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Castilla-La Mancha: Quijote eterno, inmenso viñedo
Cervantes ya narró lo que es la Comunidad: patrimonio, naturaleza, gastronomía...

Castilla-La Mancha es mucho. Es monumentalidad, es naturaleza, es artesanía, es turismo. Es también Don Quijote, el eterno Alonso Quijano. Y agricultura. Y ganadería. Y vino. Y aceite. Todo esto encierra en sus cinco provincias (Toledo, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real y Albacete), que se extienden por caminos de llanuras salpicados por molinos de viento. [ ABC retransmite los actos por el Día de la Comunidad, aquí ]
En la tierra donde se afilan las afamadas navajas albaceteñas, uno se puede sentir Curro Jiménez a lomos de su caballo blanco, recorriendo los parajes de Riópar, en la Cueva de los Chorros, donde el bandolero Pernales también hizo de las suyas en un bellísimo entorno situado en el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y la Sima.
Por supuesto, no es el único ejemplo donde la naturaleza nos regala espectáculos para los sentidos. Dos parques nacionales, el de Las Tablas de Daimiel y el de Cabañeros, esconden sorpresas debajo de las piedras que olisquean los venados o en los nenúfares sobre los que se posa un sapo común. Y en Las Lagunas de Ruidera la belleza del agua saltando entre sus 15 lagunas deja boquiabiertos al más aventurero y puede evocar al poeta versos endecasílabos.
Parajes naturales como el Parque Natural Hayedo Tejera Negra, en Guadalajara, te pueden hacer soñar, o el Parque Natural del Alto Tajo. Y no hay que irse de Castilla-La Mancha sin visitar la Reserva Natural de El Hosquillo, en Cuenca, donde uno podrá observar osos en semi-libertad.
Esta región tiene mucho más que enseñar. Como la Ruta de las Caras en Buendía (Cuenca), un conjunto escultórico de 18 figuras con acceso gratuito para los visitantes. O el Museo de las Ciencias, también en la monumental capital conquense, que, junto con la multicultural Toledo, son las dos poblaciones de Castilla-La Mancha declaradas Ciudades Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, reconocimiento que el pasado año se extendió a las Minas de Almadén.
Además de los monumentos, la región es conocida por sus fiestas, como el Corpus Christi de Toledo —ayer la ciudad olió a tomillo y a romero—, la Semana Santa de Cuenca, la tamborrada de Hellín o la Feria de Albacete.
Castilla-La Mancha también es aceite. De oliva virgen. Con 73 almazaras asociadas, que superan los 27.000 olivicultores asociados, la región ocupa el segundo lugar a escala nacional en cuanto a producción de aceite de oliva virgen, con un porcentaje aproximado del 7% de la producción nacional y el 3% de la producción nacional. Y esta materia prima se hace notar en la gastronomía de Albacete, con sus atascaburras o la olla de pastor; de Ciudad Real, donde se puede disfrutar del cuchifrito o de las gachas de harina de almortas; de Cuenca, con su morteruelo, zarajos, los cangrejos de ríos o las truchas. En Toledo, el ciervo y la perdiz, y en Guadalajara, los quesos artesanos de leche de cabra y su exquisita miel.
No solo por la extraordinaria calidad del aceite de oliva se conoce a Castilla-La Mancha. Esta comunidad es la primera productora de vino de España, ya que se elabora al año más del 50 por ciento de los caldos a escala nacional. Más de 200 bodegas cooperativas forman este sector en Castilla-La Mancha, del que viven más de 7.000 familias.
Con pan y vino se hace el camino, dice el refrán. Caminos siguiendo la Ruta de los Castillos que recomienda Turismo Castilla-La Mancha para atravesar las cinco provincias a través de sus fortalezas, como, por poner unos ejemplos, el castillo de Belmonte en Cuenca, el de Alarcos en Ciudad Real, el de Sigüenza en Guadalajara, el de Consuegra en Toledo o el de Almansa en Albacete. También se pueden seguir la pista a los antepasados en el Parque Arqueológico de Carranque (Toledo) o en el de Segóbriga en Saelices (Cuenca).
Como el rastro que sigue el perro cuando va detrás del conejo. Porque en Castilla-La Mancha la actividad cinegética genera más de 6.500 empleos fijos en puestos directos de trabajo, crianza y aprovechamiento de especies cazables en una superficie que abarca los siete millones de hectáreas, de las que más de la mitad están destinadas al aprovechamiento de caza menor y el resto al de caza mayor.
Y hay que tener siempre muy presente la literatura, con el eterno Don Quijote de La Mancha como libro de cabecera para seguir una ruta por sus extensos campos. O al norte la Ruta de la Alcarria a través de las directrices del Nobel Camilo José Cela; pasear por el parque leyendo «Historia de una escalera» de Antonio Buero Vallejo o buceando en la nueva novela de María Dueñas, «Misión Olvido», cuya autora será hoy nombrada Hija Predilecta de Castilla-La Mancha durante el acto institucional del Día de la Región que se celebrará en Cuenca durante esta mañana.
Castilla-La Mancha también es tierra de pintores, como Antonio López o Rafael Canogar. Y El Greco será recordado el próximo año en Toledo con numerosos actos al cumplirse en 2014 el IV centenario de su muerte. Una efeméride que situará a esta región en el primer plano de la actualidad.
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