La tasa de desempleo de larga duración se triplica en España en los últimos tres lustros

Una primera circunstancia ya aflora precisamente en el resumen general de las históricas cifras de ocupación que arrojó el servicio oficial de Estadística hace escasos días para el segundo trimestre del año. Con el empleo en máximos históricos, en más de 21 millones de ocupados, y con la caída de parados en este periodo más abrupta de los últimos cincuenta años, la tasa de paro en España resiste en el 11,6%. Aun siendo este el menor valor registrado desde 2008 (hay que remontarse hasta el tercer trimestre de ese año con un 11,2% para observar un registro más bajo) sigue estando 3,7 puntos porcentuales del mínimo histórico del 7,9% registrado en el segundo trimestre de 2007.

Y parte de esta resistencia a la reducción del desempleo de ese entorno de los tres millones (actualmente se contabilizan 2,7 millones de parados) es el peso específico que tienen en la bolsa de demandantes de empleo aquellos considerados como de larga duración, es decir, los que llevan más de un año en búsqueda de empleo. En este caso, dos cifras son especialmente significativas: la que alude al peso de este colectivo sobre el total de desempleados y su traducción en tasa de paro de este colectivo sobre el total de activos.

Ambas magnitudes arrojan una tendencia poco esperanzadora para el arduo objetivo marcado por al actual Gobierno en funciones para la próxima legislatura: alcanzar el pleno con una reducción del paro por debajo del 8%. Para empezar el peso de los parados de larga duración no es menor. Quienes llevan más de un año en búsqueda de empleo son el casi el 40% de todos los parados de nuestro país, lo que equivale a 1,115.200 personas.

Este volumen se desglosa entre los 355.300 desempleados que acumulan entre uno y dos años como demandante de empleo, que suponen el 12,9% del total, y los 759.900 que llevan más de dos años en esta situación y son el 27,5% del total.

Y más preocupante aún son aquellos que llevan hasta cuatro años o más tratando de reingresar al mercado de trabajo. Tal y como señala Asempleo en un reciente análisis sobre el desglose de los desempleados en función del plazo que llevan en búsqueda de empleo, un 10% de los parados acumula hasta cuatro años buscando trabajo. «Si la situación de una persona desempleada más de un año es complicada, si dicha situación se enquista en el tiempo, la situación de una persona desempleada que lleva más de cuatro años en esta situación y que activamente está buscando un empleo, es de extrema preocupación», señalan los expertos de la empresa especializada en trabajo temporal.

Al finalizar el año 2022, España presentaba 306.300 personas que llevaban más de cuatro años en el desempleo. «Estas personas se encuentran en una situación de expulsión del mercado laboral, posiblemente sin cobrar ningún tipo de prestación y con un mercado de trabajo cerca del desempleo estructural», apuntan.

Por otro lado, la tasa de paro de las personas que llevan más de un año buscando un empleo se sitúa en el 5,5%, muy alejada de valores 2007 (1,8%), concretamente el triple, y con un ligero repunte tal y como le sucede a la tasa de desempleo general. Hay que tener en cuenta que la tasa de paro de este colectivo está muy cerca de la media de tasa de paro general en Europa (6,1%). Es decir, el paro flotante que se registra en la media de los países del euro es similar al peso del paro enquistado en nuestro país.

Desde la empresa de trabajo temporal recuerdan otro de los aspectos que hace apalancarse a estos perfiles, la edad. Señalan que en la distribución se puede observar que, a mayor edad, más dificultades se tiene para encontrar un empleo. De hecho, casi la mitad del desempleo mayor de 50 años lleva más de un año en el desempleo. «Hay que entender que el riesgo de encontrarse en esta situación para una persona mayor 50 años es doblemente peligrosa, ya no solo por estar en una situación de desempleo con un mercado de trabajo en serias dificultades para incorporar a más gente, sino porque estas personas se encuentran en su última etapa de cotización para la jubilación, entre otros riesgos», explican los analistas de Asempleo.

De entrada, el 30,4% de los parados que se contabilizan en las listas del SEPE a cierre del segundo trimestre de 2023 tienen 50 años o más. Si bien este nivel se ha reducido en el último año desde el 31,4% registrado, si se compara con los momentos previos a la Gran Recesión este volumen se ha duplicado desde el 14,6% que se registraba en el último cuarto de 2007.

Y si observamos el comportamiento en esta cohorte de edad entre los parados de larga duración se observa cómo son uno de los protagonistas principales. España contaba a cierre del segundo trimestre con 475.600 parados mayores de 50 años que llevan más de un año en búsqueda de trabajo. La cifra, no obstante, es cuatro veces mayor a la registrada hace tres lustros, cuando este grupo sumaba 115.400 desempleados.

Del mismo modo, si observamos el peso de esta cohorte entre los parados considerados de larga duración los mayores de 50 años suponen el 42% del total. «Un porcentaje elevado respecto a otros colectivos que indica que, a pesar de que cuentan con amplia experiencia laboral, encuentran serias dificultades en el acceso a nuevas oportunidades de empleo», indican desde Savia, el proyecto de Fundación Endesa para impulsar la empleabilidad de los mayores de 50 años en España.