Asignatura pendiente
La patente falta de transferencia tecnológica
El escaso desarrollo de estos instrumentos es un síntoma de las dificultades que nuestro país aún acumula para trasvasar la investigación innovadora al mercado

Un derecho exclusivo que permite la explotación, en general, durante 20 años, con la cobertura legal para impedir que otros la usen sin su consentimiento. Las patentes son un ejemplo de transferencia tecnológica a la sociedad, de aplicación industrial y empresarial… en las que España debe mejorar. Tamaño aparte, la media de 2.000 en nuestro país contrasta con países como China, que ya superó, en 2015, el millón de patentes solicitadas.
Esta semana, La Nave, en Madrid, acogió la primera edición de P4I Patents for Innovation (P4i), donde se han celebrado más de 150 reuniones y han participado ponentes de 120 empresas. En su clausura, la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha señalado cómo, al menos, «algo está cambiando en España, es la primera vez que el país celebra una feria de patentes, un instrumento básico para la innovación y el futuro de todos. Desde el Gobierno somos conscientes de ello y con este nuevo Ministerio apoyamos el nuevo paradigma de estado emprendedor para apostar e innovar con las empresas». Morant también subrayó (además de anunciar la creación de un portal web específico) cómo 2021 ha supuesto un récord de patentes en nuestro país, por encima de la media de la UE.
Todo un desafío de presente y futuro, en un país que sí se caracteriza por su singularidad en el abrumador porcentaje de las patentes de índole público frente a las privadas. En este contexto, Patricia Ramos, subdirectora y especialista en patentes de la consultora PONS IP, señala cómo «se solicitan en el mundo más de tres millones de patentes al año, de todo tipo de tecnologías. España está lejos de aparecer en las estadísticas como principal solicitante de patentes. No hay que irse a EE.UU., China o Corea del Sur: solo en Europa, España no está entre las 10 primeras solicitantes, y es 30 veces menos activa en este sentido que Alemania. Si España es hoy la 4ª economía de la UE y la 14ª de todo el mundo, esta situación debe cambiar». Además, España no forma parte, de momento, de la patente unitaria europea (un trámite único), prevista para principios de 2023, al no incluirse el castellano en el régimen lingüístico (inglés, francés y alemán).
La especialista también destaca cómo los indicadores de propiedad industrial ya son medidas de la innovación en un país, «por lo que tenemos que dejar de procrastinar e incrementar la capacidad y competitividad de nuestras empresas, crecer en inversión en I+D y en generación de innovación». Y apela a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia: «Debe contar con una estrategia de protección adecuada para que los derechos se queden en España, generen beneficios y produzcan un incremento de transferencia de conocimiento entre lo público y lo privado. Y hay que potenciar la generación de patentes de calidad desde las empresas y los centros de investigación públicos».
Ramos añade cómo hay margen de mejora: «Hay grandes oportunidades de seguir creciendo en la soberanía tecnológica como país cuando, según datos de la OEPM (Oficina Española de Patentes y Marcas), el sector público promueve cerca del 30% de las patentes nacionales, mientras que es responsable de casi la mitad del esfuerzo nacional en I+D».
Como ejemplo de iniciativa pública en P4i, Fidel Rodríguez Batalla, viceconsejero de Universidades, Ciencia e Innovación de la Comunidad de Madrid, aporta su opinión sobre las claves de esta actividad: «Somos unos de los patrocinadores del evento por la importancia que damos a la financiación de actividades de innovación (el nuevo Plan de Investigación Científica e Innovación tecnológica de la Comunidad de Madrid 2022-25 supone un incremento del 48% de los fondos destinados a innovación e investigación)».
El viceconsejero señala, además, la importancia de «entender que la patente es el vehículo entre el conocimiento científico en un laboratorio y la transferencia a la empresa y, por lo tanto, a la sociedad. Un esfuerzo en el que debemos ayudar a las pequeñas y medianas empresas, para que se puedan sumar a estas aplicaciones científico-tecnológicas».
En este entorno, la Comunidad de Madrid contó con la presencia de madri+d (acreditación y verificación de títulos universitarios y emprendimiento, divulgación científica y captación de talento para la innovación) y los siete Institutos IMDEA, «grandes centros de atracción de talento, de investigación de vanguardia y de retorno a la sociedad (de cada euro invertido en ellos –destaca Rodríguez Batalla–, hay un retorno de más de tres)».
En el ámbito privado, Miguel Ángel París, del departamento de gerencia I+D de construcción civil de Acciona, apunta «cómo en nuestro departamento trabajamos 70 personas en I+D, y se han generado 10 patentes en los últimos cinco años, como parte de un proceso en el que implicamos a colaboradores internacionales». Innovación abierta que contribuye, en su medida, para que vaya creciendo el número de patentes gestionadas en España (no es lo mismo solicitar que publicar), en torno a una media de 2.000 anuales… mientras que IBM cuenta, en el contexto internacional, con 20.000.
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París destaca, como ejemplo reciente, la patente de un diseño de cimentación flotante en parques eólicos 'offshore'. Energía y construcción unidas en una iniciativa que contará con un piloto en unos dos años, a partir de criterio que tienen en cuenta aspectos constructivos, logísticas y de implementación.
En el caso de Cinfa, también presentes en P4i, presentaron CinfaNext, su nueva plataforma de innovación abierta, que identificará «proyectos innovadores con los que dar respuesta a las futuras necesidades de salud de las personas», a partir de sus más de 50 años de experiencia en el sector. Longevidad, cronicidad, personalización, autogestión de la salud, soluciones naturales con evidencia científica y sostenibilidad son sus objetivos.
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Félix Zamora, vicerrector de Transferencia, Innovación y Cultura de la Universidad Autónoma de Madrid, entidad impulsora del evento (con BeAble Capital y Phantoms Foundation), recuerda, por su parte, la importancia de sucesos recientes como la pandemia originada por el Covid-19 (el sector farmacéutico se encuentra tradicionalmente a la cabeza en patentes): «En ese caso, se produjo la imprescindible conexión entre ciencia y empresa, para resolver un problema bien localizado y que afectaba, y mucho a la sociedad». Y apunta a la necesidad de promover más encuentros como P4i: «Hay que cerrar la brecha ciencia-empresa con puntos de encuentro como este. Una carrera de fondo en la que hay que esprintar. En esta edición se han presentado 360 patentes, con una base de datos de 1.000, además de facilitar contactos con inversores para que el proceso sea más ágil, eficiente».
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