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De Meliá a Riu: el temor a la caída del consumo no va con los hoteles

Pese al incremento de tarifas, los establecimientos dan por hecho que comenzaran el año con unos niveles de reserva «muy buenos»

Los hoteles prevén batir el récord de reservas este invierno pero alertan del daño de los hurtos en la imagen de los destinos

Un grupo de turistas en la puerta del hotel Riu Plaza en la plaza de España en Madrid efe
Nerea San Esteban

Nerea San Esteban

Palma de Mallorca

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En los últimos tiempos, el comportamiento de los consumidores ha desbaratado gran parte de las previsiones económicas sobre cómo la inflación iba a impactar en el consumo y el gasto. Aunque la forma de comprar sí que ha ido cambiando en ámbitos como el supermercado o en los comercios (se compra más marca blanca, se buscan las ofertas o ahora, de cara a Navidad, se adelantan compras), el sector turístico no está notando de momento la temida caída de los viajes a cierre de año, ni tampoco para principios del siguiente.

«Nos hemos equivocado. Mirando los números, hay un factor que al principio no era tan evidente. La población activa ha subido, por lo que hay más gente trabajando y consumiendo. Por otro lado, está la reducción de la deuda, con muchas hipotecas a 20 años que se están terminando de pagar; el fin de esa carga ha hecho que la gente pueda consumir más», explicaba el jueves ante centenares de hoteleros el director de negocio de Caixabank, Jaume Masana.

El economista jefe de Arcano Partners, Ignacio de la Torre, comenzaba su exposición bromeando: «Dicen que las predicciones económicas hacen de la astrología una ciencia respetable». El cálculo que manejan es que la economía española crezca un 2% de media este año y los próximos dos siguientes. Su conclusión es clara: «Habrá una reactivación del consumo el año que viene».

Que el sector turístico no se esté viendo impactado por el incremento de los precios es algo que ni los propios hoteleros se explican. Sus tarifas se han disparado desde que terminó la pandemia, pero los niveles de reserva y ocupación se mantienen fuertes. «Ha cambiado la percepción de lo que es importante y lo que no. Y viajar se ha convertido en una necesidad», apunta la vicepresidenta de expansión de Meliá, María Zarraluqui, en conversación con ABC.

A cierre del ejercicio, la hotelera que dirige Gabriel Escarrer prevé unos resultados «mejor de los esperados». «Hemos seguido incrementando el precio medio, pero también los niveles de ocupación, muy similares a 2019. A pesar de las incertidumbres, el segmento vacacional ha sido extremadamente resiliente», apunta Zarraluqui. Las reservas en libros para estos últimos meses están ya por encima del año pasado, y llegan hasta un 40% por encima si hablamos de congresos y convenciones. De cara a 2024, «los pronósticos son buenos en casi todos los mercados», avanza.

Una perspectiva parecida manejan desde Riu: «Durante todo el año 2023 hemos tenido una demanda muy fuerte y estable en todos los destinos de Riu y por parte de todos los mercados emisores. De enero a octubre, la ocupación media se ha situado en el 86%, mientras que la previsión de cierre es mantener esta cifra o incluso superarla en algún punto porcentual», cuentan consultadas por este periódico fuentes de la hotelera, que apuntan a que, durante este tiempo «todos los indicadores han sido positivos». En concreto, las estancias han aumentado un 10% y la tarifa media global un 12%. «Por lo tanto, esperamos un año récord en ingresos», avanzan desde el grupo mallorquín.

Al igual que Meliá, desde Riu señalan que las previsiones para 2024 son también buenas. «No vemos de momento un debilitamiento o ralentización de la demanda», describen.

Los precios, sin techo

Un crecimiento de reservas y ocupación que, paradójicamente, se está dando a la vez que las tarifas hoteleras siguen incrementándose. Para muestra, lo ocurrido en octubre, un mes tradicionalmente fuera de la temporada alta: según el INE, la tarifa media por habitación ocupada se situó el mes pasado en 109,94 euros, un 10,3% más que el año anterior. El incremento de los precios, comentan los hoteleros, seguirá mientras la demanda lo resista; es decir, mientras los niveles de reserva se mantengan o crezcan.

En sus resultados del tercer trimestre, Meliá explicaba que el incremento de los ingresos por habitación (+19,5% hasta septiembre) se debía a la mejora de la ocupación, por un lado, y a que continuaron creciendo las tarifas medias, por otro, algo que «obedece al positivo ritmo de la demanda, sobre todo en los productos y servicios premium y de lujo». «Se ha demostrado que hay una percepción de calidad que luego el público está dispuesto a pagar. Los incrementos de precio, para que sean sostenibles en el tiempo, tienen que estar aparejados con lo que ofreces. En estos momentos, si apuestas por la calidad, que no la cantidad, los precios pueden seguir subiendo, incrementos sanos, no a doble dígito», resume Zarraluqui.

Desde Riu apuntan a que «es previsible que en algún momento empecemos a ver una ralentización en la demanda que repercuta en el precio, pero de momento, no estamos viendo esto». De hecho, «el nivel de reservas para invierno, y estamos hablando hasta marzo, es muy bueno».

Con los mercados internacionales abiertos y las conexiones aéreas recuperadas, el sector turístico da por seguro que seguirá siendo en 2024 uno de los principales motores económicos.

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