Repsol busca negocio con la venta de combustible renovable a las aerolíneas
En 2025, los aviones deberán volar con una mezcla del 2% de SAF por orden de Bruselas
La imposibilidad de electrificar los aviones a corto plazo hace necesaria la utilización de combustible renovable
Los aviones eléctricos, por el momento, parecen una quimera para uso comercial. Sin embargo, la aviación debe elevar sus niveles de descarbonización como todos los sectores. La hoja de ruta verde manda, y las normas europeas al respecto, también. Ante este escenario, las principales compañías ... energéticas dedicadas a la venta de combustible quieren ofrecerse como alternativas viables a corto plazo con sus variantes sostenibles. En España, esa pugna la protagonizan Repsol y Cepsa, que en los últimos años han activado su maquinaria para anticipar las necesidades de las aerolíneas, así como empresas que contratan servicios de transporte aéreo.
La petrolera dirigida por Josu Jon Imaz ha anunciado a lo largo del verano importantes acuerdos directos para comercialización de combustible renovable (SAF) —su utilización conlleva una reducción de emisiones superior al 80% en comparación al queroseno de origen mineral—. Son conscientes de las exigencias de Bruselas y la necesidad de las compañías aéreas.
En concreto, la Unión Europea fijó unos objetivos ambiciosos para reducir las emisiones netas con vistas a convertirse en el primer continente neutro en carbono de aquí a 2050. La primera Ley Europea del Clima y el paquete de medidas 'Objetivo 55' recogen metas y calendarios, y marcan como primer objetivo la reducción de las emisiones en un 55% en 2030 respecto a los niveles de 1990. Para ello, a partir de 2025 será obligatorio que los aviones utilicen, al menos, un 2% de SAF en su carga de combustible mezclado con el carburante tradicional. Cifra que se eleva al 6% en 2030, a un 20% en 2035, y las exigencias llegan al 70% en 2050.
El negocio del SAF, pese a la enorme importancia que tendrá en las próximas décadas, por el momento es incipiente debido a diversos factores que se entrelazan: la baja demanda, el escaso producto y los altos precios. Aunque, por eso mismo, Repsol quiere anticiparse a estas cuestiones.
Diversos acuerdos
En las últimas semanas ha anunciado importantes acuerdos. En julio, junto a Iberia, firmó un acuerdo con Inditex para la compra de combustible sostenible Y es que el SAF representa el 5% del combustible que Iberia emplea para transportar la mercancía de Inditex en sus vuelos. De esta forma, Iberia ha realizado una primera adquisición de SAF para la carga de Inditex, que Repsol suministrará directamente en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Apenas unos días después, International Airlines Group (IAG) alcanzó un acuerdo con Repsol para la compra y el suministro durante los próximos seis meses de más de 28.000 toneladas de SAF, que será empleado en los aviones de las aerolíneas de IAG que vuelen desde los aeropuertos españoles, incluyendo Aer Lingus, British Airways, Iberia, Iberia Express y Vueling.
Y ya entrado el mes de agosto, Repsol y Volotea alcanzaron un acuerdo para el suministro de SAF en vuelos operados por la aerolínea desde aeropuertos en España. La energética contempla proveer a Volotea con hasta 6,1 millones de litros de este combustible entre 2025 y 2029.
Precisamente con esta aerolínea, Cepsa alcanzó un acuerdo el año pasado para acelerar la descarbonización. Ambas compañías querían priorizar el desarrollo de estos combustibles sostenibles como herramienta para seguir reduciendo la huella de carbono. Además, la petrolera comenzó hace unos meses a comercializar SAF en el aeropuerto de Málaga, el cuarto de España con mayor tráfico de pasajeros con alrededor de 20 millones a finales de 2023. Cepsa, en estos momentos, ofrece este biocombustible en los aeropuertos españoles de Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Sevilla.
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