El robo de paneles solares, nuevo calvario para las renovables
La contestación social contra las renovables y los problemas en el desarrollo de autoconsumo se añaden a los actos delictivos
Los delitos se cometen para revender los materiales de las infraestructuras
Paneles solares
El futuro eléctrico de España pasa por las renovables. Eso es incuestionable. La energía solar fotovoltaica y la eólica están en pleno proceso de expansión. Su presencia gana peso cada año que pasa. Sin embargo, el camino no está siendo sencillo. Desde hace años ... se ha activado una fuerte contestación social contra su instalación. Algo, además, que pone de acuerdo a los diversos partidos políticos. Otro traspiés ha llegado con el 'boom' del autoconsumo solar, que se ha frenado de manera palpable. Una situación que se ha dejado notar en las empresas. Y ahora, desde hace un tiempo, el robo de paneles solares y los consiguientes actos vandálicos han entrado en escena. Un problema para los promotores que va más allá de lo económico.
Durante 2023 trascendieron algunos casos notables, y con metodologías distintas. En Ciguñela (Valladolid), la Guardia Civil detuvo a diversas personas por presunta pertenencia a una organización criminal especializada en la sustracción de paneles solares de instalaciones fotovoltaicas. Una operación que estuvo relacionada con otras detenciones llevadas a cabo en Cádiz por el robo de cableado de tres parques renovables.
A finales de año, en Lérida, hubo otro gran robo. En este caso fue antes de que la infraestructura estuviera desarrollada. Esto pone de manifiesto que se trata de materiales muy apreciados para la reventa en el mercado negro y eso, precisamente, es lo que provoca que estos problemas sigan latentes.
Este verano se han producido robos en diferentes parques renovables. Ha habido detenciones en Gran Canaria, Toro (Zamora) y Sevilla. Todos guardan el mismo patrón: se buscan materiales concretos como el cobre, u otras piezas de alto valor con el objetivo de venderlos. En algunas situaciones también se sustraen los propios paneles aunque, paradójicamente, a veces es lo que menos puede interesar a los ladrones.
Desde la patronal sectorial UNEF, que vela por los intereses de las compañías del segmento fotovoltaico, aseguran a ABC que se trata de una situación ya pasada. Explican que fueron acciones puntuales. Sin embargo, durante este año sí se han cometido algunos robos. En este sentido, fuentes de la Guardia Civil recuerdan a este medio que no todas las investigaciones se hacen públicas, y que muchas de ellas quedan solo registradas en los informes que publica el Ministerio de Interior cada cierto tiempo.
En este contexto han surgido empresas de seguridad que buscan su hueco ante una problemática que no se va a detener. Una de estas compañías es BauWatch España. Aseguran que «la seguridad de los proyectos es un factor clave que está cobrando protagonismo en las evaluaciones de riesgos de los proyectos energéticos. Los robos de placas solares, cables, combustible y otros materiales de acopio, hace necesario implementar soluciones innovadoras y eficaces que garanticen su seguridad y la rapidez de respuesta en caso de interrupciones o alarmas para minimizar los riesgos y pérdidas».
Otro factor clave que recuerdan es que los cortes y costes imprevistos durante la fase de construcción, operación y mantenimiento, representan riesgos financieros que impactan en la rentabilidad del proyecto a lo largo de su vida útil.
Crece la contestación
El problema con los robos de paneles solares tiene un reflejo inmediato y un impacto muy llamativo, sobre todo, cuando la Guardia Civil distribuye fotos de las operaciones. Pero hay otra cuestión que poco a poco va ganando peso en el zurrón de las cosas a resolver: la contestación social.
Películas como 'As bestas' y 'Alcarrás', que tuvieron gran impacto hace un par de años, fueron el impulso definitivo para que las personas se plantasen contra los nuevos desarrollos renovables. Ahora hay un reguero continuo de quejas en cualquier punto de España. Algo, además, que ha encontrado un aliado inesperado en la política regional. Y es que, partidos de cualquier color, se han lanzado tras las pancartas para protestar contra las renovables.
Instalación de autoconsumo
En lo que va de año, la transversalidad de estas quejas son una constante. Hacia la energía fotovoltaica y la eólica, da lo mismo. El denominador común entre los ciudadanos es que estos proyectos no aportan tanto como se quiere hacer creer.
Así, ha habido movimientos en Zaragoza, Torrevieja (Alicante), Antequera (Málaga) y Álava. Son una pequeña representación de una idea común en contra de las renovables. En la capital maña, por ejemplo, la defensa es contra el paisaje. Por su parte, en País Vasco, se trata de mantener viva la ganadería y la agricultura. Mientras que en tierras levantinas es por motivos de contaminación. Cada región alza su bandera, aunque otras reivindicaciones son homogéneas. El resultado final es un rechazo, a veces irracional, contra estos proyectos.
El otro gran problema sectorial, relacionado con el parón de autoconsumo que se dio en 2023, al menos parece haber dado la vuelta. Según los datos registrados por UNEF, en el segundo trimestre de 2024 se ha producido un repunte del ritmo de instalación de autoconsumo en España, instalándose 413 megavatios (MW) de nueva potencia, un 41% más que en el primer trimestre del año. El sector industrial lidera la recuperación instalándose un 47% más respecto al primer trimestre de 2024, con 221 MW de nuevas instalaciones. A este le sigue, el sector residencial que muestra un aumento del 31% en el ritmo de instalación con respecto al trimestre anterior, con 107 MW de nuevos autoconsumos instalados durante este segundo trimestre.