Repsol y Cepsa aguardan la decisión sobre el impuestazo con el negocio del hidrógeno en mínimos
Financial Times publica un duro artículo donde cuestiona el futuro de esta tecnología
Ambas compañías han amenazado con reducir la inversión en H2, aunque se trata de un negocio que no despega
Repsol y Cepsa viven un momento de incertidumbre. Ambas petroleras, en su pugna con el Gobierno para que éste retire el impuesto a las energéticas de forma permanente, han puesto en cuarentena sus inversiones en materia de hidrógeno renovable. Las dos ... compañías energéticas mantienen que se llevarán fuera de España los planes de desarrollo en esta tecnología si finalmente este gravamen se prolonga de manera indefinida.
Ahora todo depende de las enmiendas a la ley que modificará este tributo, aunque por el momento no cuenta con apoyos. Sin embargo, Repsol y Cepsa deben lidiar con otro problema añadido, y que en las últimas horas ha provocado cierta controversia en el sector: las compañías luchan contra el impuestazo o el hidrógeno se ha convertido en una inversión de riesgo.
Para ahondar en este debate, el diario Financial Times publicó ayer un extenso artículo donde pone en duda las perspectivas de esta tecnología, tanto en Europa como EE.UU.
Según consta en el texto, las acciones de las compañías relacionadas con el hidrógenos se han desplomado en los mercados bursátiles a ambos lados del Atlántico. Retrasos en los proyectos, incertidumbres regulatorias, una menor demanda de los esperado y un fuerte escepticismo de los inversores están lastrando su desarrollo.
Empresas especializadas en este negocio como Plug Power, Ballard Power Systems y Green Hydrogen Systems han caído este año hasta mínimos históricos. Y el índice S&P Kensho Global Hydrogen Economy, que rastrea a las empresas a lo largo de la cadena de valor del hidrógeno renovable, ha vuelto a niveles similares a los de mediados de 2020, que fue cuando empezó el auge de esta tecnología, y cuando muchas empresas empezaron a hacer rodar una bola de nieve que ahora, parece, empieza a deshacerse.
En esa rueda, precisamente, entraron a pleno pulmón tanto Repsol como Cepsa que anunciaron importantes planes de inversión en materia de hidrógeno. Aunque realmente muchos de estos planes se enfocaban para consumo propio con el objetivo de descarbonizar sus procesos industriales.
De hecho, el propio artículo de Financial Times señala precisamente que este tipo de usos del H2 era, en principio, la clave de todo. Muy pocas energéticas, al menos en estos momentos, se han aventurado a ver el hidrógeno como un sustituto del gas natural. Pero ahora también se empieza a cuestionar otra tipología de uso.
Y las malas noticias para el hidrógeno no cesan. Hace pocas semanas, la consultora McKinsey recortó en un 70% su previsión de H2 verde para 2030 en Estados Unidos, pronosticando que el país no alcanzaría su objetivo de producción de 10 millones de toneladas de hidrógeno limpio establecido por la administración Biden. Pero no ha sido el único toque de atención este año. El Tribunal de Cuentas Europeo ya advirtió de que el objetivo de producción era poco realista.
Repsol y Cepsa deberán decidir
El artículo de Financial Times se hace eco de la situación de Repsol en España como uno de los ejemplos de compañía que ha decidido parar inversiones en hidrógeno. Aunque en el texto se asume que es por las cuestiones impositivas, en palabras del director de combustibles renovables de la petrolera, Tomás Malango, se asegura que pocos proyectos en Europa habían llegado a una decisión final de inversión porque había poca flexibilidad en las normas de la Unión Europea, y que por tanto los riesgos sen mayores.
Pese a todo, FT asegura que por el momento la cancelación de proyectos no es muy grande. Una situación que mantiene viva la esperanza que muchos han puesto sobre el H2 en los últimos años.
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