cuentas sin cuentos
Los costes laborales no salariales, ahí está el problema
Los sueldos en España no son altos, han crecido un 4,7% el último año y poco más del 13% desde 2018, pero las cotizaciones se han incrementado más del 7% en 2023. Seguir aumentado los impuestos al empleo es un error que perjudica al eslabón más débil del mundo empresarial
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![Los costes laborales no salariales, ahí está el problema](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/07/28/cotizaciones-problemas-empresas-R8J8J65G9nrcUf4dNnWv8uN-1200x840@diario_abc.jpeg)
El pasado miércoles conocimos los datos de los costes laborales en 2023. Subieron un 5,4%. Los salarios brutos se incrementaron un 4,7%, pero fueron los costes no salariales, especialmente las cotizaciones sociales, las que registraron un mayor aumento, casi un 7,3%. Según ... estas cifras, los sueldos medios brutos de los trabajadores se situaron en 2023 en algo más de 26.500 euros, pero a la empresa, ese puesto de trabajo le cuesta casi 36.000 euros, fundamentalmente por las cuotas que tiene que pagar a la Seguridad Social y que están sufriendo fuertes incrementos ejercicio tras ejercicio desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa.
De hecho, según esta encuesta, desde que los socialistas asumieron el poder en julio de 2018 los costes laborales se han incrementado un 15%, pero de manera desigual entre sus distintos componentes. Así mientras los salarios brutos han subido un 13% en estos cinco años, es decir, una media del 2,6% anual, los costes por cotizaciones sociales se han incrementado casi un 21%, más del 4%.
En un país, donde los bajos sueldos son un problema especialmente para una parte muy importante de la población, los jóvenes, que tienen en esos bajos salarios un fuerte 'handicap' para poder independizarse, para acceder a una vivienda o para formar una familia, parece que desde la administración el esfuerzo debería ir a facilitar esos mejores sueldos. De momento los esfuerzos gubernamentales se han centrado en obligar a empresas y familias a subir el salario mínimo, que se ha incrementado un 54% desde 2018. Pero es verdad que esta subida tiene también efectos secundarios, como es la caída de la afiliación en uno de los sectores más afectados, como es el empleo del hogar. Y en un momento donde la población mayor de 65 años y la población dependiente es cada vez mayor es poco creíble que haya menos gente trabajando en el sector, lo que significa que se está disparando la economía sumergida. Para una gran empresa hacer frente a un salario de 1.134 euros por catorce pagas, más al menos otro 25% o 26% en costes extrasalariales puede ser asumible, para un agricultor, una pequeña pyme o sobre todo una familia es muy difícil. Los gobernantes deberían tenerlo en cuenta porque este café para todos puede estar haciendo mucho daño a la parte más débil del eslabón empresarial.
De hecho, los propios datos del INE muestran grandes diferencias de sueldos entre sectores y entre comunidades autónomas. Los costes laborales más altos y, por ende, los sueldos más altos, están en Madrid, donde el coste medio para una empresa de contratar un asalariado supera los 42.500 euros, frente a la comunidad con los sueldos más bajos, que es Extremadura, donde contratar a un empleado cuesta de media 28.233 euros. Donde más crecieron los costes el año pasado, con diferencia, fue en las Islas Baleares, un 9,4%. Extremadura, por el contrario, se situó a la cola con un 2,9% de incremento. Y por sectores, los salarios más altos están en el de suministro de energía eléctrica, con más de 63.000 euros, y actividades financieras y seguros, con 51.000. En el extremo opuesto se sitúan la hostelería, con poco más de 16.000 euros y las actividades administrativas, con 18.500 euros. Está claro que hay sectores y empresas que tienen buenos resultados y pueden pagar más y otros que no tanto, y ahí la Administración también debería ayudar.
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