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Los «indignados» ignoran los resultados electorales

Los manifestantes no hacen ninguna valoración sobre los comicios y preparan su segunda semana en la Puerta del Sol

Los «indignados» ignoran los resultados electorales AP

JAVIER ESCARTÍN

En Sol no hubo jornada electoral. Los miles de ciudadanos «indignados» que desde el pasado domingo pueblan el corazón de Madrid vivieron ayer de nuevo un día de ambiente festivo y reivindicativo sin dar relevancia a los resultados que arrojaban las elecciones municipales y autonómicas celebradas en todo el país. «No nos interesan, la noticia sigue estando aquí y somos los miles de ciudadanos que exigimos un cambio», señalaba un por tavoz de los acampados a ABC.

Lo cierto es que se esperaba que la influencia del «Movimiento 15-M» fuera a ser mayor en estos comicios. Los votos en blanco y nulos, traducidos como votos de castigo a los partidos políticos, han sido casi un millón, pero la abstención ha bajado con respecto a 2007 en más de dos puntos (33,8% frente al 36,03% de hace cuatro años). Sin embargo, la verdadera buena noticia para los manifestantes es que la suma de votos de PP y PSOE ha sido de un 65% sobre el total de todas las papeletas depositadas en las urnas, seis puntos menos que en las elecciones de 2007.

Batucadas, arpas y mucha protesta

Mientras en miles de colegios se sucedían los recuentos, en Sol los «indignados» seguían celebrando sus Asambleas para rematar el punto siguiente de su plan: la expansión del «movimiento» por los diferentes barrios de Madrid. Para ello, ya han convocado para el próximo 28 de mayo más de 600 reuniones en plazas de barrios de toda la región que culminarán con una nueva manifestación en la Puerta del Sol. Los convocantes prevén que ése será el momento definitivo para levantar el campamento. No obstante, a última hora de ayer la zona poco a poco se vaciaba de gente y sólo las batucadas o conciertos de arpa animaban a los congregados. En la fuente de la Plaza se sucedían las intervenciones de ciudadanos anónimos que expresaban su malestar con el sistema democrático . Allí, se habló también de ayudar a los pequeños y medianos empresarios y se exigió una sanidad pública sin copago, que el IVA sea un impuesto progresivo o modificar la ley de extranjería. Adrián, un niño de diez años, se llevó la gran ovación de la tarde cuando micrófono en mano dijo a la plaza que los niños «también estamos dentro de la revolución». A medianoche, un minuto antes de que las campanas del reloj sonaran, los «indignados» despidieron la jornada electoral con una sentada muda, a la que siguió el grito unánime: «¡Que no, que no, que no nos representan!».

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