El lamento de Manuel Valls ante una Francia que abraza a Marine Le Pen
El primer ministro francés se dirigió a la nación para decir que continuará «con determinación y energía por amor a Francia» y lanzó un aviso al resto de países ante el avance del extremismo
Marine Le Pen ha sido la gran triunfadora de las elecciones europeas. Ella y su discurso antieuropeo y xenófobo se hacen un hueco en el Parlamento Europeo, donde contarán con importantes aliados. Pero antes de comenzar su actuar antieuropeo en el seno mismo de Europa, Le Pen ha provocado un terremoto político en Francia, que trastoca el esquema de representación política de la V República.
El Frente Nacional fue la primera opción para los franceses, que relegaron a los socialistas en el Gobierno a un tercer lugar. Duro castigo a Françoise Hollande y sus recortes , y toda la presión para un Manuel Valls que, con tan solo dos meses a sus espaldas como primer ministro, empieza a escuchar voces solicitando su dimisión e incluso la disolución de la Asamblea Nacional francesa. Por el momento, Valls parece que aguanta, y anuncia futuras bajas de impuestos para retomar el pulso de una calle que ha abandonado a los socialistas.
Tras la derrota, el primer ministro se dirigió a la nación que acababa de darle la espalda con un discurso en el que se percibía un hombre apesadumbrado, pero dispuesto a lanzar un mensaje, una advertencia, no solo a los franceses, sino a toda Europa. Estas son algunos de los mensajes que Valls lanzó a una Europa que en estos comicios ha comenzado a abrazar su propia criptonita:
-«Vivimos momentos graves, muy graves, para Francia y para Europa».
-«Se trata de un choque brutal, un seísmo político. Es nuestro deber actuar con rapidez».
-«A través de la abstención y votando a la extrema derecha, los franceses han expresado su profundo excepticismo. No debemos perder un minuto. Francia es una gran nación».
-«La mayoría de la izquierda ha demostrado su profundo escepticismo».
-«Debemos construir una Europa más fuerte, más justa y más generosa».
-«Es nuestro deber continuar con nuestra tares en reformas como la de la Administración territorial, y en la búsqueda de mejores servicios públicos y más eficientes».
-«No es una alerta, sino un terremoto para todos los responsables políticos. Es grave para Francia y para Europa».
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