Bérchules (Granada) se toma las uvas en agosto entre villancicos, polvorones y canciones del verano
Un desafortunado apagón el 31 de diciembre de 1994 dejó a los más de 700 vecinos de esta localidad sin Nochevieja, y desde hace 21 años cada primer sábado de este mes celebran su propia Nochevieja a la que este año acudieron hasta 11.000 personas
Si alguien se quedó con ganas de tomarse las 12 uvas en condiciones o quería ir ensayando para el otro 31 de diciembre, ayer tuvo una ocasión de oro en el municipio de la Alpujarra granadina Bérchules, con poco más de 700 habitantes y que multiplicó por doce su población el sábado para tomarse las uvas en pleno mes de Agosto. Se trataba de la XXI edición de su « Nochevieja veraniega» , su fiesta más popular a la que han acudido hasta 11.000 personas que brindaron por el 2016 y medio entre polvorones, mantecados y hasta con Cabalgata de Reyes incluida.
El origen de esta particular Nochevieja viene de un apagón de luz acaecido el 31 de diciembrae de 1994 , que dejó sin Nochevieja a sus poco más de 700 vecinos, un contratiempo que agudizó su ingenio y les llevó a tomarse la revancha anual en forma de un Final de Año veraniego. Amén de suponer un importante atractivo turístico.
En pantalón corto, chanclas playeras y pajarita. De esta guisa lucían ayer parte de los congregados en esta particular tradición andaluza , que combina el glamur que manda el protocolo de fin de año con los rigores de agosto. La Nochevieja de Bérchules ha sumado ayer 21 años de vida, casi la media de edad de la directiva de la asociación que la organiza. Una cita que ya presume de estar consolidada a nivel nacional.
11.000 personas y 5.000 kg de polvorones
El presidente de la Asociación Berchulera de Nochevieja en Agosto (Abnea), Antonio Castillo, ha detallado a Efe que alrededor de 11.000 personas han brindado anoche por aquel apagón y por un feliz 2016 y medio, y celebraron con mantecados, anís y cabalgata de los de Oriente una fiesta que los hace únicos.
Castillo, quien ha tomado parte de esta fiesta, ha añadido que «aunque por la tarde parecía que la afluencia este año sería menor, fue empezar la cabalgata de los Reyes Magos y darnos cuenta de que todo era como cada año».
En la plaza de Bérchules, la organización ha repartido alrededor de 8.000 bolsas con sus doce uvas, cava y anís para caldear un ambiente festivo y de buenos deseos, en una noche larga marcada también por un termómetro que bajó hasta los quince grados.
El calor de la tarde pegaba poco con los 5.000 kilos de polvorones que dona cada año la empresa La Estepeña, aunque esta tradición reta a disfrutar con estos contras tes, como el de ver nevar en pleno mes de agosto, aunque sea una trampa como la que este pueblo alpujarreño le hace al calendario.
Y así, en una plaza ataviada para la ocasión, con matasuegras y gorritos de cartón, los asistentes ha visto al reloj de la iglesia marcar las doce de la noche, el inicio una vez más de la comilona de uvas y el jolgorio que, cómo no, va seguido de un feliz Navidad y villancicos varios.
Para cumplir los cánones de una fiesta fin de año cualquiera, en la plaza se han bailado villancicos centenarios y los últimos temazos del verano, su poquito de «Paquito el chocolatero» y hasta algún pasodoble, que para eso están las Nocheviejas.
Bérchules ha retado así a los imprevistos energéticos y ofrece la posibilidad de c omerse las uvas con cambio de calendario , una fiesta que sube disparada como el cava que descorchan cada primer sábado de agosto . Un año más, el operativo especial con voluntarios de Protección Civil y Guardia Civil, sanitarios y seguridad privada, ha permitido que a nadie se le atragantes las uvas, brindar por un 2016 y medio e iniciar, desde hoy, la preparación de otra Nochevieja única.
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