RAFAEL GÓMEZ-elvira, PRESIDENTE DE EU NEMO COMMITTEE
«La tarifa regulada de la luz debería ser sólo para los clientes vulnerables de verdad»
Los mercados europeos de electricidad mueven cada día 10.000 millones de euros a través de más de medio millón de transacciones en tiempo real
La reforma de la tarifa regulada de la luz no garantiza que bajen los precios
![Rafael Gómez-Elvira en un despacho de OMIE, el mercado español](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/06/30/rafagomez-R2lDlnzGJAxMDDpRw6qvjtN-1200x840@abc.jpg)
A Rafael Gómez-Elvira le ha tocado vivir en primera persona, como presidente del EU NEMO (Nominating Electricity Market Operators) Committee, la plataforma que reúne a los 18 mercados nacionales mayoristas de electricidad, la grave crisis energética provocada, primero, por la pandemia del Covid y, ... después, por la invasión de Ucrania. Esos mercados mueven cada día 10.000 millones de euros a través de más de medio millón de transacciones en tiempo real en toda Europa, en el que se negocian 1.700 teravatios (TW), el 63% de la demanda.
-Ahora se está debatiendo la reforma del mercado eléctrico europeo. ¿Qué le parece la propuesta de la Comisión Europea?
-La valoración que tenemos es muy positiva porque partimos de un 2022 muy duro en el que se cuestionó el mercado de corto plazo y la propuesta de la Comisión Europea no solo ha respetado este modelo, sino que literalmente dice que hay que potenciarlos. Entonces, el punto de partida de los NEMO es muy positivo, aunque con algunas cosas.
-Con el fuerte incremento de los precios desde el verano de 2021, muchas voces criticaron el modelo de mercado marginalista, en el que la última tecnología, la más cara, determina el precio de la electricidad.
-No estoy de acuerdo. La electricidad es un producto como otro cualquiera, con la sensibilidad de que no se puede prescindir de ella. Pero es un producto y la arquitectura y la gobernanza que rige y que regula la electricidad en Europa es como la de un producto en libre mercado. Lo digo porque la sociedad tiene que entender que en el corto plazo el debate de marginalismo sí, marginalismo no, está totalmente obsoleto porque en el corto plazo no existe un sistema más eficiente de asignar los recursos que no solo son nacionales sino también transfronterizos. Teóricamente nadie en el mundo académico discute ya el marginalismo en el corto plazo. Eso no quiere decir que el consumidor final tenga que sentir ese precio. Eso ya depende del esquema de precio final regulado que hay en cada estado miembro. En la UE hay muchos esquemas de precios regulado fijados administrativamente. En este país, y no precisamente el gobierno actual, aprobó un precio regulado o pvpc para el consumidor final que estaba indexado al mercado mayorista. Es decir, lo que salía del mercado mayorista se mete en vena de las familias y de los ciudadanos. Cuando las cosas están bien, fenomenal; pero cuando las cosas se ponen serias….
-En su opinión, ¿debería desaparecer la tarifa regulada que tienen nueve millones de consumidores?
-De manera natural, la tarifa regulada debería quedarse para los que son consumidores vulnerables de verdad. Como en otro tipo de servicios, la electricidad tiene que tener bajo un paraguas social un precio regulado para esas familias. Pero en circunstancias normales no sé por qué debemos de tener un precio administrativo para millones de consumidores.
-La propuesta del ponente del Parlamento Europeo, el sanitario socialista Nicolás González, no les ha gustado.
-Nos parece bastante bien lo que González Casares está consensuando. Quizás hay apartados que a nosotros nos tocan menos y que causan más irritación, como lo de extraer rentas de las inframarginales ('beneficios caídos del cielo'). Esos mecanismos, en circunstancias normales y como gestores de mercado, no nos gustan. ¿Qué se busca, diseñar el mercado o extraer rentas de una compañía? Para esto hay una política fiscal, pero esto no es el diseño del mercado. Además, el Parlamento Europeo, con González Casares a la cabeza, lo que está intentando es, por si vuelven a venir mal dadas, tener un esquema en el reglamento que ampare todo esto y dé un poquito más de transparencia. A mí esa filosofía me parece bien. Lo que debe de quedar claro es que todas estas intervenciones en los mercados tienen que quedar sólo para casos de crisis como los que hemos vivido. Y ahí es donde parece que está la batalla política porque algunos, con determinadas sospechas, dicen: bueno, a ver si los gobiernos se van a quedar con un arma, con un botón para apretarlo cuando les dé la gana y extraer rentas a las energéticas.
-Tampoco les gustó las propuestas de España y de Francia.
-Según la Agencia para la Cooperación de Reguladores de la Energía (ACER) el año pasado se implementaron más de 420 medidas de emergencia en el sector energético. La tensión política en todos los estados miembros fue exorbitante. Pero una cosa es intervenir los mercados cuando la macro se cae y otra es plantear una reforma del mercado más estructural que lleve al objetivo -que no es bajar los precios- de descarbonizar la economía. Es otro tema. Si se quiere ser muy ambicioso en el ritmo de descarbonización, los precios van a subir. Creo que las propuestas de España y Portugal y de otros estados miembros estaban influenciadas por el escenario de crisis y de las medidas de emergencia, pero que no servían al objetivo de reformar un mercado hacia una descarbonización de la economía, porque esas medidas de emergencia pueden valer para un tiempo, pero el apetito inversor a largo plazo de inversores que no necesariamente tienen que ser energéticos, lo espantas.
-¿La reforma del mercado era necesaria, se ha visto acelerada por la guerra?
-Lo segundo. Mire el ejemplo es la pandemia. Había un proceso de digitalización de todas las empresas, pero la pandemia lo aceleró. Pues la revisión del mercado, digamos, claro que iba a llegar. Pero este estrés de precios lo ha acelerado. Es curioso porque la reforma del mercado todos preveíamos que se iba a dar porque los precios del mercado mayorista se iban a desplomar y, sin embargo, la reforma se ha desencadenado por un 'shock' de la oferta que ha hecho volar los precios. Pero no olvidemos que la electricidad es un producto final para el consumidor que tiene que desbancar a otras energías más contaminantes. Por lo tanto, el resultado nos tiene que llevar a una energía eléctrica más competitiva que otras porque, si no, no electrificamos. ¿La descarbonización es igual a electrificación? No, hay más cosas, pero sin electrificación no hay descarbonización. No olvidemos que la expectativa es que los precios vayan disminuyendo y, por lo tanto, no podemos fomentar segmentos de mercado que van a desacelerar esa bajada.
-¿Qué piensa de medidas como la excepción ibérica?
-A los NEMO europeos no nos gustan las intervenciones. El sector eléctrico es estratégico y en circunstancias de guerra es legítimo que un estado miembro intervenga; pero la intervención debía de ser europea y, sobre todo, centrada al final en los consumidores vulnerables porque si se hace una intervención en lo que es el sistema central del mercado mayorista lo que se provoca es un cáncer en el sistema europeo que provoca una metástasis donde menos se esperas. Es decir, un sistema de intervención europeo, enfocado a esas personas, a esas familias, a esas empresas que iban a entrar en 'default' por la guerra y evitar esa generación de metástasis. Pero no hubo acuerdo político en Europa y cada estado tiró por donde pudo. Hubo más de 430 medidas de emergencia y la excepción ibérica fue una de ellas.
-Una medida de la que se han aprovechado los países vecinos importando electricidad más barata.
-Todas las intervenciones de los mercados generan al final distorsiones. Además, salen donde menos te lo esperas. Ningún estado dejó de adoptar medidas de emergencia y a nosotros nos gustaron más las medidas que en vez de intervenir el mercado mayorista iban al final, a rescatar a esos consumidores residenciales, pequeñas y medianas empresas e industrias que se metían en situaciones muy complicadas.
-¿Cuál es su previsión a corto y medio plazo sobre los precios de la electricidad?
-No me atrevo. Quién iba a imaginar en 2019 que los precios se desplomarían o que en marzo de 2020 iban a encerrarnos en casa y, por lo tanto, la demanda eléctrica se fue por los suelos. Quién se iba a imaginar en 2020 que en 2021, a partir de julio, los precios se iban a ir por las nubes por el rebote de la economía porque ya se veía venir lo de Rusia; quién se iba a imaginar precios horarios en la Península Ibérica a 700 euros, en Alemania a casi 870, en Francia a casi 3.000. Está bien que nos vayamos preparando para las crisis, pero la naturaleza de las crisis es que no las podemos adivinar. Cuando se reforma el reglamento alguien piensa que dentro de unos años vamos a vivir una crisis igual. Por definición no va a ser una crisis, ya que tiene por naturaleza un efecto sorpresa, un efecto imprevisto que es lo que le da ese nombre de crisis. Por lo tanto, no sé cómo van a evolucionar los precios, pero si la expectativa y para lo que todos los NEMO europeos trabajamos es para que ese producto final que llega a las casas, a las industrias, a los vehículos eléctricos, sea competitivo respecto a otras energías finales y nos ayude a descarbonizar. Por lo tanto, la ilusión y la motivación con la que trabajo y defendemos las posturas es que la electricidad sea competitiva.
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