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Trichet, sin remilgos ante el halcón alemán

Weber se presenta como el ansioso aspirante a un trono que aún tiene rey a doce meses vista

Trichet, sin remilgos ante el halcón alemán

ramiro villapadierna

El gobernador del Bundesbank acaba de dar a la vez un susto a los mercados, un disgusto al presidente del Banco Central Europeo y una zancadilla a sus propias aspiraciones de sustituir a Jean-Claude Trichet al frente de la moneda común. Éste no sólo lo ha contradicho en público sino que ha elogiado la postura en la crisis de Mario Draghi, el otro serio aspirante de la Banca d’Italia.

Este respetado experto en economía monetaria y hacienda se ha ido a Nueva York para manifestar que el programa de crisis, en concreto la compra de bonos de la deuda que está realizando el BCE, debe tocar a su fin ya. En su opinión no habría pruebas empíricas de que hubiera «contribuido a estabilizar los mercados de deuda» de la eurozona.

Así como los riesgos «asociados a este programa superan sus beneficios, estas compras de activos deberían acabarse para siempre», sostiene quien ya se mostró, por adelantado la pasada primavera, contrario a su implantación como recurso financiero ante la deriva en los diferenciales en los mercados de la deuda.

Pero una cosa es que el BCE haya gastado ya 63.500 millones en la compra de deuda pública de países problemáticos, en la periferia de la eurozona, y otra que sea el papel del gobernador del Bundesbank expresarse en estos términos en tan delicado asunto y, más, sin estar en concordancia con el propio presidente del instituto monetario europeo. El economista jefe del banco, Jürgen Stark, ha tenido que intervenir para afinar la disonancia: «Es normal que haya diferencias en el seno del consejo ejecutivo. Pero el BCE debe hablar luego en público con una sola voz».

El BCE ya ha gastado 63.500 millones en la compra de deuda pública

A nadie escapa que los mercados sí que han reaccionado puntualmente a la noticia de las compras de deuda por el BCE y, entre otras reacciones positivas apenas conocida la intención interventora, se recuerda que el Ibex protagonizó una de las mayores subidas de su historia. Asimismo el euro se ha recuperado hasta volver a los 1,4 dólares por unidad.

Cierto es que, pese a estas adquisiciones, las tensiones sobre los bonos soberanos de las haciendas más débiles de la eurozona —en concreto Grecia e Irlanda, pero sin ignorar a España, Italia y Bélgica— han devuelto los nervios a los inversores. Pero a todos parece que, en todo caso, Weber no se está haciendo un favor, en sus aspiraciones a la presidencia del BCE.

«¿Qué mueve realmente a Weber?» se cuestiona un análisis del económico «Handelsblatt», al observar cómo reiteradamente el gobernador del Bundesbank viene criticando la decisión del consejo ejecutivo del BCE de mantener la compra de bonos.

A Trichet le quedan 12 meses al frente del BCE y es previsible que no se deje quitar el timón

El rotativo cree que Weber debe plantearse si desea seguir enfrentándose al presidente de la institución. Pues si Weber es un buen luchador, a Jean-Claude Trichet le quedan sólo 12 meses al frente del BCE y es previsible que haga todo lo posible para no dejarse quitar el timón de la mano antes de tiempo y, menos aún, por un aspirante. Axel A. Weber es un reconocido economista y experto en hacienda, de 53 años, que preside el banco central alemán, el Bundesbank, desde el 30 de abril de 2004, en la resaca de un inapropiado escándalo de invitaciones recibidas por su predecesor. Nacido en el Palatinado Renano, ha sido profesor titular de Economía Internacional en la Universidad de Colonia y de Economía Monetaria en la de Fráncfort. Entre 2002 y 2004, formó parte del grupo conocido como los «Cinco sabios» o Consejo de Expertos en la Evaluación del Desarrollo Económico General, que asesora al gobierno y al presidente de modo independiente.

Diferencias irreconciliables

Desde hace meses, las diferencias de Weber con el conjunto de la institución se han hecho evidentes, a lo que se añade su sugerencia de una subida de tipos de interés: «Mantener una política de tipos acomodaticia durante demasiado tiempo podría desestabilizar las expectativas de inflación, que son difíciles de controlar. Por ahora, no obstante, la política monetaria permanece en su nivel apropiado».

El que puede ser nuevo gobernador del BCE no cree en los rescates financieros

Weber cree que, para subir los tipos, no haría falta que hubiesen concluído las medidas de apoyo excepcionales al sistema financiero. También el economista Stark le ha contradicho: «Considero apropiada la política monetaria», aun reconociendo unos tipos crecientemente «acomodaticios». Pero en línea similar Weber quería advertir a los bancos, afirmando que, en su opinión, habría más riesgos en retirar demasiado tarde las ayudas al sector financiero que en hacerlo demasiado pronto.

Por si hacía falta saber algo más de sus intenciones libertarias, si llega a presidir el BCE, el gobernador del banco central alemán afirma que no confia en los rescates bancarios y que «los accionistas y los gobiernos son los únicos responsables de resolver los problemas de financiación y de infracapitalización de las instituciones financieras individuales».

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