un declive que comenzó hace ocho años
Las tiendas de barrio se apagan: desaparecen 75.000 autónomos
El comercio familiar se desploma, en lo que ya anticipa una década perdida, ante la mirada impasible de la Administración
Impuestos, cotizaciones, energía, alquileres, hipotecas... la factura para los negocios acentúa una caída que empezó en 2016
La cuota de autónomos en 2024: entre rebajas de 10 euros al mes y subidas de 30 euros
Tiendas de proximidad en un barrio de Madrid
Pescaderías. panaderías, fruterías, carnicerías, peluquerías... El pequeño comercio ha perdido en los últimos ocho años casi 75.000 autónomos, en un declive que comenzó antes de que estallara la crisis financiera y que está borrando del mapa de las grandes ciudades los negocios familiares. Las ... tiendas de toda vida, las de proximidad, languidecen devoradas por los nuevos modelos de consumo y las grandes marcas y ante la mirada impasible de la Administración. El escenario se agudiza para los pequeños negocios por la presión de los costes y las menores ventas, una combinación explosiva que está acelerando el goteo de cierres. En el último ejercicio bajaron la persiana unos 37 comercios cada día y la Seguridad Social perdió casi 14.000 cotizantes.
A la escalada de costes que ha acompañado a la economía en los últimos años, se ha unido una proliferación de grandes centros comerciales en la periferia de las ciudades y el tsunami del comercio online, con la irrupción en el mercado de gigantes tecnológicos como Amazon. Un coctel explosivo que ha movido los cimientos del pequeño comercio, zarandeado sin miramientos por el zarpazo del cambio de los hábitos de consumo.
Y llegó la crisis de la inflación, que ha castigado a todos, pero a unos sectores más que a otros, como el comercio familiar. A factores como la digitalización, la falta de relevo generacional y la 'fiebre' de descuentos permanente, se han sumado una sucesión de elementos adversos, como el coste de la energía, la subida de impuestos y cotizaciones sociales, el encarecimiento de las hipotecas y la carrera alcista de los alquileres. La cancelación de los ventajosos contratos de arrendamiento de locales en las zonas céntricas de las ciudades en los últimos años es culpable del cerrojazo de miles de tiendas de toda la vida en toda España, como ha ocurrido en muchos de los barrios emblemáticos de Madrid.
Pero el germen de lo que lleva ocurriendo en los últimos ocho años se remonta a la década de los 90, en la que se desequilibró la balanza del comercio en España tras la proliferación de grandes superficies. De nada sirvieron las restricciones que se impusieron entonces: no se logró frenar el deterioro de los pequeños negocios en un momento en el que los supermercados ganaban cuota de mercado al mismo ritmo en el que la perdían los autónomos.
Los que lograron sobrevivir se enfrentan a una fase de declive que se agudizó con la pandemia y el despegue del comercio electrónico. Los confinamientos dirigieron a los consumidores hacia las compras por internet y descubrieron que, además de seguras, eran cómodas, a golpe de un clic. El Covid llevó aparejado un crecimiento de las ventas del comercio electrónico que rondó el 40%, lo que ha reducido drásticamente la porción del pastel a repartir. Este cambio en el patrón de consumo ha forzado a reconfigurar el modelo de distribución minorista y ha llevado al límite a miles de pequeños negocios, que siguen esperando el apoyo de las administraciones.
Este cóctel de malas noticias se ha llevado por delante en el último ejercicio a 13.342 trabajadores por cuenta propia, un colectivo generador de empleo y muy sensible a los vaivenes de la economía que, en muchos casos, no está viendo otra salida que bajar la persiana.
Lorenzo Amor, presidente de ATA, lamenta la caída de autónomos y explica que «desgraciadamente, el comercio es un sector que cohesiona y que da vida a las ciudades, que se ha visto afectado por factores como la despoblación y el comercio electrónico». Asegura que «el hecho de que aparezcan nuevas plataformas ha provocado que el comercio tradicional familiar esté viviendo horas bajas, sin olvidar la caída del consumo, que está afectando gravemente». Muchas de las esperanzas están puestas ahora en las rebajas que acaban de comenzar, en el frío, y en que los buenos precios animen las compras en un año que viene cargado de nuevos costes para las empresas.
Bases máximas, destopes, salario mínimo
Subidas de las bases máximas de cotización, destopes, alza del mecanismo de equidad (MEI) hasta el 0,7% y un nuevo incremento del salario mínimo, el indicador que afecta a alrededor de dos millones de trabajadores y a casi el 40% de las pymes que tienen empleados en España. Estas serán las más afectadas por el alza junto a los autónomos, lo que hace presagiar nubarrones a la principal asociación de autónomos. ATA cree que los autónomos notarán a partir de este año el impacto de la desaceleración económica, la pérdida de empleo y la subida de costes que ya han venido experimentando en 2023. «Será un ejercicio en el que las cifras quedarán por debajo de la actuales y se notará un freno en la economía española», explica Lorenzo Amor.
Y en este escenario, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha citado hoy a empresarios y sindicatos para intentar cerrar un acuerdo para subir el salario mínimo. Díaz aún no ha desvelado sus cartas, pero busca una reconciliación con el mundo empresarial, recomponer unas relaciones rotas con las empresas y lograr un entendimiento que no conseguiría si aborda una subida superior al 4%, el margen planteado por la CEOE. Ya en este escenario, las empresas tendrían que pagar una factura en cotizaciones que rondaría los 1.800 millones. Sólo los autónomos pagarían mil euros más a la Seguridad Social por cada trabajador sujeto a este rango salarial en el conjunto del año. Desde que gobierna Pedro Sánchez el salario mínimo ha crecido más del 40%.
De momento, el número de autónomos en su conjunto siguió una buena trayectoria y quedó en 3.344.368. El colectivo sumó 15.966 trabajadores, si bien sectores como industria, agricultura y el citado comercio siguen desangrándose. Y el escenario que acompaña al nuevo ejercicio no es el mejor para la buena actividad de las empresas.
Subida de cotizaciones
Para sufragar la espiral de gastos y la llegada de la generación del 'baby boom' el Gobierno ha decidido subir las cotizaciones a empresas y trabajadores. La combinación de los aumentos por partida doble de las bases máximas de cotización, el alza de la base mínima por la actualización del salario mínimo y el recargo del MEI supondrá un aumento de los costes a lo largo de este ejercicio de unos 7.000 millones. Montante que reforzara los ingresos para pagar una factura en pensiones que escalará por encima de los 200.000 millones de euros, una cifra histórica.
Los dardos impositivos podría causar más daño del esperado, ha avisado la patronal CEOE. «En España hay un clima de negocio cada vez más complicado», dice Antonio Garamendi.