Repsol ganó 3.168 millones de euros, un 25,5% menos, por la caída de los precios del crudo y el gas en 2023
Este año aumentará el dividendo en efectivo hasta 0,9 euros por acción y subirá un 3% anual hasta 2027
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![Josu Jon Imaz, consejero delegado ejecutivo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/02/22/josu-RPqHOAlR5NjG1NFfOLGV3rO-1200x840@diario_abc.jpg)
Repsol obtuvo un resultado neto de 3.168 millones de euros en 2023, lo que representa una caída del 25,5% con respecto a los 4.251 millones de euros ganados en el ejercicio anterior, informó la compañía. El descenso responde sobre todo a la caída de la cotización del petróleo y del gas respecto los altísimos niveles que registraron en 2022. Las inversiones alcanzaron una cifra histórica de 6.167 millones de euros.
El beneficio neto ajustado del grupo, que mide específicamente el desempeño de los negocios, ascendió a 5.011 millones de euros, con un descenso del 26% con respecto a los 6.774 millones de euros de 2022.
El flujo de caja de las operaciones durante el año 2023 del grupo ascendió a 7.064 millones de euros, 1.859 millones de euros inferior respecto al de 2022.
En lo que respecta a la deuda neta de Repsol, al cierre del año se situó en 2.096 millones de euros, 160 millones de euros inferior a la del cierre de 2022. El ratio de apalancamiento de la compañía a finales de 2023 se situó en 6,7%, frente al 8,0% al cierre de 2022.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, señaló que 2023 fue «un año extraordinario», en el que el grupo alcanzó esos 7.064 millones de euros de flujo de caja de las operaciones, «la segunda mayor cifra en nuestra historia en medio de un entorno incierto y volátil».
«Esto es una clara evidencia de nuestro portafolio integrado de alta calidad, una gestión disciplinada y una estrategia de futuro. Hemos finalizado 2023 con una sólida posición financiera, logrando un progreso significativo en nuestros objetivos estratégicos y preparados para avanzar en nuestra estrategia para ser una compañía con emisiones netas cero en 2050», dijo.
Repsol destinará entre el 25% y el 35% del flujo de caja de las operaciones a retribuir a sus accionistas, incluyendo dividendos y recompra de acciones. En consecuencia, la compañía podría llegar a distribuir hasta un máximo de 10.000 millones de euros entre sus más de 520.000 accionistas, en gran parte pequeños ahorradores que viven en España: distribuirá 4.600 millones de euros en dividendo en efectivo, cifra que podrá completar con hasta 5.400 millones en recompras de acciones, para alcanzar el rango del 25%-35% comprometido.
Para 2024, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones de euros. Para los siguientes tres años, el compromiso es incrementar un 3% anual esta cantidad total, hasta 1.197 millones de euros en 2027.
Además, el consejo de administración aprobó ayer un programa de recompra de 35 millones de acciones, con la intención de amortizar 40 millones de acciones antes de que finalice julio de 2024.
Inversiones 2024-2027
Por otra parte, Repsol contempla unas inversiones netas de entre 16.000 y 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años −que se suman a la fuerte inversión realizada especialmente en los dos últimos años−, que se modularán «en función del escenario macroeconómico, la evolución de la tecnología y de la regulación, la madurez de los proyectos y el avance en la rotación de activos y las desinversiones previstas».
La Península ibérica concentrará el 60% del total y Estados Unidos, el 25%. Por su parte, las iniciativas bajas en carbono representarán más del 35% de las inversiones totales. Para 2024, la inversión neta prevista se sitúa alrededor de los 5.000 millones de euros.
Repsol prevé inversiones industriales netas de entre 5.500 millones y 6.800 millones de euros entre 2024 y 2027 para mantener a la vanguardia estas instalaciones −seis de ellas ubicadas en la Península Ibérica y punteras en Europa− y desarrollar productos de bajas emisiones, como los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y el biometano. Estas iniciativas requerirán de inversiones netas en un rango de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, condicionadas a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España. Adicionalmente, 500 millones de euros se invertirán en descarbonizar activos convencionales, alcanzando una reducción de emisiones de 1,6 millones de toneladas de CO2 al final del periodo.
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