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Jesús Eguiguren, el amigo de Otegi que plantó cara a ETA en los «años de plomo»

La evolución seguida por Jesús Eguiguren ha sido la contraria de quienes se han enfrentado al terrorismo solo cuando la banda comenzaba a agonizar

Jesús Eguiguren, el amigo de Otegi que plantó cara a ETA en los «años de plomo» efe

j. p.

Desde que representó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en las negociaciones con ETA y se entrevistó en varias ocasiones con «Josu Ternera», Jesús Eguiguren se ha visto envuelto en polémicas por sus desacertadas e incluso injustificables declaraciones sobre el diálogo con la banda, la autodeterminación o las víctimas del terrorismo. Pero quizá muchos no sepan que en los «años de plomo», cuando el País Vasco estaba más cerca de Bosnia que de la UE, Eguiguren , presidente del Parlamento de Vitoria, plantó cara a los pistoleros y a sus cómplices de Herri Batasuna. Y lo hizo a cuerpo descubierto, cuando muchos callaban y solo han enarbolado banderas de la libertad con una ETA que empezaba a agonizar.

A mediados de los años ochenta, Eguiguren fue uno de los impulsores de un pacto que pretendía impedir el acceso de Herri Batasuna a las alcaldías de Ayuntamientos como Pasajes, Oyarzun, Mondragón, Vergara, Usúrbil, Lezo, Llodio ..., habilitados en ocasiones como capillas ardientes de aquellos etarras que morían al explosionarles bombas con las que buscaban una matanza, o en enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad. «Herri Batasuna es el brazo político de ETA, o si se quiere, ETA el brazo armado de Herri batasuna. En cualquier caso, no cabe ninguna duda de que en la estrategia de Herri Batasuna, la lucha armada es un componente más», declaró en noviembre de 1991. «Decir que ETA está dirigida desde determinados sectores de HB -añadió- yo creo que es perfectamente real».

Ilegalizar Herri Batasuna

En un contexto en el que la «izquierda abertzale» jaleaba el tiro en la nuca y apuntaba objetivos para que ETA rematara, Jesús Eguiguren se mostró partidario, en agosto de 1987, de ilegalizar Herri Batasuna «porque de lo contrario este país dejaría de ser democrático». En 1989, cuando la actividad criminal de ETA recobró nuevo impulso tras la ruptura de las conversaciones de Argel, Eguiguren se mostró contrario a la autodeterminación. «Hablar de consenso y al mismo tiempo plantear el tema de la autodeterminación es absolutamente contradictorio -declaró-. La autodeterminación es una reivindicación ideológica que únicamente comparten los partidos nacionalistas, mientras que los no nacionalistas pensamos que los vascos nos autodeterminamos cada vez que expresamos nuestra voluntad política en las urnas». Su giro ha sido de 180 grados; su evolución, del blanco al negro.

Jesús Eguiguren, el amigo de Otegi que plantó cara a ETA en los «años de plomo»

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