caso asunta
Rosario Porto, al juez: «Yo estaba en manos de Alfonso, estaba rota»
La madre de Asunta relató la dependencia hacia su exmarido a causa de su depresión

Rosario Porto llegó a depender de su exmarido, Alfonso Basterra, para todo desde principios de julio del año pasado, pese a llevar divorciados cuatro meses. Era él quien les preparaba la comida y la cena, quien le compraba el Orfidal y el Prozac e, incluso, quien se lo ponía en la mesa para que lo tomara, como el día del crimen. La madre de Asunta dibujó en su primera declaración ante el juez José Antonio Vázquez Taín una relación compleja con un divorcio a causa de una infidelidad, meses de cartas y amenazas, y finalmente un acercamiento aparentemente obligado por la enfermedad que sufrió Porto a finales de junio, cuando tuvo que ser ingresada por una crisis que le cerró el ojo y le provocó problemas para caminar.
-Juez Taín: Cuando sale del hospital, sale no digo apoyada en él, pero si ya mas cercana a él... Depende de él...
-Rosario Porto: Más cercana no. En sus manos, salgo en sus manos. Yo salí rota, yo salí con 45 kilos. Yo estaba sola, no tengo a nadie que me pueda ayudar; yo tengo muchos amigos y que me quieren ayudar pero la gente tiene su vida, no puede venir a cuidarme a mí. Yo no tengo familia. Solo tengo una prima que tiene su vida.
-Taín: ¿Ese cambio obedeció a algo que nos quiera contar o...?
-Porto: Obedeció a una necesidad, obedeció a que yo no quería que mi hija estuviera desatendida; su padre la atendía, el tiempo que yo estuve ingresada, la niña estuvo en casa de la madrina.
-Taín: A partir de ese momento ustedes se ven con relativa frecuencia. ¿Es cuando empiezan a comer juntos?
-Porto: Sí, me daba de comer, me daba de cenar y además empece a ver que cada vez iba a peor; no tenía ganas de nada. Carmen, mi mejor amiga, me dijo: «bonita te estás metiendo en una depresión». Te veo de cabeza. La condición de él para cuidarnos es que yo dejara a la otra persona. El 4 o 5 de julio decidí acabar con esta persona, yo le di una excusa porque yo no quería decirle que era una especie de chantaje por parte de mi exmarido poque mi exmarido reaccionó tratando de localizar a su familia y de contarle las cosas y tratando de hundir su matrimonio y yo en todo momento supe que él estaba casado y nunca me engañó (...) Alfonso la amenazaba diciéndole que le había desgraciado la vida. «Todos tus secretos más íntimos los tengo yo y cualquier día los revelaré».
El juez interrogó a Porto exhaustivamente sobre la relación entre la pareja tratando de fijar si en los episodios de sedación previos con Orfidal que sufrió Asunta, según los análisis de su cabello y las declaraciones de las profesoras de música, sus padres estaban juntos. La tesis de los investigadores y de Taín, desde el inicio, es que ambos se concertaron para asesinar a la niña y lo planificaron con al menos dos meses de antelación.
La supuesta alergia
Es en las cuestiones previas de la segunda declaración que Porto realiza ante el juez, donde su tono cambia por completo, cuando éste le concreta que esos episodios de sedación se han fijado entre el 12 y el 16 de julio y entre el 12 y el 18 de septiembre, así como el mismo día del crimen, cuando se le suministró Orfidal en dosis suficientemente tóxicas como para anular la voluntad de la menor, posteriormente fue atada y una vez atada se le quitó la vida.
-Taín: Otro incidente que me preocupa. El día 18... no el 22, la niña nos dicen que es alérgica. ¿A qué?
-Porto: A muchas cosas, al polvo, al polen, a un montón de cosas
-Taín: Se lo digo por una razón. Yo convivo con un alérgico y en mi casa no hay ni una alfombrilla en el baño.
-Porto: Pero es que Asunta no era. Es que es alérgica ahora, era... en casa de su padre, en mi casa no se ponía así... Hablamos con la pediatra, Sabela Martinez, y nos dio un espray pero un día que durmió en casa de su padre se levantó mareadísima y su padre sin consultar conmigo se la llevó a un curso que estaba haciendo (...) y las chicas (las profesoras) decían que Asunta daba bandazos.
En esa primera declaración, Porto culpó al padre de haberle dado a Asunta los famosos «polvos blancos» (Basterra aseguró que era un antihistamínico que se diluye en agua), pero en la segunda admitió que en una ocasión ese antihistamínico se lo dieron ambos. No fueron capaces ni de concretar desde cuándo sufría Asunta esa supuesta alergia, desmentida por la pediatra. Porto dijo que era de este año; Basterra que la sufría desde hace tres o cuatro. La madre argumentó que como ambos son alérgicos sabían que se trataba de una rinitis, que fue tratada con antihistamínicos comunes.
Los informes toxicológicos no han hallado rastro de esa medicina, pero sí del Orfidal que tomaba Porto y del que Alfonso adquirió casi 200 pastillas desde el 5 de julio.
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