¿Cómo y cuándo se puede rescatar un plan de pensiones?

Lejos de esto la realidad es bien distinta. Los partícipes de planes de pensiones o EPSV (planes de pensiones promovidos por entidades sin ánimo de lucro en el País Vasco) tendrán que tener en cuenta varios aspectos a la hora de rescatar sus ahorros como complemento para la jubilación.

La normativa en este punto es rígida. El plan de pensiones es un producto financiero que se concibió para ser desarrollado en un largo o medio plazo, de modo que sirviera para acumular un ahorro suficiente a lo largo de los años que sirviese como pensión o complemento de pensión en el momento de la jubilación.

Los casos en los que se puede rescatar un plan de pensiones son: por jubilación, en supuestos de dependencia severa o gran dependencia, por una situación de desempleo de larga duración, por enfermedad grave, si se ha visto el beneficiario involucrado en un ERE (Expediente de Regulación de Empleo), por fallecimiento del titular, por invalide o si han transcurrido 10 años desde la primera aportación (a partir de 2025 se podrán rescatar las participaciones correspondientes a aportaciones de más de 10 años de antigüedad).

En cualquier caso, al margen de la forma de cobro del plan que se elija, el titular o beneficiario que desee rescatar el dinero acumulado en el plan, deberá presentar ante la entidad financiera o aseguradora la documentación necesaria para acreditar las situaciones o supuestos en los que se puede solicitar el dinero de vuelta. Por ejemplo, el jubilado que quiera rescatar el dinero del plan de pensiones deberá presentar ante la entidad un justificante, con fecha de del INSS o del Ministerio de Economía y Hacienda u Organismo competente.

Ahora bien, en cualquiera de los supuestos en los que se está habilitado para pedir la devolución de los ahorros del plan de pensiones, el beneficiario deberá tomar la que quizá sea la decisión más importante: el modo en el que se cobrará el dinero. Y es fundamental porque la decisión influirá en la tributación que se aplique sobre el dinero recibido.

Rescate en forma de capital. Esto es recibir de golpe todo el dinero ahorrado en el plan de pensiones. Sin embargo, dado el esquema tributario de los planes de pensiones en España (exenta la apertura, exentas las aportaciones -hasta un límite anual- y tributación al rescate), es la forma de cobro menos aconsejable. El plan de pensiones tributa por el tipo marginal de rentas del trabajo. Es decir, de cara a la Agencia Tributaria, recibir todo ese dinero de golpe supondría ser gravado como una remuneración por lo que se aplicaría la retención proporcional a un salario de la cuantía ahorrada.

Recate en forma de renta vitalicia. Este modo de rescate requiere una planificación pues implica un prorrateo del dinero del plan, a cobrar mes a mes durante 'x' años. Aquí, el esquema tributario sigue siendo el mismo, pero al ingresar menos cantidad por estar divida en diferentes meses, el aumento de renta (del trabajo -que es como la Agencia Tributaria observa el dinero del plan de pensiones-) sería menor y supondría una menor retención en IPRF de esta cuantía.

En forma mixta. Se trataría de una combinación de ambas: cobrar una parte de golpe, en forma de capital, y prorratear el resto en cobros mensuales (forma de renta). Cabe recordar en este punto que el cobro en forma de renta vitalicia si permite flexibilizar la disposición del dinero. Se permite paralizar el cobro de la renta y reactivarla más en adelante, modificar el importe, pedir un pago adicional y seguir cobrando la renta o rescatar todo el resto en forma de capital

Como se ha mencionado, el esquema de tributación del plan en España, supone un simple diferimiento. Es decir, lo que se deduce ahora en el IRPF quien aporte dinero al plan, lo pagará a la hora del rescate. Los importes rescatados tributarán de este modo como rendimiento del trabajo en la declaración de la renta, o en la declaración de la renta de los beneficiarios del plan en caso de fallecimiento del partícipe.

Como último aspecto a tener en cuenta, la única ventaja nítida del esquema tributario de los planes de pensiones está en la exención fiscal que se obtiene por aportar dinero al instrumento de ahorro. Durante los años en los que se realicen contribuciones al fondo, los primeros 1.500 euros anuales estarán exentos de tributar por IRPF en la declaración de la renta.

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No obstante, el actual Ejecutivo ha llevado a cabo dos recortes de esta cuantía. En 2021 se redujo de 8.500 euros a 2.000 euros el máximo deducible por aportación al plan de pensiones y hasta 1.500 euros en este año. El resultado: un desplome de las aportaciones de más del 40% en solo dos ejercicios tras la pérdida de atractivo fiscal de estos instrumentos de ahorro. Por contra, el Gobierno ha desplazado estos incentivos fiscales al segundo pilar de ahorro complementario para la jubilación, los planes de pensiones de empleo, en los cuales es posible desgravar hasta 8.500 euros anuales de la declaración de la renta por contribuciones al plan.