terrorismo
Hallan muerto al preso etarra Arkaitz Bellón en su celda de Puerto I
El cuerpo sin vida se encontraba sobre su cama, sin aparente signos de violencia, por lo que todo apunta a causas naturales
El preso de ETA Arkaitz Bellón Blanco, de 36 años de edad, ha sido hallado esta tarde muerto en su celda de la prisión de Puerto I, en Cádiz, por los funcionarios cuando procedían al recuento habitual que se realiza tras la comida. El etarra estaba a punto de salir de prisión, ya que el próximo mes de mayo terminaba de cumplir condena de 12 años.
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Los funcionarios han comprobado que el recluso se encontraba inmóvil en la cama y han avisado inmediatamente a los servicios médicos del centro, que no han podido sino confirmar que el etarra se encontraba sin vida. No presentaba ningún signo externo de violencia, según ha informado el Ministerio del Interior. En el momento del hallazgo, el interno permanecía sólo en la celda, al encontrarse clasificado en primer grado de tratamiento. Arkaitz Bellón Blanco, de 36 años de edad, cumplía condena de doce años por delitos de atentado, depósito de armas, coacciones y daños. Arkaitz Bellón fue detenido por la Ertzaintza en agosto de 2000 en San Sebastián acusado de intervenir en diversos actos de «kale borroka». El 22 de enero de 2002 que quedó en libertad bajo fianza.
Condena por «borrokalari»
La Audiencia Nacional le condenó el 7 de octubre de 2003 a trece años de cárcel, como culpable de la quema de un cajero automático, del incendio de dos autobuses urbanos y de contenendores de basura, así como del lanzamiento de cócteles molotov contra agentes de la Ertzaintza. Estos incidentes se registraron el 15 de agosto de 2000 en protesta por la muerte de cuatro miembros de ETA en Bilbao al estallar la bomba que transportaban en un coche.
No constaban antecedentes de patologías médicas que pudieran hacer predecible este desenlace. En cualquier caso, su fallecimiento apunta a causas naturales. Los responsables del centro penitenciario han comunicado su fallecimiento, como es preceptivo, al Juzgado de Guardia y a su familia. Además, como es habitual cuando cualquier interno fallece en prisión, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha ordenado la apertura de una información reservada.
Medios de la «izquierda abertzale» se han apresurado ya a culpar de esta muerte a la «política de dispersión», aseguran que el etarra fue objeto de palizas en marzo, cuando se encontraba en la prisión de Sevilla, y anuncian movilizaciones de protesta
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