Hazte premium Hazte premium

El PNV redobla su intento de marcar el paso al Gobierno ante el fin de ETA

A la reunión «privada» de Urkullu con Rajoy se suma otro encuentro de Ortuzar con Sáenz de Santamaría

El PNV redobla su intento de marcar el paso al Gobierno ante el fin de ETA efe

I.REYERO

Llevaba meses reclamando, por lo alto y por lo bajo, una cita con el presidente Mariano Rajoy para reanimar la cuestión del final de ETA, y especialmente la gestión de sus presos. Finalmente, y tras un disparatado juego de escondite, el lendakari, Iñigo Urkullu, obtuvo en la noche del martes su ansiada reunión en La Moncloa. La fecha estaba marcada en las quinielas, dado que a la mañana siguiente Urkullu ofrecía una conferencia en la capital. Así que el encuentro no fue todo lo «discreta» que le hubiera gustado, pero sí logró que apenas trascendiera nada del contenido de la charla, que se prolongó durante más de una hora.

Urkullu llegó a Madrid con la urgencia de desatascar lo que desde el nacionalismo se han encargado de fijar como un tótem entre la sociedad vasca: que el «inmovilismo» de Rajoy y su negativa a «flexibilizar» la política penitenciaria puede provocar un serio revés en el «proceso» del fin de la violencia. El dirigente vasco sigue empeñado en trasladar a Urkullu la «hoja de ruta» que antes ofreció a Sortu, que incluía «compromisos» pactados hacia el desarme que debieran corresponderse con movimientos en las cárceles, según documentos incautados a la abogada de presos de ETA, Arantza Zulueta, y que establecen «compromisos» para todas las partes.

Precisamente, y en un intento por redoblar su presión sobre el Ejecutivo central, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha abierto otra línea ‘continuada’ de comunicación con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con la que se vio en Madrid hace una semana.

Ultimátum devuelto

Pero el mensaje del presidente del Gobierno, congeniado con el PP vasco de Arantza Quiroga, es invariable: quien debe dar pasos es la propia banda, hacia su disolución, como ya adelantó la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría la semana pasada en Bilbao. De ahí no se moverán. El ultimatum que pretendía plantear Urkullu le ha sido devuelto desde Moncloa: es el Ejecutivo de Vitoria quien debe elegir entre liderar este tiempo en sintonía con el Gobierno de España o si en cambio va en solitario en la estela de las demandas de Sortu, como ya demostró al compartir pancarta el 11 de enero en Bilbao.

Pacto a tres bandas

Con todo, la vocación por mantener un tono discreto es compartida por ambos gobiernos, que siguen defendiendo un «liderazgo institucional» conjunto para finiquitar la violencia etarra. Un mensaje que viene repitiendo la líder del PP vasco, Arantza Quiroga, en el último mes y medio. Los socialistas se apuntan a este pacto de «consenso básico» entre los demócratas, como así se refrendó en la reunión que el pasado fin de semana mantuvieron en Bilbao Alfredo Pérez Rubalcaba y Patxi López con Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar. El objetivo prioritario: evitar que la ceremonia de la confusión se instale y coloque a la «izquierda abertzale» en un papel protagonista y proactivo por la «paz».

El PNV redobla su intento de marcar el paso al Gobierno ante el fin de ETA

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación