ESPECIAL ABC EMPRESA / Número 750
La última oportunidad de subir en marcha al 'tren bala' de la IA
La irrupción de los algoritmos sacude transversalmente todos los sectores, una vertiginosa revolución en la que España y Europa aún son meros espectadores
El 'ahora o nunca' de Europa en el estratégico pulso por la IA
![La última oportunidad de subir en marcha al 'tren bala' de la IA](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/10/13/inteligenciaartificial-RHn3n30LfLUv0rYgGDOYTFI-1200x840@diario_abc.jpg)
España tiene ante sí una oportunidad única para subirse al tren en marcha de la inteligencia artificial. Esta tecnología, cuya evolución ha sido vertiginosa en muy poco tiempo, abre un abanico enorme de posibilidades en todo tipo de sectores y es uno de los pilares ... que impulsarán el crecimiento de la riqueza nacional. En una carrera al rojo vivo encabezada por Estados Unidos y China, en la que Europa ha quedado relegada a actor secundario (a excepción de la dimensión regulatoria, donde está a la vanguardia), nuestro país está obligado, antes de que sea demasiado tarde, a redoblar esfuerzos y abandonar la discreta posición que ostenta dentro del bloque comunitario. Es mucho lo que hay en juego, ya que hablamos de una revolución que, gracias a los recientes hitos en supercomputación y a la disponibilidad de ingentes cantidades de datos, acelerará grandes transformaciones económicas y sociales.
Solo para hacerse una idea, se prevé que la adopción generalizada de la inteligencia artificial generativa podría tener un impacto de entre 100.000 y 120.000 millones de euros anuales en el producto interior bruto español en la próxima década, el equivalente al 8%, como consecuencia del aumento de la productividad, del tiempo ahorrado por automatización del trabajo y de la reinversión del mismo en otras actividades que generen valor, de acuerdo a un estudio realizado por Implement Consulting Group para Google.
Diversos informes revelan que si bien España obtiene buenos resultados en ciertos indicadores, existen otros en los que necesita mejorar. El Índice Global de IA de Tortoise, que clasifica a 83 países en función de 122 parámetros, nos sitúa en el decimoctavo puesto. La mejor nota la sacamos en estrategia gubernamental relativa a la IA (sextos), un apartado en el que cabe destacar la Estrategia de Inteligencia Artificial 2024, que se desplegará durante el presente ejercicio y 2025 con una dotación de 1.500 millones de euros procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y de su adenda, que se suman a los 600 millones ya movilizados, así como la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, cuya competencia es asegurar que se despliegan sistemas seguros, responsables y éticos.
Las asignaturas pendientes son claras: por un lado, la I+D en este ámbito, ya que caemos hasta la vigesimosexta y vigésimo primera posición del ranking, respectivamente, y, por otro, lo que el informe denomina tejido comercial, esto es, el nivel de actividad de startups, inversión privada e iniciativas comerciales relacionadas con la inteligencia artificial, donde descendemos al trigésimo segundo lugar, siendo sobrepasados por vecinos europeos como Francia, Alemania o Croacia. En este sentido, el 'Artificial Intelligence Index Report 2024', de la Universidad de Stanford, concreta que la inversión privada en IA de nuestro país fue en 2023 de 360 millones de euros frente a los 3.780 millones de Reino Unido, los 1.910 de Alemania o los 1.890 de Suecia.
Alicia Troncoso, presidenta de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial (Aepia), asegura que hay algunos fondos de capital riesgo cuyo objetivo principal es la tecnología, «pero son escasos y con inversiones de menor rango que otros países como Estados Unidos», lo que explica que muchas startups y empresas de IA tengan que buscar financiación fuera.
En los últimos años, la situación ha mejorado, aunque queda camino por recorrer. «El número de fondos especializados en tecnología, y en particular en IA, está creciendo, y a esto se une que el gobierno ha aprobado la Ley de Startups con el objeto de fomentar el ecosistema de innovación con un alto componente tecnológico. Por otro lado, los fondos europeos están proporcionando financiación directa y subvenciones a proyectos relacionados con IA, lo que está favoreciendo la inversión privada». Sin embargo, Troncoso habla de una brecha entre las políticas y la implementación efectiva. «Los gobiernos avanzan en la creación de centros de excelencia en IA, pero la burocracia y la falta de inversión en investigación siguen siendo una barrera hacia el progreso», dice.
En esa transición con destino a la innovación más disruptiva, la presidenta de Aepia señala como desafíos la formación (numerosos investigadores emigran a lugares con condiciones más favorables) y la regulación, pues el crecimiento acelerado de la inteligencia artificial urge actuaciones para evitar sesgos, proteger la privacidad o asegurar la transparencia de los algoritmos. Aún con estos retos sobre la mesa, hablamos de una tecnología candidata a ser uno de los motores de la productividad en multitud de sectores. «En las universidades españolas –indica– hay investigadores en inteligencia artificial reconocidos nacional e internacionalmente, que llevan investigando en series temporales, deep learning, machine learning, robótica, ontologías, planificación automática, etc. desde hace más de 25 años. Por tanto, sería muy importante que las empresas crearan alianzas con estos grupos de investigación para innovar y generar servicios que mejoren la competitividad de las empresas en inteligencia artificial».
No hay una fórmula mágica, pero para apuntalar el despegue definitivo en esta tecnología, España tendrá que atajar una serie de déficits. «La inversión en I+D+i no alcanza el 1,5% del PIB, la mitad del objetivo marcado por la Estrategia Europa 2020 (3%), lo que pone en riesgo la capacidad de competir con países líderes en inteligencia artificial», subraya Enrique Manso, socio coordinador del equipo de IA de EY España, que piensa que tampoco ayuda «la fragmentación en la investigación, con múltiples instituciones trabajando por separado, en contraste con países como Francia, que han centralizado esfuerzos en grandes centros de investigación en IA, atrayendo talento internacional y fomentando la innovación de manera más eficaz».
Falta esfuerzo en I+D y hay una fragmentación en la investigación, con múltiples instituciones trabajando por separado
El desempeño español en este campo, según Manso, también está amenazado por unos empleos tecnológicos mal remunerados, lo que conlleva una fuga de talento hacia mercados más competitivos y a la ejecución de proyectos técnicos complejos sin las garantías suficientes a nivel de capacidades humanas debido a esos bajos honorarios. «Además –agrega–, las empresas deben enfrentar el desafío de establecer un correcto entendimiento y expectativas acordes de las capacidades de la IA, lo cual requiere un mayor conocimiento técnico de base, algo crucial para la integración efectiva de modelos y algoritmos en los ecosistemas de IT de las empresas, que a menudo presentan un nivel de complejidad elevado».
El panorama de la inversión en inteligencia artificial muestra signos positivos, afirma Manso, con un ecosistema de startups que está captando la atención de inversores. No obstante, cree que «a muchas les falta diferenciación o escalabilidad» debido a que tienen una base de clientes pequeña e implementaciones limitadas. «Aunque el país ha visto un incremento en las rondas de financiación para empresas emergentes en el sector de la IA –continúa–, la cantidad total de fondos de capital riesgo y otras fuentes de financiación aún puede no ser suficiente para satisfacer la demanda o estar al nivel de los ecosistemas de inversión más desarrollados».
En todo el tejido
Valero Marín, presidente de IndesIA, asociación para impulsar el uso de los datos y la inteligencia artificial en empresas de la industria española, apunta que una de las tareas por cumplir es que esta tecnología haga mella en todo el tejido: «Las grandes organizaciones, como las promotoras de IndesIA, llevan años sacando el valor a la tecnología, y muchas han sido pioneras a nivel internacional. El reto ahora es que se aplique en las pymes». Según un reciente barómetro que han realizado, solo un 2% de esta tipología de firmas está utilizando la IA en alguno de sus procesos.
Eso sí, aclara que España tiene varios ases ganadores. «Gracias a las conexiones de banda ancha y 5G con las que ya contamos, la apuesta por el despliegue de centros de datos o el impulso que estamos dando al desarrollo de energías renovables, disfrutamos de un posicionamiento único para convertirnos en una de las potencias en el despliegue de esta tecnología en la Unión Europea», circunstancia a la que suma la existencia de empresas líderes en sectores relevantes, como banca, telecomunicaciones o energía, que están actuando como tractores para el resto de compañías.
Proyectos europeos
Laura García Cuenca, doctora en Ingeniería y Profesora Titular de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Europea, resalta entre las fortalezas la participación española en iniciativas europeas como los proyectos Horizon Europe y GAIA-X, que «permite colaborar con otros países en el desarrollo y regulación de la IA a nivel europeo, además de potenciar el acceso a recursos y conocimientos compartidos». Menciona, asimismo, la alineación de España con los principios europeos para garantizar una IA ética y confiable, centrándose en el respeto a los derechos humanos y la privacidad: «Este enfoque ético le posibilita estar a la vanguardia en la regulación de la IA, con iniciativas como la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial».
Como el resto de expertos consultados, la docente expone que la inversión limitada, la escasez de talento especializado o un marco normativo aún en proceso de alinearse completamente con las directrices europeas («Francia o Alemania han sido más proactivos en la creación de normativas para impulsar la IA de manera segura y ética») son debilidades que lastran a nuestro país, al igual que la dependencia de infraestructuras y tecnologías extranjeras, como las plataformas cloud de gigantes tecnológicos de Estados Unidos (Google, Amazon, Microsoft). «Otros países de la Unión Europea –dice– como Francia, están más avanzados en la construcción de alternativas propias para minimizar esa dependencia».
García Cuenca sostiene, por otro lado, que la conexión entre el ámbito académico y el empresarial es un factor crítico para el desarrollo y la aplicación efectiva de la inteligencia artificial. «Para fortalecer aún más los lazos se deberían explorar nuevas oportunidades, que pasarían por fomentar proyectos a largo plazo que mantengan relaciones continuadas y duraderas, mejorar la capacitación para alinear mejor las habilidades y competencias de los estudiantes con las necesidades en tiempo real del mercado e incentivos para reforzar la transferencia de conocimiento aplicado entre ambos mundos».
Recetas diversas para que España dé un paso al frente en la imparable revolución de la inteligencia artificial y pueda así aspirar a forjar una economía próspera sustentada en una tecnología que cambiará para siempre nuestra sociedad.
Onda expansiva
La inteligencia artificial está cambiando por completo la forma en que operan las empresas y los sectores económicos. Tiene un carácter tan profundo y transversal que hoy en día es difícil imaginar hasta dónde llegará su alcance. Estamos ante un auténtico terremoto tecnológico cuya influencia se sentirá en prácticamente todos los ámbitos, desde la manufactura hasta la salud, pasando por las finanzas y el retail.
Enrique Manso (EY España) da buena cuenta de ello: «En España, la inteligencia artificial está impulsando transformaciones significativas en diversos sectores económicos». Banca y finanzas, por ejemplo, están usándola para mejorar la experiencia del cliente, la gestión de riesgos y la detección de fraudes. «Las telecomunicaciones están empleando la IA para optimizar las redes y mejorar el servicio al cliente, mientras que en el ámbito de la energía, se está aplicando para la gestión eficiente de recursos y el desarrollo de soluciones sostenibles», comienza por repasar. Otro de los campos donde marcará diferencias será el sanitario, que ya «está adoptando la IA para el diagnóstico asistido, la personalización de tratamientos y la mejora en la gestión hospitalaria». En el comercio, tanto en tiendas físicas como en plataformas en línea, Manso comenta que la IAestá personalizando la experiencia de compra y optimizando la logística y la gestión de inventarios.
El transporte y la logística tampoco son ajenos a la ola disruptiva y se están beneficiando de la IA para la optimización de rutas y la gestión eficiente de flotas. Por su parte, el sector tecnológico y de servicios está innovando con el desarrollo de asistentes virtuales y soluciones de automatización de procesos. «Estos avances están contribuyendo a una economía más eficiente y competitiva, marcando un camino de crecimiento y adaptación tecnológica en España».
La posibilidad de ofrecer servicios personalizados es uno de los valores de esta tecnología
Al margen de los mencionados, los sectores que se llevan la palma son industria y manufactura. «Estamos acostumbrados a relacionar la IA con el sector servicios (como labanca o el retail). Sin embargo, está siendo la industria donde podemos apreciar el mayor impacto económico tangible de la IA», apunta Valero Marín, presidente de IndesIA. Google lanzaba el informe 'Oportunidad tangible de la IA Generativa en España' e indicaba que, en los próximos diez años, sólo en el ámbito de la industria española, la IA tendrá un impacto de 20.000 millones de euros.
«El sector industrial realiza grandes inversiones en activos y tiene unos costes de operación enormes. Hablamos de que a través de la IA más convencional hemos avanzado mucho en realizar mantenimiento predictivo de nuestras instalaciones, mejores predicciones de la demanda de materia prima, optimización de inventarios, etc. Las herramientas que nos proporciona la IA son enormes palancas para ser más competitivos», destaca el presidente de IndesIA.
En una economía española que evoluciona a ritmo vertiginoso, si hay una certeza es que para las empresas, la inteligencia artificial representa una herramienta poderosa para aumentar la eficiencia, y mejorar la toma de decisiones, así como para ofrecer productos y servicios más personalizados.
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