«libres e iguales»
Sánchez Dragó: «Lo mejor sería que Mas nunca hubiera llegado a la política española»
El articulista y escritor firmó el manifiesto de Libres e Iguales, contra la independencia de Cataluña

Cuando Fernando Sánchez Dragó (Madrid, 1936) es preguntado por el desafío independentista de Cataluña, habla del eterno retorno, de la historia de nunca acabar. «La España eterna» sería el título que le pondría al órdago soberanista de Artur Mas. Una vez dijo que la relación entre España y Cataluña es la de un matrimonio mal avenido. Lo tiene claro. La situación actual es, cuanto menos, «irritante». Para evitar el divorcio de este «matrimonio», este articulista y escritor estampó su firma en el manifiesto de «Libres e Iguales» .
-¿Qué le llevó a firmar un manifiesto?
-Tengo la convicción de que se está produciendo una modificación radical de lo que ha sido España hasta la fecha, la alteración de algo que se forjó hace 2.000 años. Eso me llevó a hacerlo. Hay que llamar al sentido común. Eso es lo que pide el texto. Se pastelea, se pastelea y se pastelea... Se negocia, se negocia y se negocia... Pero lo único que hay que hacer es aplicar la ley.
-¿Cuál va a ser el final de esta historia?
-Siempre tiendo a ser apocalíptico. Espero equivocarme. Si tuviera que jugarme lo que llevo ahora en el bolsillo a cuenta de lo que va a pasar, te diría que va a acabar mal. Esto es una pesadilla que se plantea una y otra vez. Es ridículo. Ningún francés se plantea qué es Francia, los italianos tampoco. Esto es puro tribalismo. Mi pronóstico es sombrío, pero espero equivocarme.
-¿Cuánto dinero lleva en el bolsillo?
-18 euros. No te harías rico—dice entre risas—.
-¿Está teniendo «Libres e iguales» el eco deseado»?
-Hay algo que no me gusta. Me han llamado la atención una serie de artículos diciendo que somos españolistas, ultraderechistas o ultraespañoles. Esto es ridículo. En este grupo había gente de toda procedencia ideológica. Esa reacción es ridícula.
-Si Artur Mas fuera al pueblo donde usted vive, ¿cómo le recibiría?
-Primero le daría la bienvenida. Aquí, en este pueblo soriano, somos muy hospitalarios. Pero después de darle la mano le diría: «Enmienda a la totalidad». Le diría que sería mejor que nunca hubiera llegado a la política española.
-Al presidente del Gobierno, ¿le reprocharía algo?
-Creo que está latente en el manifiesto. No es bueno que negocie. Esto atenta contra la Constitución. No puede andarse con pasteleo. Le pediría que dejara de ser gallego y que hiciese algo concreto. No tiene que dejar que el problema se vaya pudriendo. Para mí la política es gobernar, y no negociar. Esto viene de Zapatero, lo de negociar. Gobernar es tomar decisiones. El negocio está para otros ámbitos.
-Todo esto, ¿es una historia de ciencia ficción?
-No, por desgracia, no. Es una cuestión eterna. La unidad de España viene de matrimonios y enlaces. Por eso, el país está en guerra civil continuamente. Somos el país que más guerras civiles ha tenido. Algunas se han manifestado de forma cruenta, como en el 36, pero otras se manifiestan como la de ahora, en esta especie de «los unos contra los otros». Yo soy de Villanueva de Arriba y también de la de abajo. Lo uno no quita lo otro. Se puede ser soriano, castellano, español, mediterráneo, europeo, humano, y también pertenecer al cosmos.
-¿Qué título le pondría?
-La España eterna. Además, te doy una cita de propina, de Lorca: «Aquí pasó lo de siempre: murieron cuatro romanos y cinco cartagineses».
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