ABC recorre la España real
El Camino que recibirá a Merkel
Mucho antes que la canciller, llegaron a Compostela miles de alemanes. Es probable incluso que ella no sea la más popular

Christian Boltanski no es cardiólogo, pero utiliza un fonendoscopio en la plaza del Obradoiro. El artista francés registra desde hace varios años veinte segundos de los latidos de cuantos se presten. El corazón del Camino de Santiago no parece un mal sitio para hacerlo. El sonido quedará archivado en la isla japonesa de Teshima. Quizá Ángela Merkel quiera grabar el suyo. A finales de este mes la canciller alemana viajará a Compostela y es probable que recorra los últimos metros de la ruta con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Merkel no es la primera germana que llega a la capital gallega. Quizá ni siquiera sea la peregrina más conocida en su país. La adelantó hace un lustro Hape Kerkeling, humorista y presentador de televisión que, tras sufrir una sordera repentina y perder la vesícula, dijo: «Bueno, ¡me largo!». Cambió el mando a distancia por un bastón y terminó ante el Apóstol. Escribió cada etapa y publicó un libro que tituló con dicha exclamación. Vendió millones de ejemplares.
Los extranjeros son mayoría consolidada en el Camino. Los germanos tienen buena culpa de ello. Hasta el 31 de julio fueron, tras los españoles, la nacionalidad que más «compostelas» -el diploma que acredita la andadura- recogió: 9.151. Italia es plata con 8.596, Portugal bronce con 6.942 y Estados Unidos se queda sin podio con 6.805. Todos tienen misa diaria en su lengua materna. Pueden, además, expiar sus pecados sin esforzarse en que el cura les entienda en otro idioma. Sus respectivas conferencias episcopales procuran sacerdotes durante buena parte del año a esta tarea.
Los alemanes madrugan
Quienes más madrugan —por eso tal vez Dios les ayude más— son los alemanes: a las 8.00 rezan «in der Kathedrale», en concreto en la «kapelle Christo de Burgos». Los franceses —quintos en el ranking—, un cuarto de hora después «dans la chapelle du Salvador». Los ingleses —que también pasaron de 2.000 peregrinos en los siete primeros meses de este año— se ven algo más tarde, a las 10.30, «in the Chapel of Our Lady of Soledad». Los italianos a las 10.45, de nuevo, «nella Cappella del Cristo di Burgos». «Europa entera se ha encontrado a sí misma alrededor de la memoria de Santiago, en los mismos siglos en los que ella se edificaba como continente homogéneo y unido espiritualmente. Por ello el mismo Goethe insinuará que la conciencia de Europa ha nacido peregrinando ». Son palabras del hoy santo Juan Pablo II en 1982 en Compostela. «La peregrinación a Santiago fue uno de los elementos que favorecieron la comprensión mutua de pueblos europeos tan diferentes como latinos, germanos, celtas, anglosajones y eslavos», reflexionó el pontífice polaco. Este agosto se cumplen veinticinco años de su Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en el Monte do Gozo, que supuso un antes y un después en el fenómeno contemporáneo jacobeo y en la pastoral juvenil de la Iglesia, según apuntó el cardenal Rouco hace pocos días.
Pero el Camino ha extendido sus procedencias a ambos lados del mundo. De Japón -con cuyas rutas espirituales está hermanada Galicia- proceden cada vez más peregrinos como el príncipe heredero Naruhito en 2013. Y en Corea del Sur hay un «boom». De allí son Jung Eun Lee y Seung Ryul Oh. Anotan sus nombres en la libreta y los deletrean para asegurarnos de la transcripción. Mientras esperan en la rúa do Vilar a recoger su acreditación, cuentan que han caminado treinta días desde Saint-Jean-Pied-de-Port y aunque «ha sido duro», a estos estudiantes de periodismo aún les quedan fuerzas para seguir hasta Finisterre . Antes de regresar, pasarán dos semanas en Barcelona. Conocieron el Camino gracias a la proliferación de novelas sobre este tema en su país. Seung menciona a Paulo Coelho, autor al que la peregrinación cambió su vida.
Ningún auge es espontáneo: detrás del norteamericano, por ejemplo, está la película «The Way», de la misma forma que los cursos internacionales de la Universidad de Santiago ayudan a promocionar el itinerario en lugares como Brasil, donde los responsables del Plan Xacobeo perciben un gran potencial.
En inglés hasta Sarria
La ruta no deja de bombear caminantes hasta el Obradoiro. Hacia las 9.30 entran a la plaza en familia Alfonso, Mari Ángeles, Cristina y Miguel. Después de cinco etapas desde Sarria, mínimo para lograr la «compostela», culminan su travesía. Los hijos se tumban mientras sus padres responden. Son de Talavera de la Reina y pasan unos días de sus vacaciones en el Camino. Les ha llovido bien y los albergues «están saturados». Según Alfonso, eso no fomenta el contacto: «Hay tanta gente que, como en las grandes ciudades, te aíslas».
Sola lo ha recorrido desde Roncesvalles Elisa Sigro, catalana de Aranjuez, 66 años, que pide ayuda para una fotografía ante la Puerta de Platerías. A cambio, también ella contesta: «No practico ninguna religión, pero me ha gustado asistir a misa en el Camino. Hay una magia. El idioma aquí es el inglés. Hasta Sarria apenas escuchas español».
El Camino está en 2014 por encima de los 130.000 peregrinos, un 9% más que hace un año. Un 54% no son españoles, aunque a las 14.00 horas una marabunta de la Vera Cruz de Alcalá del Río aparezca por la rúa Xelmírez al grito de «y si somos los mejores, ¿bueno y qué?». Antes, han discurrido por el último tramo antiguos alumnos de Herbón. Los capitanea el padre Carballo, el orensano que trabaja con el Papa Francisco. «Peregrinación, como tal, a pie, es esta», comenta relegando a Roma y a Jerusalén pese a su importancia. A ellas no se llega desgastando suela.
Hape Kerkeling señala en el penúltimo capítulo de su «best-seller» cómo un holandés le avanzó, en vísperas de su llegada a Compostela, que «en Santiago, a cada uno le espera el recibimiento que le corresponde». Lo que no podemos saber todavía es cuál es el que le espera a Ángela Merkel.
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