Gas Natural busca alternativas al suministro tradicional en EE.UU.
La compañía española logra un principio de acuerdo para gestionar una reserva de gas no convencional valorada en 600 millones anuales
Gas Natural Fenosa mueve ficha para diversificar sus fuentes de suministro. La voracidad con que se prevé que los mercados emergentes, especialmente China e India, demanden energía a medio plazo ha empujado a la compañía española a buscar alternativas a los proveedores tradicionales. Y, esta vez, el nombre del país emisor resulta sorprendente, por su escasa –si no, nula— tradición como exportador de gas: Estados Unidos.
El pasado mes de noviembre, Gas Natural Fenosa alcanzó un principio de acuerdo con la norteamericana Cheniere para distribuir a partir de 2017 una reserva de entre 1,5 y 2 bcm (miles de millones de metros cúbicos) de gas anuales procedente de las nuevas instalaciones de regasificación de Sabine (Texas). De concretarse, la operación reportaría aproximadamente 800 millones de dólares (603 millones de euros) al año.
El consejero delegado de la gasista, Rafael Villaseca, subrayó durante un encuentro con varios medios de comunicación españoles en Nueva York que el acuerdo «significa entrar en la gran revolución que se ha producido en el mundo del ga”, puesto que EE.UU. se dispone a «dejar de ser un importador para convertirse en un exportador» de gas licuado.
La revolución americana
¿Por qué un país históricamente receptor de gas se convertirá, si mantiene este nivel de desarrollo, en una poderosa fuente de suministro? La respuesta está en los gases no convencionales, que se obtienen de rocas sedimentarias como esquistos o pizarras. La producción de este tipo de energía ha crecido en EE.UU. a un ritmo del 7,5% anual desde 2004. Porcentaje que destaca frente al descenso del 0,1% anual del gas convencional durante este mismo periodo.
Las consecuencias del hallazgo han sido inmediatas. Las importaciones de gas tradicional en el país norteamericano han caído paralelamente un 3,7% en esta misma franja de tiempo. Y, como ya no existe una necesidad tan imperiosa de comprar gas del extranjero, el sector quiere que se vuelvan definitivamente las tornas: invertir en las plantas de regasificación (enfocadas a la importación) para que adquieran la capacidad de licuación (exportadoras).
Sabine, que se comenzará a construir en 2012, será la «primera planta con la capacidad de actuar en las dos direcciones», regasificar y licuar en función de los intereses del mercado. Su capacidad de licuación se elevará a 9,5 bcm anuales.
¿Alternativa al gas argelino?
Con trasfondo del pulso de Gas Natural Fenosa contra la argelina Sonatrach, que exige a la española 1.970 millones de dólares (1.482 millones de euros) en compensación a las tarifas del período 2007-2009 que considera bajas, el consejero delegado destacó la importancia para la compañía «diversificar» su «cartera de suministro», pese a que rechazó que el preacuerdo con Cheneire tenga algún vínculo con el litigio.
En este sentido, Villaseca recalcó que la operación no persigue únicamente «generar una mayor competencia, mejorar los precios y la seguridad» de suministro, «sino también garantizar futuros incrementos» de la demanda.
«No tiene nada que ver con Sonatrach», recalcó Villaseca, preguntado por los periodistas reiteradamente sobre ello. «Gas Natural Fenosa tiene una docena de proveedores en todo el mundo. Sonatrach es una pieza fundamental, un proveedor histórico con el que mantenemos diferencias que terminaremos resolviendo».
La compañía presidida por Salvador Gabarró está presente en EE.UU. desde 2003, donde controla el 95% de la sociedad Buenaenergía. En Puerto Rico posee una planta de regasificación y otra de ciclo combinado, una presencia que, según el consejero delegado, podría extenderse en los próximos meses. «El nuevo Gobierno –señaló Villaseca— está considerando seriamente incrementar toda su capacidad de consumir gas, ampliando la planta de regasificación y la canalización de la isla».
Gas Natural Fenosa mueve ficha para diversificar sus fuentes de suministro. La voracidad con que se prevé que los mercados emergentes, especialmente China e India, demanden energía a medio plazo ha empujado a la compañía española a buscar alternativas a los proveedores tradicionales. Y, esta vez, el nombre del país emisor resulta sorprendente, por su escasa –si no, nula— tradición como exportador de gas: Estados Unidos.
El pasado mes de noviembre, Gas Natural Fenosa alcanzó un principio de acuerdo con la norteamericana Cheniere para distribuir a partir de 2017 una reserva de entre 1,5 y 2 bcm (miles de millones de metros cúbicos) de gas anuales procedente de las nuevas instalaciones de regasificación de Sabine (Texas). De concretarse, la operación reportaría aproximadamente 800 millones de dólares (603 millones de euros) al año.
El consejero delegado de la gasista, Rafael Villaseca, subrayó durante un encuentro con varios medios de comunicación españoles en Nueva York que el acuerdo «significa entrar en la gran revolución que se ha producido en el mundo del ga”, puesto que EE.UU. se dispone a «dejar de ser un importador para convertirse en un exportador» de gas licuado.
La revolución americana
¿Por qué un país históricamente receptor de gas se convertirá, si mantiene este nivel de desarrollo, en una poderosa fuente de suministro? La respuesta está en los gases no convencionales, que se obtienen de rocas sedimentarias como esquistos o pizarras. La producción de este tipo de energía ha crecido en EE.UU. a un ritmo del 7,5% anual desde 2004. Porcentaje que destaca frente al descenso del 0,1% anual del gas convencional durante este mismo periodo.
Las consecuencias del hallazgo han sido inmediatas. Las importaciones de gas tradicional en el país norteamericano han caído paralelamente un 3,7% en esta misma franja de tiempo. Y, como ya no existe una necesidad tan imperiosa de comprar gas del extranjero, el sector quiere que se vuelvan definitivamente las tornas: invertir en las plantas de regasificación (enfocadas a la importación) para que adquieran la capacidad de licuación (exportadoras).
Sabine, que se comenzará a construir en 2012, será la «primera planta con la capacidad de actuar en las dos direcciones», regasificar y licuar en función de los intereses del mercado. Su capacidad de licuación se elevará a 9,5 bcm anuales.
¿Alternativa al gas argelino?
Con trasfondo del pulso de Gas Natural Fenosa contra la argelina Sonatrach, que exige a la española 1.970 millones de dólares (1.482 millones de euros) en compensación a las tarifas del período 2007-2009 que considera bajas, el consejero delegado destacó la importancia para la compañía «diversificar» su «cartera de suministro», pese a que rechazó que el preacuerdo con Cheneire tenga algún vínculo con el litigio.
En este sentido, Villaseca recalcó que la operación no persigue únicamente «generar una mayor competencia, mejorar los precios y la seguridad» de suministro, «sino también garantizar futuros incrementos» de la demanda.
«No tiene nada que ver con Sonatrach», recalcó Villaseca, preguntado por los periodistas reiteradamente sobre ello. «Gas Natural Fenosa tiene una docena de proveedores en todo el mundo. Sonatrach es una pieza fundamental, un proveedor histórico con el que mantenemos diferencias que terminaremos resolviendo».
La compañía presidida por Salvador Gabarró está presente en EE.UU. desde 2003, donde controla el 95% de la sociedad Buenaenergía. En Puerto Rico posee una planta de regasificación y otra de ciclo combinado, una presencia que, según el consejero delegado, podría extenderse en los próximos meses. «El nuevo Gobierno –señaló Villaseca— está considerando seriamente incrementar toda su capacidad de consumir gas, ampliando la planta de regasificación y la canalización de la isla».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete