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los antepasados de nuestros políticos (IV)

Enrique Rajoy Leloup, el abuelo del líder del PP menospreciado por el franquismo

Este eminente abogado y edil santiagués fue una de las tres patas que gestó el primer Estatuto gallego. Autonomista de vocación, defendió este marco legal por «dignidad colectiva» y fue relevado de la vida pública al estallar la Guerra Civil

Enrique Rajoy Leloup, el abuelo del líder del PP menospreciado por el franquismo MIGUEL MUÑIZ

ÉRIKA MONTAÑÉS

«El debate no es entre derechas e izquierdas, sino entre gallegos y antigallegos». La frase pertenece fue pronunciada por Enrique Rajoy Leloup en los años 30. Su nieto, el hoy líder del PP nacional, se define como «profundamente gallego» y confiesa sin pudores que desea morir en su tierra, «pero dentro de muchos años, claro», suele añadir Mariano Rajoy con la retranca que delata con evidencia sus orígenes. Esos mismos para los que no hay ninguna distinción con su abuelo, que nunca poseyó un carné de partido, se autocatalogó como independiente y fue concejal en el Ayuntamiento de Santiago con una lista sin siglas. Se ha escrito de Rajoy Leloup (Santiago, 1882-1966) que fue «la oveja galleguista» de la familia, un político «liberal». También se le ha definido como «republicano» porque fue tras el golpe del 18 de julio de 1936 y el estallido de la Guerra Civil cuando perdió la cátedra de Derecho Civil en la Universidad compostelana y también el decanato, que no recuperó hasta 1952. Pero en la única biografía que versa sobre el abuelo del presidente del Partido Popular -y que presentó él mismo en la Diputación de Pontevedra en 2006- la figura de Enrique Rajoy se describe como una de las patas cruciales del trío que redactó el primer Estatuto de Autonomía de Galicia, en 1932 (junto a Alexandre Bóveda y Bibiano Osorio Tafall).

Este catedrático y abogado, decano del Colegio de Abogados de Santiago, fue la «brújula jurídica» del marco estatutario gallego, que quiso equiparar con el vasco y catalán. Una eminencia en el campo de las leyes que recuerda la celebridad de su nieto, quien con solo 23 años consiguió ser el registrador de la propiedad más precoz de toda España.

Rajoy, de su abuelo: «Fue un autonomista»

Hasta la obra «Un protagonista do autonomismo galego» («Un protagonista del autonomismo gallego»), que escribe Baldomero Cores Trasmonte en 377 páginas, la historia no había devuelto a Rajoy Leloup su vital aportación a la redacción del Estatuto. Durante la presentación de este volumen publicado por la Diputación de Pontevedra en diciembre de 2006, Mariano Rajoy habló de su abuelo como una «persona honorable - algo de lo que no sé si podemos presumir los políticos de ahora, apuntilló- y un gran autonomista».

«Quien no tiene libertad para gobernar su casa o es un esclavo o un incapaz», dijo

Un mero esbozo de las frases que Cores pone en boca de Rajoy Leloup en este libro retratan perfectamente el carácter y la vocación de un galleguista convencido, que «nunca quiso que Galicia fuese una nación», dijo su nieto, y que, en efecto, no utilizó jamás ese término en sus alegatos. «El que quiera enfrentarse con Galicia, que venga a dar la cara» ; el proceso estatutario «es de una trascendencia enorme para el porvenir de la Región, y resulta depresiva y suicida la impasibilidad ante él»; «quien no tiene libertad para gobernar su propia casa y regir sus propios intereses, sea pueblo, sea persona, o es un esclavo o un incapaz que precisa tutela, como los menores, los idiotas o los locos»; y «la autonomía es un tema de dignidad colectiva» son algunas de esas frases que disparan desde el corazón del autonomismo incipiente en la época.

En su bufete en el Toural hasta la muerte

Su carrera política como edil santiagués zarpó en 1931 y ese mismo año se puso manos a la obra en la elaboración del texto estatutario. Provenía de un ambiente de clase media. Sus padres, Mariano Rajoy y Rosa Leloup, sacaron adelante a sus tres hijos con el sueldo de él, guardia civil, así que mientras se sacaba la carrera, Enrique hubo de trabajar como amanuense. Tuvo con su esposa cuatro hijos, Pilar, Mercedes, Enrique y el presidente de los populares, Mariano. Católico, independiente contumaz, un centrista de la epoca, un moderado de sobrados méritos, hombre atildado, amable, cuidadoso con su bigote, amante de la música y minucioso hasta el extremo son otros de los calificativos que atesora de sus conocidos el abuelo de Rajoy.

ARCHIVO DIPUTACIÓN DE PONTEVEDRA

Tras su aventura en el modelo autonomista, fue apartado de su puesto de profesor en la Facultad de Derecho, relevado como decano del Colegio de Abogados e inhabilitado de sus cargos públicos. Se ganó la vida entonces acomodando su bufete en el número 7 de la céntrica Plaza del Toural, en el casco histórico del a capitall gallega, donde residió hasta su fallecimiento con 84 años.

A diferencia de José Luis Rodríguez Zapatero, que se prodiga en mentar con asiduidad a su abuelo , el capitán Lozano , fusilado en 1936, el otro líder de la vida pública en España no suele significar el pasado galleguista de sus ancestros. Ante él lo hizo otro gallego, el actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo , en 2009. Rescatamos sus palabras durante un foro organizado por ABC en el que se declaró «heredero» del mismo sentimiento gallego que enarboló Rajoy Leloup, un sentir que, según Feijóo, «supo hacer compatible con el amor a España» . Feijóo pareció entonces reproducir quejas ya verbalizadas por el abuelo de Mariano Rajoy cuando lamentó la «incapacidad» del Gobierno de turno para incluir la agenda autonómica en los asuntos de Estado.

Feijóo destaca de él que supo compaginar el sentir gallego y el amor a España

Su nieto sí habló en la citada presentación de la biografía de su abuelo y se mostró convencido de que si todavía viviese, vería que lo que hizo tenía sentido. También se reservó una reflexión contra el «Gobierno de Memoria Histórica»: «Pienso que mi abuelo quería mirar al futuro y disfrutar de una Galicia autonómica en una España unidad y plural. Creo que nos diría: no estropeéis dos de los grandes logros de la Transición española, la reconciliación entre todos y el modelo autonómico».

El linaje atlántico

El 19 de mayo de 2009 Enrique Rajoy Leloup fue reconocido con la distinción de Hijo Adoptivo de Pontevedra quizás por aquello de que su padre Mariano y bisabuelo del otro Mariano Rajoy, era natural de la población de Forcarey y que su hijo presidió la Diputación de Pontevedra en 1983, con la que también se convirtió en el diputado más joven del Parlamento autonómico. Un vasto linaje de gallegos enamorados de su tierra.

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