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Obama y Zapatero repasan en Seúl las recientes elecciones en EE.UU.

Lula y la nueva presidenta brasileña Dilma Rousseff se han unido a la conversación, de unos cinco minutos

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gabriel sanz

José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente de los EE.UU., Barack Obama, conversaron esta noche durante unos diez minutos, primero a solas, y luego con el todavía presidente de Brasil, Luis Inazio Lula da Silva, minutos antes de la cena oficial que el presidente de Corea del Sur ha ofrecido a los mandatarios que acuden a la cumbre del G-20.

Según explicó en la rueda de prensa la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, Zapatero y Obama hablaron de la derrota del Partido Demócrata en las recientes elecciones agobernadores y para el Congreso estadounidense, «y de las implicaciones que esas elecciones puedan tener en las políticas a desarrollar a partir de ahora» en el ámbito ecónomico de dentro y de fuera del país, en clara alusión a la guerra de divisas entre el gigante americano y China.

Las conversación tiene su importancia porque se produce en el contexto de una cumbre del G-20 en el que EE.UU. está siendo objeto de críticas europeas por la decisión de la Reserva Federal estadoundense (FED) de inyectar 600.000 millones de dólares (alrededor de 424.000 millones de euros) para reactivar la economía estadounidense. Desde Europa se habla de devaluación encubierta del dólar, aunque Salgado ha asegurado que nadie en la cena de ministros de Finanzas del G-20 ha osado criticar a su homólogo estadounidense.

Es más, Salgado ha venido a confirmar que en las concluciones de la cumbre de Corea, en lugar de comprometerse a no realizar devaluaciones competitivas, como se habían comprometido los ministros la pasada semana en la reunión preparatoria de esta cita. «Puede que la fórmula sea diferente», ha dicho Salgado, «porque también tenemos que pensar en la posibilidad de decir algo para quien no devalúa pero, de alguna forma no permite algún tipo de flexibilidad» que alivie las tensiones monetarias de las últimas semanas.

Clara alusión, esta última, a la negativa de China a revaluar el yuan. Los expertos creen que está artificialmente devaluado entre un 20 y un 25% para controlar de forma directa los tipos de cambios mundiales mediante un mecanismo de compra directa de reservas (tienen ya el 26% de todo el mundo).

Salgado ha dicho que la expresión «guerra de divisas» le parece «completamente desafortunada» porque el G-20 es un foro de cooperación económica «y lo va a ser todavía más», por más que haya «diferencias de opinión» que «las vamos a seguir teniendo», insistió la responsable de la Economía española dijo que espera del comunicado final «una llamada a la cooperación» sin ir más allá. Una forma de decir, diplomáticamente, que el llamado gobierno económico del mundo no quiere mojarse finalmente en contra de la inyección financiera en EE.UU. como apuntaba el comunicado de los ministros de Finanzas hace días.

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