velocidad excesiva desde la «pureza» de sus propuestas renovación de la partitocracia con la que irrumpió por sorpresa en el Parlamento de Cataluña a las más agrias disputas internas.

En su empeño de «sumar esfuerzos», los promotores del embrionario partido que tendrá a Rosa Díez como cabeza visible habían venido dando por hecho que la unión de su proyecto con el de Ciudadanos terminaría por producirse de forma natural, dada la afinidad de sus propuestas, basadas en la oposición al nacionalismo y en la renovación democrática. Sin embargo, ese entusiasmo se ha enfriado notablemente después de algunos «encontronazos» en estas últimas semanas. Según fuentes consultadas por ABC, Ciudadanos ha presentado como propios actos organizados por «Basta Ya», sin consulta previa, lo que ha sido considerado como «una maniobra fea y oblicua» por esa organización. Tampoco está contribuyendo a la armonía la confusión sobre el reparto de fuerzas en Ciutadans, que dificulta notablemente la interlocución. Dadas estas circunstancias, Basta Ya ha establecido una distancia preventiva frente el joven partido implantado en Cataluña, aunque no descarta futuros acuerdos basados en «esperar y ver quién acredita que cabe en nuestro proyecto».

Esta prudencia también la está aplicando la «Plataforma Pro», nacida de «Basta Ya», a otras organizaciones que, a río revuelto, han tratado de subirse al carro de esta nueva alternativa. En esa ofensiva han intentado colarse grupúsculos defensores de la «teoría de la conspiración del 11-M» y pequeños partidos alentados por personajes sospechosos de oportunismo, por su trayectoria zigzagueante. A priori, nadie está descartado, pero debe pasar una reválida de claridad de intenciones en un partido que aspira a ser «absolutamente minimalista, heterodoxo y muy colegiado. Aquí no va a haber apenas sitio para los «liberados» que aspiren a vivir de la política».

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios