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'Tester' de videojuegos, un empleo no tan idílico que ayuda al sector a subir de nivel

Probar nuevos lanzamientos es un sueño para algunos aficionados, pero en realidad es un trabajo que exige muchas horas, paciencia y atención al detalle

«En España cada videojuego que haces puede ser el último»

Además de nociones técnicas, se exige pasión, imaginación, memoria, saber trabajar en equipo... ABC

Alicia Aragón

Hace un par de meses, una oferta publicada en un conocido portal de empleo rebasó las mejores expectativas. El conocido locutor deportivo, Miguel Ángel Román, buscaba un crack de los videojuegos para echar unas partidas y llevarse, en un solo día, 1.000 euros y una Playstation 5. El aluvión de candidaturas no tardó en llegar, y no es para menos, puesto que España ya acumula 18,2 millones de jugadores que dedican una media de 7,42 horas semanales, según la Asociación Española de Videojuegos (AEVI). Nuestro país es el cuarto mercado europeo en este sector, cuya facturación alcanzó los 2.012 millones en 2022, arrojando un crecimiento anual del 12,09%.

Lo que a primera vista puede parecer el trabajo soñado es en realidad una salida profesional que implica un elevado desempeño. «Testear no es divertido, es trabajo», admite tajantemente Adrián Suárez, director del Máster Universitario en Diseño y Desarrollo de Videojuegos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), tratando de quitarle romanticismo a un empleo que conlleva «tener que recorrer hasta cien veces una misma zona de un videojuego, comprobando que el salto funciona bien en cada esquina de un nivel». Lo que para un aficionado es una vía de escape, para un profesional del sector es motivo de estrés. Aun así, los que se dedican a ello no se quejan, ya que han convertido su pasión en su modo de vida.

El testeo es esencial para la industria, y «la complejidad y el nivel de detalle que se requiere hace que el departamento de QA ('Quality Assurance') sea muy relevante», declara Belén Gómez, directora de Proyectos de Posgrados de Videojuegos en U-tad. Desde Ubisoft Barcelona, Isabel Codina, Lead Development Tester, y Anna García, Senior Development Tester, lo corroboran: «No solo es un área que ayuda a los equipos de desarrollo a comprobar que el sistema del juego funciona correctamente, también sirve para asegurarse de que el producto se adapta a las necesidades del usuario, ofreciéndole la mejor experiencia de juego posible». Estos equipos han ganado peso dentro de las compañías de videojuegos porque «los diseñadores acaban viciados de su propia idea y no son capaces de ver con claridad», subraya Suárez.

Sacar el juego de su entorno de desarrollo y ponerlo a prueba para encontrar errores es fundamental. Y el proceso no comienza cuando el juego está listo, sino que va paralelo a su creación. «Nuestra labor empieza incluso antes de que se implementen las funcionalidades, de forma que podamos aprobar el diseño y conocer completamente su implementación, para después poder validar los sistemas adecuadamente», reconocen Codina y García. Los famosos 'bugs' son el santo Grial de los 'testers', que juegan una y otra vez para darles caza, por eso «es importante que sean organizados y metódicos», revela Suárez, ya que «no vale con encontrar un 'bug', hay que reportarlo de forma clara y concisa y guiar al equipo de desarrollo para que pueda reproducirlo», indica Gómez, que define estos 'bugs' como una hidra, «cortas una cabeza y crecen otras siete».

De principio a fin

El catálogo de comprobaciones es tan amplio y ocupa tantas fases que el testeo se diversifica, aunque básicamente ocuparía el testeo funcional, el lingüístico o de localización y el 'beta testing'. Son muchas las partes que deben pasar por el ojo clínico del QA, que además de tratar de 'romper la build' o versión del juego llevando la partida al límite también se encarga de probarla en diferentes soportes. «Si se está trabajando en un juego para móvil, es posible que testeen el juego en un dispositivo de alta gama como el último iPhone. Pero no todo el público tendrá un iPhone. El equipo de QA será el responsable de testear el juego en la mayor cantidad de dispositivos posible, de diferentes marcas y sistemas operativos», comenta Gómez.

El tipo de juego también marca la pauta. En Ubisoft Barcelona trabajan actualmente con juegos 'live' y para un jugador, pero también hay juegos 'online' o videojuegos que se siguen actualizando tras su lanzamiento. En esta compañía el testeo parte de un 'static test', «donde nos aseguramos de que no haya incongruencias, ambigüedades, problemas de compatibilidad con otras funcionalidades o problemas de accesibilidad para el jugador». Después, el prototipo viable pasa a la fase del 'grey testing', donde «se prueba para confirmar que interactúa correctamente con el resto del contenido previamente desarrollado» y se realizan pruebas periódicas o 'sanity testing'.

Otro testeo es el de localización, que analiza las traducciones a otros idiomas y que resulta imprescindible. Gómez confiesa que «hace años, traduciendo un juego del inglés al español, mi equipo de localización se encontró con que las palabras en español no cabían en los botones que los desarrolladores habían creado». Por último, entran al juego los 'beta testers', que es cuando «el juego se da por finalizado, pero necesita datos de jugadores para terminar de pulir detalles, como por ejemplo la dificultad de algunos niveles o las estadísticas de enemigos», define Gómez. «Organizamos periódicamente sesiones de 'playtesting' a las que invitamos a compañeros que trabajan en otros proyectos a que prueben nuestro juego», afirman Codina y García, añadiendo que esta acción «nos aporta una visión fresca, más cercana a la del usuario final».

Para zambullirse de lleno en este sector como QA, no solo hace falta conocer el género, también «es clave tener nociones de diseño», señala Suárez. «Suelen ser perfiles que tienen varias cualidades en común, como un conocimiento alto del idioma inglés, una pasión y conocimiento general de los videojuegos, atención al detalle, capacidad de organización y análisis, imaginación y memoria, capacidad de trabajar en equipo y buenas habilidades de comunicación», enumeran las portavoces de Ubisoft Barcelona, que apuntan que aunque «existen certificaciones oficiales que permiten obtener conocimientos específicos sobre algunos campos de 'testing', no existen carreras ni asignaturas específicas relacionadas con el control de calidad en software o videojuegos».

El punto de partida de los que quieren dedicarse a ello suele ser estudiar diseño y desarrollo de videojuegos, siendo el 'testing' la primera parada. Para seleccionarlos, en Ubisoft Barcelona siguen un proceso muy riguroso que incluye entrevistas con distintos departamentos y pruebas técnicas para evaluar al candidato. «Una vez se establece la necesidad de abrir plazas, se establecen los requisitos y responsabilidades requeridos, y la oferta de trabajo se publica tanto en el portal de la empresa como en redes sociales», admiten Codina y García. La banda salarial actual está entre los 19.000 y los 25.000 euros según Glassdor, «pero el grueso de 'testers', al ser perfiles junior y con poca experiencia, se mueven en los 16.000 a 21.000», concreta Gómez.

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